VÍA VERDE de Manacor a Artá

La ruta “VÍA VERDE de Manacor a Artá”, tiene como objetivo recorrer todo el itinerario del antiguo ferrocarril que va desde Manacor hasta Artá, pasando por las localidades de Sant Llorenç de Cardassar, Son Carrió y Son Servera.

Al tratarse de un recorrido solo de ida, de más de 29 km, dejamos un coche en Artá, estacionado en el parking público de la estación y otro en Manacor, aparcado en el Passeig del Ferrocarril, justo donde se inicia la Vía Verde. El lugar exacto donde comienza esta vía está en la curva donde se unen el Passeig del Ferrocarril y el Carrer d’en Tiá de sa Real, cerca de la rotonda de la Plaça de Madrid. Se identifica por un panel informativo con las normas de las vías verdes.

La Vía Verde es un corredor que sigue el trazado de la antigua línea de ferrocarril que unía las poblaciones de Manacor y Artá. En el año 2014 y con el objeto de fomentar el turismo, el deporte y el contacto con la naturaleza se procedió a enterrar las vías y construir en su lugar un camino de tierra para el tránsito de personas y bicicletas.

Comenzamos a caminar y unos pocos metros más adelante cruzamos la carretera vella de Sant Llorenç (Ma-4100). En este punto vemos las primeras barandillas de madera, que cierran el paso a los vehículos de motor. Estas barandillas las iremos viendo en cada uno de los cruces y en algunos tramos a ambos lados del camino para evitar caídas.

Proseguimos nuestra marcha por el camino, que va dejando atrás el casco urbano de Manacor y se adentra en grandes campos agrícolas. Cruzamos la carretera de Son Carrió (Ma-4021) y luego el Camí de Son Sastre. En este punto el camino describe una amplia curva a la izquierda ( hasta ahora era completamente recto) y continúa su recorrido por una larga recta. Vemos a ambos lados que la vía ha sido objeto de reforestación con hileras de árboles.

Más adelante cruzamos la carretera de Son Carrió (Ma-4221), esta vez
por debajo de un puente y al cabo de un rato cruzamos la transitada carretera Ma-15, que une Manacor y Artá. Luego llegamos a un alto terraplén que nos ofrece buenas vistas sobre Sant Lloreç de Cardassar y le sigue el Túnel de Sa Cova, de 59 m de longitud, excavado en roca viva y con plena visibilidad en su interior.

Después del túnel está la estación de San Llorenç, a 8.6 km del punto de inicio. La conforman el edificio de viajeros, el almacén de mercancías y los urinarios. Actualmente el edificio de viajeros ha sido transformado en bar-cafetería y en un espacio para actividades culturales. Los andenes han sido convertidos en un mirador que ofrece vistas del torrente de ses planes, el pueblo y las montañas del fondo. Al pueblo se accede por una pista asfaltada.

Dejamos Sant Llorenç y acometemos un tramo con más curvas. Pasamos por encima de la Ma-15 y un poco más adelante cruzamos el torrente de ses Planes por un puente que posee unos magníficos “balcones” que servían para ponerse a salvo cuando pasaba el tren. Vemos paneles informativos donde se refleja nuestra ubicación respecto a los puntos de interés del recorrido. Estos paneles abundan a lo largo de todo el itinerario.

Más allá llegando a Son Carrió, nos encontramos con una gran nave de factura moderna, en bastante mal estado, que posiblemente hubiera servido de cochera. A continuación se encuentra la estación de Son Carrió, situada a 11.9 km del punto de salida y que aún conserva en la fachada el antiguo nombre de San Miguel. Esta es la estación más modesta de todas. Se compone de un pequeño edificio de viajeros y unos minúsculos urinarios. A continuación se halla Son Carrió, pequeño núcleo de población perteneciente a Sant Llorenç de Cardassar.

Dejamos atrás Son Carrió y continuamos nuestra caminata por un recto terraplén que ofrece una buena panorámica del pueblo y su iglesia. El tramo de Son Carrió a Son Servera, que afrontamos ahora, es el más llano de todos y el que más se aproxima al mar. Al poco de salir del pueblo la vía realiza un amplio giro ferroviario para sortear los modestos montes Atalayas de tan solo 184 m de altura. Vemos a nuestra izquierda un merendero, con mesas y bancos de madera, donde podemos hacer un descanso y reponer fuerzas. Luego llegamos al Túnel de Sa Punta, cuya galería está forrada de piedra. Es un túnel corto, recto y con plena visibilidad en su interior.

Después del túnel la vía nuevamente sigue recta y por primera vez tenemos unas vistas panorámicas amplias y claras que van desde Sa Coma a la Costa de los Pinos, pudiendo distinguir la Punta de n’Amer, Cala Millor y Cala Bona. Luego vuelve a realizar una amplia curva ferroviaria para sortear el monte Na Penyal con sus dos vistosas cimas de 211 m y 191 m de altitud. La vía va atravesando varios accesos que descienden hacia la playa y tras superar una larga trinchera las vistas vuelven a ser magníficas.

Poco después llegamos a Son Servera, entramos en la población y nos guiamos por las barandillas de madera que van marcando la dirección por donde continua la Vía Verde. Tras una larga recta que bordea todo el perímetro este del casco urbano llegamos a la estación, situada a 19 km del punto de inicio. El conjunto, cortado por el mismo patrón estético que el resto, está compuesto por el edificio de viajeros, el almacén y los urinarios y han sido rehabilitados como centro de visitantes.

Dejamos Son Servera y seguimos adelante. Primero cruzamos un torrente por un pequeño puente de cemento con barandillas de rejilla metálica a ambos lados. Luego cruzamos la carretera Ma-4040 que se dirige a Capdepera y a continuación llegamos al túnel de Son Sureda, de 80 m de longitud. Es el más largo de todos. La galería es roca viva, forrada en parte de roca y está curvada a la izquierda, pero tiene plena visibilidad en su interior.

Superado el túnel comienza un largo tramo ascendente con campos de árboles frutales, campos de golf y algo de bosque y matorral. Cruzamos la carretera Ma-4041 y después el camino hace un amplio giro a la izquierda para sortear el encinar de Son Catiu. Poco después llegamos a Artá. Cruzamos la pista que conduce al poblado talayótico de Ses Paisses y una calle donde todavía se conserva la barrera del paso a nivel. Finalmente llegamos a la estación de Artá, situada a 29.4 km del punto de salida. El conjunto de la estación es el más importante de los vistos hasta ahora. Cuenta con un gran edificio de viajeros de dos plantas, recuperado y convertido en centro de artesanía e información, un punto de alquiler de bicicletas, un almacén de mercancías, servicios, carbonera y aguada entre otros elementos ferroviarios.

En este punto damos por finalizada esta larga pero interesante excursión.

-Los componentes del grupo hemos sido: Salvador Gea y yo (Juan González Blázquez) como guía.

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