Vía verde del noroeste (1) Campus de Espinardo - Campos del río

Desde 1993, miles de kilómetros de vías ferroviarias en desuso o sin terminar se han ido habilitando para que los mortalitos de a pie (y de bici, convendría afinar) disfrutemos de paseos por lugares especialmente tranquilos e incompatibles (generalmente) con vehículos a motor.
Aquí puedes empaparte de todas las españolas: http://www.viasverdes.com.
En la región de Murcia disponemos de dos, la del noroeste y la -cortica- del Barrio de Peral; aunque parece que se quiere tomar en serio recuperar la línea Cartagena-Fuente Álamo- Totana- Mazarrón, cosa que sería cojonuda.

La que hoy nos ocupa es la vía verde del noroeste. Comencé dicha ruta en mayo de 2013, cuando estaba recién rematada en toda su extensión (hasta entonces, la vía iba sólo desde Caravaca hasta Los baños de Mula). En ese momento nada más que hice un par de tramos en dos tiradas no muy largas, hasta Alguazas y, después, hasta Albudeite. Aunque me hablaban muy bien del tramo antiguo, y este nuevo tenía cosas muy bien hechas (especialmente la restauración del puente ferroviario entre Molina y Alguazas), aquí había dos errores de bulto: la casi inexistente señalización en los cascos urbanos de Alguazas y Campos del río; y la falta total de sombraje en las áreas de descanso más camperas, donde más falta hace. A día de hoy sigue faltando el sombraje (!), pero la señalización ha mejorado espectacularmente. Antes dependías en los puntos conflictivos de alguna señal rojiblanca perteneciente al camino de la Vera Cruz, que se solapa a nuestra ruta, pero ahora es imposible perderte, al menos en este tramo que comento hoy, ¡buen trabajo!

Ya con más experiencia que por entonces, comienzo junto a ELJARA esta aventurilla, decididos a completarla en cuatro etapas de unos 20 kilómetros cada una. La guía oficial recomienda realizarla en cuatro etapas también, pero la primera muy descompensada -a la baja- en kilometraje. En fin, cada uno puede hacerla a su gusto, que combinaciones no faltan.

Comenzamos en uno de los aparcamientos principales del campus de la UMU en Espinardo. Durante varios kilómetros apreciaremos -especialmente en finde- que estamos en "ruta del colesterol" ,aprovechada por las gentes de las urbanizaciones colindantes. No será raro encontrarnos con algún caballista también. Este primer tramo, no nos engañemos, no es especialmente bonito, además de que es un trayecto muy atrincherado para la vía y no nos deja ver a los lados. Pasamos el túnel de la Ribera de Molina -no imprescindible llevar linternas- y la primera estación en desuso, cuyo almacén es usado como cafetería.
Pronto (antes de lo que imaginas porque eso tiene el ferrocarril, que busca la recta), llegaremos a Molina de Segura y su estación, hoy usada como puesto de la cruz roja.
A partir de aquí, caminamos entre huerta y cruzaremos el río Segura. Este puente ferroviario estaba en un estado inquietante y ha sido perfectamente restaurado ex profeso para la vía verde, otro gran acierto.
A punto ya de llegar a Alguazas, cometemos una pequeña "irregularidad bienintencionada", y me explico. Cuando realizo una ruta oficial, hago por ceñirme a su recorrido, pero, en el caso de vía verde, también es chulo reproducir fielmente el antiguo trazado de la hoy inexistente vía, ¿no?. En Alguazas (y después, en dos puntos de Campos del río) el trazado original -que incluso se ve aún reflejado en los mapas del IGN- se ve bruscamente cortado y hay que seguir la ruta por otro sitio. Estos cambios son comprensibles porque en el aproximadamente medio siglo que hace que dejaron de funcionar las vías, las poblaciones y algún particular se han "comido" trozos de trazado y ya no se puede transitar por él. Lo que ocurre en este punto concreto de nuestra "trazado alternativo", es que el paso está libre para seguir recto y entroncar en menos tiempo con la actual vía operativa desde Madrid. Cuando pasé hace tres años, el camino estaba impracticable por la vegetación, pero hoy el paso es franco. No sé los motivos de desviar la ruta por todo el centro de Alguazas, que seguro que los hay y muy buenos, pero nosotros optamos por evitar el núcleo del pueblo.
Llegamos a la cafetería -y primer albergue oficial de la vía- de la estación de Alguazas y nos tomamos en su terraza un buen almuerzo, momento perfecto tras 12 kilómetros de ruta.
Tras el descanso y reposición de fuerzas, continuamos camino y comienza un paisaje totalmente diferente, y duro, si es época de sol. También mucho más solitario y que invita a disfrutar del paisaje y sus detalles. Un paisaje arisco a menudo (incluidas badlands), pero que no deja de tener su belleza.
Después de parar en un área de descanso (¡SIN SOMBRAAA!) cerca de Los rodeos, llegamos a la estación de ese nombre; unas ruinas que, si no fuera por su solitaria palmera adosada, nos haría parecer -como bien dijo mi compañero de camino- estar en una peli del oeste. Hoy la estación hace el papel de redil, qué cosas. Por cierto, Los rodeos se llama así por las cerradas curvas que forman los meandros del cercano río Mula.
Justo antes de llegar a Campos del río, y al final de nuestra jornada, nos encontramos con otro abrupto corte del trazado, con vallado que impide el paso por el trazado original y que hace tres años era de "libre" circulacion. Y entrecomillo ese libre porque hubo una fuerte polémica en su momento debido a que alguien se dedicaba a sabotear con tachuelas y clavos clavados en madera el paso de los ciclistas. No entro, porque no sé, en cómo se han podido convertir en privados algunos tramos de una antigua vía del estado. Y es un buen momento para recordar que el ferrocarril de Caravaca a Murcia fue una inversión del gobierno en los años treinta, no una iniciativa privada, debido a que, por entonces, el transporte por carretera empezaba a hacer pupita al tren.
Después de dejar atrás el lugar polémico (eso sí, perfectamente indicada la vía que debemos seguir), cruzamos en un pequeño quiebre la carretera y vamos acercándonos a Campos del río, quemando unos cientos de metros extra por otro extraño rodeo que no nos deja caminar sobre el trazado de la vía original (!).
Llegada a Campos del río y su antigua estación, hoy centro cultural. Nueva ruptura del trazado debido al inmenso perímetro de una conocida fábrica de conservas vegetales, que en su día me dio muchos quebraderos de cabeza para retomar la vía hacia Albudeite, pero eso lo dejamos para el siguiente día. Ahora toca cervecica reconstituyente y saborear el esfuerzo hecho.

Protector solar. No escatimes en agua y lleva el calzado más cómodo que tengas; no es necesario que tenga agarre. Teóricamente el desnivel va subiendo suavemente a partir de Molina, pero tú no lo vas a notar (entiendo que los ciclistas sí). Aun así, a mí me vinieron de maravilla los bastones para hacer brazos y descargar un poco de tracción a mis pobres pies en los últimos kilometros.

Fotografías de un servidor, más tres cedidas amablemente por ELJARA. Más jugosos comentarios en las mismas.

Dificultad técnica: Cero patatero. Pongo moderado por el kilometraje, que para mí -pobre mortal- es mucho. Con sol duro, hará falta cierta fuerza mental (suena raro pero es así).