VIDRIEROS – VALLE PINEDA – COLLADO DE LAS DONCELLAS – RESOBA (PALENCIA) 06-JUN-15

Ruta realizada por el grupo de senderismo SERMAR (Guía Mila)
Partimos desde la localidad de Vidrieros (1322 mts de altitud) una localidad situada al pie del mítico Curavacas (que tiene 2520 mts de altitud) en el valle del río Carrión. La zona fue escenario de las campañas militares de Augusto contra los cántabros durante el siglo I a. C., ya que aquí había tres campamentos romanos. Sus habitantes se han dedicado tradicionalmente a la agricultura y la ganadería, como los demás de la comarca.
Tomamos dirección Este siguiendo la calle principal del pueblo. Dejamos el puente sobre el río a nuestra derecha y seguimos de frente hasta el final del pueblo. A partir de aquí se acaba el asfalto y seguimos por una pista compactada en tierra que mantiene la dirección Este.
Enseguida aparece una primera bifurcación. Dejamos el camino de la izquierda menos transitado y continuamos por nuestra derecha, ya que la pista principal que seguimos, se desvía ligeramente hacia el SE. El camino no tiene pérdida, simplemente hay que seguir la pista por la margen derecha del río Carrión.
Tras haber caminado unos 2 kms y tras pasar junto a algunas edificaciones aisladas, llegamos a un primer refugio de Pescadores. Nos encontramos dentro del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, en la Montaña Palentina. En este lugar del alto Carrión, se encuentra el “coto sin muerte de Pineda” donde se dan cita infinidad de pescadores a partir del mes de mayo y donde existen varios refugios de pescadores abiertos. En esta zona de alta montaña eclosionan pocos insectos y las aguas son muy frías, por lo tanto los peces tienen poco que echarse a la boca y su tamaño es más pequeño que en otros ríos. Según dicen los pescadores son truchas difíciles y muy rápidas a la hora de tomar las moscas.
Tras pasar el refugio de pescadores dejamos a nuestra derecha una pasarela de madera sobre el río Carrión.
Hacia el km 3 de nuestro recorrido al volver la vista a atrás tenemos unas estupendas vistas del valle. Hacia el Oeste, el Espigüete (2450 mts de altitud) se asoma entre otras montañas de menor altura con su imponente mole maciza de forma piramidal, y el más cercano Curavacas (2520 mts de altitud) lo tenemos al NW.
Seguimos avanzando. En el km 5 llegamos a Puente Pucherín. Aquí había una preciosa construcción de madera que desapareció arrastrada por una riada. Pasamos por el actual puente y seguimos la pista. A unos 250 mts alcanzamos una bifurcación. Dejamos la pista de la derecha que va hacia Santibáñez de Resoba, y por lo tanto continuamos de frente manteniendo el rumbo hacia el Este.
Otros 400 mts más y alcanzamos otra bifurcación. Aquí ya se puede comenzar a ascender por el valle del arroyo Valcerezo hacia el Collado de las Doncellas. Pero nosotros lo dejamos para más adelante. Así que seguimos la pista de frente, que ahora cambia el rumbo hacia el Norte, siguiendo por el valle de Pineda con el río Carrión a nuestra izquierda.
Allá por el año 1988 se proyectó la construcción de un embalse cuya presa iría justo en este lugar. Este embalse hubiera anegado más de 300 hectáreas del valle de Pineda. Los colectivos ecologistas de Palencia iniciaron una campaña nacional en contra de su construcción porque entre otras cosas destruiría muchas especies de la fauna y la flora de la zona. El proyecto contaba también con la oposición de los vecinos de los pueblos de la comarca que formaron una asociación en contra del embalse con el nombre de Salvemos Pineda. Parece que la idea de construir el embalse consiguió pararse no se sabe si por la oposición de estos colectivos o por otras causas…
Caminando cerca de 1 km desde la desviación llegamos a una fuente de agua fresca donde aprovechamos para refrescarnos y rellenar de agua nuestras cantimploras.
Después de meses de heladas y nieves, el valle está exuberante de colores primaverales. El color es total protagonista gracias a los brezos, escobas, gamones, serbales y diminutas y llamativas flores silvestres que nacen por los prados y a la orilla de los numerosos arroyos.
Seguimos la pista hacia el Norte. Avanzamos a lo largo de 1,5 kms más (km 8 de nuestro recorrido) donde alcanzamos un chozo de pastores.
En primavera, los ganaderos suben su ganado, compuesto principalmente por vacas de raza parda de montaña y vaca tudanca, al valle de Pineda para que se alimenten de los excelentes pastos, generando así la carne que ha supuesto la primera Marca de Garantía de Castilla y León, concretamente la Carne de Cervera de Pisuerga y de la Montaña Palentina.
Seguimos avanzando y disfrutando de la hermosura de este valle. Pasamos un paso canadiense para el ganado. Y en otro km más llegamos a las praderías de Santa Marina, lugar en el que nos encontramos unos buenos rebaños de vacas tudancas pastando.
Aquí el río Carrión viene por el valle del NW (vega de Correcaballos) y aquí recibe las aguas del arroyo de Cortes que viene por el Norte. En la falda del monte que separa ambos valles nos encontramos el Chozo de Santa Marina que es a la vez otro refugio de pescadores.
Dejamos la vega de Correcaballos a nuestra izquierda y seguimos por el valle del arroyo de Cortes. Vadeamos un arroyo que se precipita desde las montañas de nuestra derecha y rápidamente llegamos a los prados de Piedra Merendera desde donde tenemos unas imponentes vistas de la cara Este del Curavacas.
Ha merecido la pena llegar hasta este lugar para disfrutar de la belleza del valle de Pineda, las vistas de la montaña, de los prados, y de la paz y el sosiego que depara el lugar. Pero nuestra intención es llegar hasta la localidad de Resoba así que toca desandar los 4 kms que hemos avanzado desde la desviación que teníamos hacia el collado de las Doncellas.
Regresamos más o menos por el mismo camino. En las praderías de Santa Marina seguimos el cauce el arroyo de Cortes y pasamos junto a un pequeño puente de cemento que utilizan quienes desean seguir hacia el pozo de Curavacas (un lugar cargado de leyendas. Se trata de un lago de origen glaciar, al igual que muchos otros que se hayan en los alrededores: el pozo del Ves, el pozo Oscuro, la laguna de Fuentes Carrionas...) pero esa es otra ruta y muy larga para hacer ida y vuelta en el mismo día (unos 40 kms). Algunos opinan que se puede hacer utilizando los muchos chozos de pastores que se pueden utilizar para dormir, y emprender el camino de vuelta al día siguiente.
Pero nosotros debemos continuar con nuestro programa. Así que atravesamos entre los rebaños de vacas tudancas. Pasamos el paso canadiense. Llegamos hasta el chozo de pastores y un poco más adelante nos acercamos hasta la orilla del río Carrión para descansar y reponer fuerzas. El lugar es maravilloso. Seguimos respirando paz y sosiego junto al murmullo de las aguas del río. Dan ganas de darse un baño pero el tiempo apremia, así que tras reponer fuerzas retomamos el caminos. Seguimos hasta alcanzar la desviación por la que vamos a ascender junto al arroyo Valcerezo.
Estamos en el km 15 de nuestro recorrido y nos disponemos a ascender a lo largo de unos 2 kms con un desnivel de 100 mts de altitud hasta llegar al Collado de las Doncellas (1514 mts). La ascensión se hace cómodamente. Poco a poco vamos ganando altura mientras vamos dejando a nuestras espaldas el valle de Pineda. Cada vez que volvemos la vista hacia atrás la perspectiva del valle y de las montañas son más hermosas. Una vez en el Collado tenemos varias perspectivas. A nuestra espalda queda el pico Hospital (2247 mts) delante del Curavacas (2520 mts). Más alejado el Espigüete (2450 mts). Frente a nosotros tenemos el Valle Estrecho y el cordal de Peña Redonda (1995 mts) a Peña Cantoral (1792 mts); y el cordal del Almonga (1519 mts) al Pico de Burrián (1794 mts) pasando por Peña Celada (1565 mts). Al fondo, al Este, vemos el pantano de Ruesga, el Parador de Fuentes Carrionas y detrás de él, en el horizonte, la Peña Mariserrana, sur de Cervera y de Vado, en las estribaciones de la Cordillera Cantábrica.
Aquí salen dos pistas una en dirección Norte hacia el alto del Tejo Bajero y la otra en dirección Oeste hacia el alto de Valdelamorga, que luego enlaza con la pista que baja hacia Santibánez de Resoba.
Tras disfrutar de las vistas continuamos camino. Para ello seguimos la pista en dirección Este. Ahora ya prácticamente todo es descenso. Partimos de 1514 mts de altitud y vamos a bajar hasta Resoba que está 1090 mts, es decir, el desnivel es de 424 mts a lo largo de 7 kms.
En unos 450 mts llegamos a las Tenadas de Resoba. En ellas, el ganado busca la sombra en verano y el cobijo de las tormentas. Dentro del corral, se encuentra El Roblón de la Tenada, un roble centenario catalogado por la Junta de Castilla y León como uno de los diez árboles localizados en la provincia de Palencia a proteger como espécimen vegetal de singular relevancia, tiene más de 500 años y una altura de 15,5 mts, son necesarias al menos seis personas para que, uniendo sus manos en corro alrededor de él, cubrir su diámetro.
Seguimos descendiendo, pasando por distintas colladas que dividen las vallejas que van a dar a Polentinos o Santibáñez de Resoba.
Tras caminar unos 2 kms nos introducimos en bonito bosque de robles jóvenes donde por fin tenemos algo de sombra.
Unos 500 mts más, y en un collado, se abren nuevas vistas del Pantano de Ruesga.
Más adelante, en 1,4 kms, empezamos a ver la localidad de Resoba a nuestra derecha. Unos 500 mts más y a nuestra izquierda aparece la Presa y el embalse de Requejada
Seguimos bajando otros 800 mts hasta encontrarnos un cruce a la izquierda, que no cogemos y que lleva a las casas de la Presa de Requejada y a Polentinos. Giramos a la derecha. Otros 800 mts más y llegamos al cementerio de Resoba, que conserva un ábside adornado con un ventanal románico, donde claramente hubo una ermita que, tras derruirse se aprovechó como cementerio.
A partir de aquí la pista está encementada. Ya solo es seguirla para en unos 400 mts llegar a la localidad de Resoba (1090 mts.) donde finalizamos esta bonita ruta.

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