Vidrà, Arborètum, Moli Nou, Pont de la Salgueda, Salt del Moli

El Salt del Molí es un lugar sorprendente e interesante, un lugar idílico. Es una de las múltiples cascadas del río Ges, que a su paso erosiona el terreno, lo vuelve abrupto y en algunos casos desencajado, hay multitud de hayas y robles sustentados en raices en equilibrios imposibles a través de hayedos y robledales.
Situada entre Vidrá y Sant Pere de Torelló, en la pista natural que une ambos municipios. Este paso es el desfiladero que forman la Sierra de Bellmunt al oeste y la Sierra de Curull al este.
Los 30 metros de caida del Salt del Molí provocan un sonido amplificado por el hueco de la falla del terreno por donde se precipita el agua, blanca espuma, el ruido y fuerza del agua que surge del cielo, los azules y verdes de las pozas al pie de la cascada y la cueva verdosa repleta de travertí y helechos todo en medio de la espesura, configuran un escenario paradisiaco.
La formación de travertino en este salto es notable. La falla y el cauce del río son de marga azul, la roca caliza de Osona. Por este motivo el agua lleva carbonato de calcio. Al saltar, parte del agua se evapora, lo que provoca la precipitación de sedimentos calcáreos, los cuales, con la acción conjunta de la fotosíntesis de bacterias, algas y vegetales superiores, han ido formando, durante milenios, una gruesa capa de piedra, piedra viva, sobre la falla. Esta piedra viva es el travertino, también llamado tosca caliza o, simplemente, tosca. En el largo transcurso del tiempo, la formación de travertino hace que crezca poco a poco la parte sólida por donde mana el agua, lo que incrementa el salto del agua y a su vez aumenta la formación de travertino, una recursividad que se repite ...
La energía que producía este salto de agua, proporcionaba el empuje para hacer funcionar un antiguo molino
Vidrà
Municipio de 170 habitantes, lugar y castillo de Milany están documentados desde el año 960 y la iglesia de Santa Margarita de Cabagès desde 1123. Es un modelo para otros pueblos de la zona, aprovecha el entorno privilegiado por el bosque que la rodea y los prados cercanos y las numerosas fuentes, con bueyes cuya carne goza de calidad excepcional, vacas, ovejas, que junto con la serrería hacen que sea la principal riqueza y proveniente de la madera de sus árboles, el municipio es de antiguos edificios en piedra y jardines y fuentes verdes y cuidados todo el año.
Dispone de el Arborètum en la parte más nueva de Vidrà dirección a la Cruz del Espino, hace muchos años se fueron plantando árboles de diferentes especies que han arraigado gracias a la meteorología y la pureza del ambiente y baja contaminación, motivos que han hecho que muchos de estos árboles hayan crecido majestuosos y sanos. , un Itinerario circular, que une los dos núcleos de Vidrà, en el que nos encontramos unos 20 árboles autóctonos, diferentes entre si, señalizados con una placa con su explicación correspondiente, en un recorrido de 1500 mts, una propuesta atractiva y sugerente.
Los árboles que están catalogados son: pino, saúco, olmo, tilo, roble, castaño de indias, fresno, chopo, peral, sauce, espino blanco, arce, arce blanco ... etc.
Encontraremos dentro del pueblo, fuentes y algún parque con hermosa césped, para descansar y disfrutar de la tranquilidad de este lugar.
Recorrido
Primero rodeamos el pueblo y nos damos una vuelta por la iglesia y el cementerio para ver sus calles empedradas, salimos de la Plaza del Ayuntamiento de Vidrà o de la plaza adyacente, Plaza de Maria Vila d'Abadal y Vilaplana, y tomamos la carretera de Ciuret. A nuestra derecha tenemos el Caballero de Vidrà, la impresionante masía o casa señorial de montaña, de estilo barroco, última construcción en el año 1787. Fue cuartel general de los carlistas durante la guerra de los carlistas. Seguimos en dirección hacia el vecindario de la Cruz del Espino y, poco antes de llegar, a unos 400 m desde la salida, giramos a la derecha, dirección sur, por el Camino de San Pedro, está indicado. Tenemos que pasar entre las granjas de cerdos a la derecha y un cobertizo a la izquierda. Poco después dejamos a la derecha la estación depuradora de Vidrà. Justo pasada la depuradora hay una división del camino, poco menos de 1 km del inicio de la caminata. Nosotros seguimos por el camino estrecho de la izquierda, A partir de aquí la excursión es más bonita y agradable, es un camino delicioso cubierto por árboles y bastante llano. Bajamos por el sendero entre hayas hasta, el camino está muy bien marcado es antiguo y bonito. Va al cauce del Río Ges, al Molino Nuevo. Del edificio del molino quedan unos restos invadidos por la vegetación que evocan un pasado lejano de trabajo y prosperidad en una zona donde el río es especialmente bonito. Cuando hemos caminado sólo un poco nos junta a nuestra derecha el camino que viene de la masía de la Salgueda. Continuamos, tal como íbamos, hasta el Puente de Salgueda. Este es de arco de medio punto, denota sencillez y solidez, está bien acabado y se ajusta a la perfección en el cauce del río y al paisaje. Hay un grabado con la fecha de 1841 hasta el Salt del Moli, un lugar para detenerse en ellos y pasar un buen rato. El Molí del Salt está en ruinas. Para las Romanalles adivina que había sido un molino considerable. En toda esta zona las señales del GPS son débiles y el registro es distorsionado.
Una vez en la cascada, se cruza el río, hay unos pasos de cemento, sólidas y bien hechas; pero, en tiempos de frío ya primera hora de la mañana, están recubiertas de hielo, muy resbaladizo, lo que las hace muy peligrosas pasada la pasarela estamos en el camino de vuelta, continuamos por el camino de vuelta hasta llegar a la pista que lleva a la Salgueda borde del Ges,