Viana de Mondéjar a las Tetas de Viana

En esta ocasión nos acercamos al pueblo alcarreño de Viana de Mondéjar para hacer esta ruta facilita con una constante subida a las denominadas Tetas de Viana, las únicas que se le han resistido a nuestro insigne escritor Don Camilo José Cela como cuenta en su libro Viaje a la Alcarria.
Viana de Mondéjar que es un pueblo pequeño apiñado sobre una estrecha meseta. Nosotros aparcamos nuestros coches nada más salir del pueblo y adentrarnos en un camino que lleva al área recreativa, desde donde partimos hacia nuestro objetivo.
Llegaremos a una bifurcación, para tomar el camino de frente y más empinado, el otro será nuestro camino para la vuelta.
A la altura de los Cañizares, nos encontramos con la pista que sube desde el pueblo y que un poco más abajo no tomamos. Tomamos a la derecha la pista que sube fácilmente hasta el collado de las dos Tetas., aquí podemos contemplar las dos chimeneas de la central nuclear de Trillo y también el propio pueblo de Trillo.
A nuestra derecha está la cima con menor altura, aunque es la que tiene las paredes más verticales. Nosotros nos dirigimos a la de la izquierda por un ancho e inclinado camino.
Cuando finaliza la cuesta, vamos subiendo por un camino con menos pendiente, pegados a la roca por nuestra derecha, y a la izquierda hay barandillas de madera.
Un poco más adelante hay que subir por unas piedras, pero que a día de hoy no tiene mayor problema puesto que han instalado una cadena anclada con argollas a la pared, que a modo de pasamanos facilita la subida como posteriormente nos ayudarán a bajar.
A los pocos metros nos encontramos al final del camino con una escalera de metal, que está anclada a la pared y apoyada haciendo un ángulo de aproximadamente 45 grados. La escalera es fiable y cuenta con protección que impide las caídas, que hace que cueste cierto trabajo subir con la mochila sobre la espalda. Unos pocos metros de escalera, que finalizan en unos escalones tallados sobre la piedra, y ya estaremos en la cumbre de la “Teta” redonda.
En el centro de la meseta existe un vértice geodésico y podemos recorrer con precaución todo el perímetro de la meseta. Las vistas son inmejorables, vemos desde los meandros del Tajo, pasando por Trillo y su central, así como gran parte de la Alcarria. Esta situación privilegiada no pasó desapercibida, y durante la guerra civil, se instaló un puesto de observación.
Ya hay que volverse con el recuerdo de las vistas en nuestras retinas, y desandar el camino, con una única diferencia, que a la bajada seguimos la pista forestal que conduce hasta el pueblo para hacer algo distinta la vuelta.