VILAMARTÍN-CERNEGO-ROBLEDO-VILAMARTÍN (MOLINOS Y CASCADA) 18/08/13

18/08/13: Éste es el tercer domingo consecutivo que salgo en la grata compañía de Manuel García Oviedo y en esta ocasión, para hacer esta antigua ruta, señalizada, desbrozada y abierta hace un par de años por senderistas y montañeros de Vilamartín de Valdeorrras. Parte de una calle central en la parte superior de la plaza del mismo, subiendo las escaleras y después del parque infantil en donde encontramos el primer poste “Atallo Cernego, Muiños Robledo”. Ruta bastante bien señalizada por medio de postes rústicos en diferentes modelos de madera con la denominación de la misma, dirección, flechas con dos puntos en su parte inferior (desconocemos el significado de dichos puntos); también en rocas, árboles, etc. con marcas de color morado poco visible (en nuestra opinión se verían mejor en color amarillo o blanco).

Con anterioridad, el día 17/01/13, ya habíamos salido Ignacio Valverde y yo, en plan de reconocimiento de parte de la ruta, haciendo el tramo de Vilamartín al primer molino.

El día 14/04/13, y en esta ocasión en compañía de Miguel de la Cal, partimos con la intención de hacer una sección de la ruta, como así hicimos, recorriendo la parte de los molinos y cascada con llegada a Robledo, para continuar hasta Cereixido y regreso. Como todavía nos quedaba otra variante por hacer, que iba desde el primer molino continuando por la derecha hacia Robledo (como indica el letrero), decidimos completarla en ésta que nos ocupa. (Ver la ruta: “Vilamartín-Cernego-O Robledo-Cereixido-Vilamartín 14/04/13”).

Partimos de mañana con un día soleado, desde la parte alta del pueblo y seguimos por un camino yendo por la ribera del arroyo, al lado del “Regueiro da Filgueira”. Pronto llegaríamos a un sendero muy empinado y largo, entre pinares y castañares, que se dejaría notar hasta encontrar la carretera. Se debe seguir ésta (unos 1000 m) hasta Cernego, pueblo conservado y soleado que nos recibe con su iglesia y su fuente, rodeado por verdes prados sobre una suave ladera.

Cruzamos éste para continuar por un sendero en descenso (que comienza a cerrarse con helechos y maleza) y llegar al “mirador” (a la derecha y señalizado) al que se accede por un sendero corto (que ya no se aprecia) entre monte bajo. El mirador consiste en una gran roca lisa que presenta una especie de surcos que simulan ser arroyos y afluentes en miniatura. Desde este punto, encima de la roca, se divisa el valle y el pico del Montouto.

Continuamos por la senda cubierta de helechos en el descenso hasta llegar a su parte más baja en donde tenemos un puente de troncos de madera sobre el “Regueiro do Bacelo” que cruzamos y, al otro lado del puente, a la izquierda, el primer molino en ruinas cubierto de musgo y con la rueda de moler sobre la entrada. En este lugar tenemos dos opciones, (aquí se presenta la variante comentada anteriormente): seguir por la izquierda, por el lateral derecho del molino, en donde una señal nos indica la dirección hacia la cascada y molinos, o seguir por la derecha hacia O Robledo como nos indica otra flecha. Nos decantamos por ésta (o sea, por la derecha) por ser el tramo que nos faltaba de la anterior ruta. Aunque dicho sea de paso, al regreso, volveríamos por la cascada y molinos para completarla.

A partir de este punto bajo, comenzamos ascendiendo por un sendero de cascotes menudos de pizarra que en algunas partes de su recorrido presentaba humedad y siguiendo a nuestra izquierda un arroyo intermitente con muy poca agua y frondosa arboleda con mucha sombra por la zona de “Os Loureiros”.

Más adelante nos encontramos con una pista amplia recientemente abierta que nos conduciría a “Os Sequeiros” (cabañas en donde se secaban las castañas) y desde éstas en poco tiempo llegar a O Robledo, que en un principio parecía desierto. Eran las 10:15 horas (solo se oían algunos perros que salían a nuestro encuentro ladrándonos desafiantes). Cruzamos el pueblo y en su parte final encontramos al Sr. Enrique, nacido aquí pero residente en O Barco, con quien hablamos como una media hora mientras comíamos algunos alimentos. Los citados perros pronto se hicieron amigos a base de regalarles alguna comida. O Robledo es un pequeño pueblo de montaña casi en ruinas, con pocas viviendas conservadas o restauradas. Teníamos una temperatura de 20.9ºC y 7.52 de kilómetros recorridos. Tiempo en movimiento 02:04 horas.

Después de despedirnos del Sr. Enrique regresamos nuevamente para hacer el trayecto del resto de molinos y cascada en donde poco antes de llegar al waypoint “Os Sequeiros” nos desviamos a la derecha continuando por una senda que pasa junto a un molino o cabaña (no sabemos con certeza si pasamos un segundo molino por su ruinoso e irreconocible estado). La senda por la que transitamos pasa próxima a un colmenar con fachada de piedra y puerta de madera de color marrón. A partir de este punto y hasta el waypoint “molino” de la ida comienza una imperceptible e incierta senda que se pierde al adentrarnos en el estrecho desfiladero siendo imprescindible el track para avanzar por este enmarañado e intrincado bosque con terreno muy resbaladizo e inestable en tiempo húmedo y con una ladera muy pendiente hacia el arroyo en un principio del “Caborco do Val” y luego continuando con el “Regueiro do Bacelo” con tramo de alta complejidad debido su espesa vegetación: a la trama de raíces de árboles, troncos caídos que hay que sortear, pasos por debajo de peñas que pasamos arrastrándonos, las escasas y originales señales clavadas en los árboles de las que tuvimos que ir muy atentos fijándonos bien y que resultan difíciles de seguir (máxime al ir en sentido opuesto a éstas) que encontramos por el siguiente orden: “Robledo Colmear”; “Muiño Robledo”; otra a modo de “forquita” o de empuñadura de tirachinas en forma de Y; y la última, una tabla con los extremos en punta a modo de flecha de dirección, así como las marcas pintadas en las piedras y rocas (prácticamente borradas). Después de variadas peripecias, llegamos a la cascada la cual es poco caudalosa debido al estiaje, pero sí de cierta altura y no exenta de belleza. Hicimos las fotos oportunas y continuamos con las mismas dificultades hasta llegar al waypoint “molino” de la ida.

En este momento creo que debo de hacer un inciso para destacar que es recomendable hacer este recorrido en sentido inverso desde este molino (o sea, al revés) subiendo a través del desfiladero en vez de bajarlo ya que las señales las encontrareis de frente. Al igual que hicimos en mi ruta: “Vilamartín-Cernego-O Robledo-Cereixido-Vilamartín 14/04/13”.

A partir de este molino continuamos en ascenso por el camino cubierto de helechos pasando nuevamente cercanos a la peña del “mirador” para llegar a Cernego en el cual nos detuvimos delante de la iglesia en donde se encuentra una buena fuente con abrevadero para refrescarnos, beber y llenar el camelback y, Manolo puso una de las botellas de plástico en el abrevadero a descongelar (la había metido la noche anterior en el congelador); es una buena idea que yo también hago para llevar el agua fresca. Pero nuestra sorpresa fue mayúscula cuando allí mismo nos dimos de cuenta que la base de la botella estaba perforada y tenía un buen agujero que parecía “quemado” debido a que la había llenado completamente de agua, lo que hizo que al congelarse el agua se dilatase por la presión del hielo rompiéndose por la parte más débil. Manuel lo tomó con buen humor comentando: “hoxe aprendín unha cousa máis” (hoy he aprendido una cosa más). Menos mal que no había mayores problemas para llegar a Vilamartín. Ya sabéis, si metéis un recipiente en el congelador nunca lo llenéis completamente, ni lo dejéis congelar totalmente; una vez a medio congelar, se deja el resto de la noche en el frigorífico, y se termina de rellenar con el resto del líquido que dejamos en otro recipiente al cogerlo por la mañana.

Continuamos la marcha y llegamos a una bifurcación (waypoint izquierda) al lado de una caseta de bloques con solo tres paredes y techo de uralita junto a los postes indicadores del nombre del pueblo y otro morado “arquitectura rural” en donde en esos momentos estaba la gente del pueblo preparando la barbacoa para celebrar posiblemente la fiesta patronal, bajo una carpa.

Tomamos el ramal de la izquierda con el fin de continuar por un camino diferente al de la ida y así hacer la ruta lo más circular posible. Caminando entre pinares, castaños y viñedos llegamos a la altura de un original molino de viento blanco, que creo que es un palomar, para desde aquí encontrarnos con la carretera, seguirla y pasar al lado del Pazo de las Bodegas Ruchel, y en poco tiempo, entrar en Vilamartín por “a Rúa das Covas” calle en donde se concentran buena parte de las bodegas de vino, lugar en donde anualmente se celebra el tradicional recorrido, visitando las mismas y probando sus buenos caldos.

Finalmente llegamos a la plaza de donde partimos y habíamos dejado el coche y con lo mismo nos fuimos para casa a comer ya que eran las 13:51 horas.

Ruta de cierta dificultad por el tramo del desfiladero, pero con la ayuda de un buen track y el sentido común lograréis pasar este ¡¡Buen camino!!

Hasta cuando gustéis.

Localización Mapas: A Rúa nº 190 – III. Escala 1: 25.000
San Vicente de Leira nº 190 – I.

Datos GPS:

General
Título VILAMARTÍN - CERNEGO - ROBLEDO - VILAMARTÍN
Nombre del inicio: VILAMARTIN DE VALDEORRAS

Comentarios del Track:
Idioma Español
Dificultad Moderado
Actividad Senderismo
Valoración Bonita
Circular Sí
Terreno Caminos, sendas, carretera

Fecha y Hora
Día 18-08-2013
Hora de salida 07:46:35
Hora de llegada: 13:51:16
Duración 06:05:19
Tiempo parado 01:34:16
Tiempo en movimiento 04:31:03

Distancias
Distancia con alturas 15.79 km (reales 17.20 km)


Alturas
Track con altituds (3D): Sí
Altitud Máxima 828 m
Altitud Mínima: 32