Desde Villaescusa de Ebro a Orbaneja del Castillo siguiendo las Hoces del río Ebro
near Villaescusa de Ebro, Cantabria (España)
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Itinerary description
Entre Villaescusa de Ebro (Cantabria) y Orbaneja del Castillo (Burgos) vamos a transitar por el tramo más estrecho y profundo de los “Cañones del Ebro”. El río dibuja tres meandros muy pronunciados. El valle aparece con pendientes casi verticales desde el cantil hasta el lecho del rio. Sobre la roca crecen especies mediterráneas, encinas y quejigo, otras atlánticas como el haya, se refugian en la umbría, mientras el bosque de ribera perfila el Ebro.
Mientras recorremos la orilla, en el cielo podremos identificar el planear de los buitres leonados y algún alimoche que, junto a águilas reales, calzadas y el ultimo ejemplar de perdicera, viven en los cañones.
Aparcamos el coche en Villaescusa de Ebro junto al puente sobre el río. A pie vamos por la calle asfaltada que va inicialmente paralela al curso del Ebro, con este a la izquierda. Remontamos la calle hasta encontrar entre las casas una pista a la izquierda por la que dejamos el caserío hacia una visible estabulación de ganado. El camino, entre prados, rebasa esta cuadra, al cabo de un kilómetro supera un pequeño regato, la Vertiente del Cortín de Lobos, e ignoramos a la derecha un camino carretero que sube a una finca. Enseguida vemos a la derecha una verja que da entrada a un prado donde tras el deshielo o fuertes lluvias se ve manar la Cascada del Tobazo. Tras visitar la cascada, nos dirigimos a la izquierda, paralelos al curso del río, que nos conduce de nuevo al camino principal y seguir el curso del Ebro. De vuelta al camino, en la estación hidroeléctrica finaliza la pista, pero por la derecha continua un sendero, paralelo al curso del río, que atraviesa una finca, después un brezal y otra zona con matorrales y algún quejigo. El limpio sendero cruza un bosque de encinas, un pequeño salto de agua y deja en la orilla opuesta un antiguo molino con una casa antes de entrar en Burgos.
El Sendero discurre paralelo al Ebro entre rocas dispersas y bajo una bóveda vegetal de chopos, avellanos, plantaciones de pinos, encinas helechos, quejigos, tejos y hayas. Veremos como las hayas crecen sobre los canchales de piedra frenando la erosión bajo los cortados. El camino no ofrece mayores dificultades para seguirlo., salvo que tras las lluvias brotan fuentes que encharcan el holladero del mismo.
Después de una hora de marcha, la senda llega a una zona de huertas abandonadas, en breve se une por la derecha un sendero que proviene de unas antiguas carboneras en el páramo de la Lora. Ya cerca de Orbaneja se une otra senda también por la diestra y nuestro sendero progresa paralelo al río hasta llegar frente al puente que da acceso a Orbaneja.
Lo cruzamos y, al salir a la carretera vamos unos metros a la derecha hasta una impresionante cascada que baja de la Cueva del Agua al Ebro y que durante mucho tiempo movió un molino harinero y una central hidroeléctrica. Frente a la cascada tobácea subimos a la derecha unas escaleras que llegan junto al antiguo molino y dan a la plaza el pueblo, bajo la surgencia permanente de la Cueva del Agua.
Nos hallamos en Orbaneja del Castillo, hermoso pueblo burgalés encajonado entre el Páramo de Bricia y un caprichoso cantil erosionado de La Lora. Este pueblo en su día albergó cristianos, mozárabes y judíos (de su alfama queda el nombre de alguna de sus calles); cuenta con un interesante conjunto de arquitectura popular y se halla dividido por el curso de agua que brota de la Cueva del Agua. El Páramo de Bricia actúa como almacén recogiendo todo el agua de lluvia y la surgencia es su aliviadero natural. La oquedad se puede recorrer un centenar de metros a cambio de una módica cantidad.
VILLAESCUSA DE EBRO
Paisaje y naturaleza
Se inicia en Villaescusa de Ebro el espectacular cañón que origina el Ebro al atravesar los potentes estratos horizontales del páramo de La Lora durante un trayecto de varios kilómetros, que trascurren en su mayor parte por la provincia de Burgos. El río, las fuertes pendientes de las laderas y los cestones calizos de las alturas dan lugar a un valioso ecosistema en el que lo más llamativo quizás sean los caprichos rocosos de naturaleza kárstica que aparecen por doquier en cuevas, oquedades y surgencias de las que mana el agua en forma de impresionantes cascadas como en la de El Tobazo. Las especies forestales presentan gran variedad ya que se mezclan las que pertenecen a climas atlánticos, como los hayedos de las laderas norte del cañón, con otras más propias de dominios geográficos mediterráneos, como el roble albar o, más específicamente, los encinares y carrascales (que aparecen en las laderas más soleadas y en las zonas donde aflora con facilidad la roca caliza), junto a las alineaciones de chopos, álamos, fresnos o sauces en las riberas del Ebro.
El cañón es un hábitat perfecto para el establecimiento de una rica avifauna, en la que destaca, por su importancia, una numerosa colonia de buitres leonados que anida en los farallones rocosos. Por las empinaduras de los notes todavía corretea el corzo, el jabalí o el zorro y por las soledades del páramo campea el temido lobo, que sigue despachándose todos los años algún rebaño de ovejas, para desesperación de los ganaderos de la zona.
Patrimonio histórico
La arquitectura doméstica de Villaescusa de Ebro posee características distintas de las del resto de Valderredible. En principio, se asemeja a la de los pueblos burgalesas inmediatos por la sencillez estructural de las construcciones, en las que apenas destaca algún elemento como la solana alta entre muros cortafuegos salientes. Pero lo que definitivamente diferencia a este pueblo de los demás es el uso de la piedra de toba como material de construcción, En efecto, los bloques compactos de arenisca que vemos aparecer con facilidad por el resto del valle, no lo hacen en esta parte del cañón del Ebro, donde las rocas son de origen calcáreo. Sin embargo, en los alrededores de Villaescusa, aflora la piedra toba en las surgencias de las corrientes acuáticas subterráneas (filtradas por todo el páramo de La Lora) que proporcionan un material pétreo menos noble pero de mayor facilidad de extracción que la arenisca.
Este factor fue sin duda tenido en cuenta a la hora de excavarse hacia los siglos IX o X el conjunto eremítico-rupestre que se localiza por encima de la espectacular cascada de “El Tobazo”, de muy difícil acceso, pero al que compensa llegar aunque solo sea por el inmenso atractivo que tiene el entorno en este punto. Consta de tres cavidades de distinto tamaño que se aprovechan, en parte, de una oquedad previa de la roca. La más importante en la central, en la que se describe un espacio litúrgico rectangular con cabecera recta, comunicado a través de dos estrechos corredores con las otras dos, supuestamente concebidas como dependencias eremíticas y monasteriales.
La iglesia parroquial de Santa Isabel se sitúa un poco apartada del casco urbano, en lo que un antiguo despoblado. Es un templo del siglo XVII, que conserva restos románicos en la pila bautismal de “dientes de sierra” y en un bajorrelieve de tosca ejecución que podría fecharse en el siglo XI, anterior a la eclosión del estilo por la zona sur de Cantabria. Es de lamentar el estado ruinoso en que se encuentra el edificio, que necesita de una urgente intervención antes de que desaparezca definitivamente.
ORBANEJA DEL CASTILLO
En el límite con Cantabria se encuentra la pintoresca localidad de Orbaneja del Castillo cuya seña de identidad es la espectacular cascada que brota de la Cueva del Agua, en la base del circo rocoso que protege el conjunto urbano. La cascada atraviesa el caserío de piedra de la villa que cuelga de las terrazas de toba, precipitándose en rápidos y cascadas hacia el curso del Ebro y dando lugar a una serie de pozas de un extraordinario azul turquesa. El pueblo, que queda así dividido en dos barrios, Villa y Puebla, constituye uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados, con apiñadas casas de evidente traza montañesa cuyas elegantes solanas de madera parecen colgar del aire. El uso de la toba, piedra caliza muy porosa abundante en la zona, es otra de las características de estas construcciones.
Desde el mirador de Cueva del Agua se pueden contemplar en todo su esplendor las formaciones kársticas que dan nombre al pueblo, ya que, vistas desde la distancia, se asemejan a las ruinas de una antigua fortaleza. Entre ellas destaca “La ventana cerrada” una formación que asemeja a dos camellos dándose un beso.
La Cueva del agua, de la que brotan las aguas del acuífero que alimenta la cascada, es visitable en temporada alta por un precio simbólico. El caudal de esta surgencia es permanente a lo largo del año, aunque aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo. Antiguamente la cascada sirvió para mover las piedras de cinco molinos harineros de los que todavía se conservan restos.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1931, la localidad que fue en su día cobijo de los mozárabes y judíos, se encuentra enclavada en el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
La paramera que circunda Orbaneja del Castillo, conocida como “las eras” era el único espacio abierto y llano susceptible de ser labrado en la localidad. Allí se conservan una serie de chozas de piedra de planta circular o cuadrada, construidas en mampostería caliza y con falsas cubiertas abovedadas que servían de granero y lugar de refugio en caso de tormenta. Éstas constituyen uno de los conjuntos de arquitectura popular más interesantes de la provincia de Burgos.
Otros edificios singulares de la localidad son la Casa de los Canes, que recibe su nombre de los canecillos románicos reutilizados que la decoran; y la Casa de los Pobres, antiguo hospital del siglo XVI, que cuenta con soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba.
AVISO: La ruta descrita, así como el track y waypoints los he descargado de mi GPS después de hacerla personalmente. Aun así, debéis de considerarlos meramente orientativos. Los tracks no marcan siempre el itinerario exacto, por tanto, pueden contener errores, esto es debido a que durante la grabación por GPS la recepción de los satélites puede ser débil especialmente en zonas de barrancos, desfiladeros profundos, zonas de bosque espeso, etc. Queda a la responsabilidad de quien las realice, las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán de las CONDICIONES climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física del que las realice.
Siempre recomiendo ir acompañado al monte, dejando aviso a un conocido o familiar de nuestro itinerario y tiempos previstos, llevar el teléfono con carga suficiente, agua, comida y abrigo adecuado a la época y recorrido a realizar.
Deja todo como estaba o mejor para que todos podamos seguir disfrutándolo y que las únicas huellas de tu paso sean las de tus botas.
Mientras recorremos la orilla, en el cielo podremos identificar el planear de los buitres leonados y algún alimoche que, junto a águilas reales, calzadas y el ultimo ejemplar de perdicera, viven en los cañones.
Aparcamos el coche en Villaescusa de Ebro junto al puente sobre el río. A pie vamos por la calle asfaltada que va inicialmente paralela al curso del Ebro, con este a la izquierda. Remontamos la calle hasta encontrar entre las casas una pista a la izquierda por la que dejamos el caserío hacia una visible estabulación de ganado. El camino, entre prados, rebasa esta cuadra, al cabo de un kilómetro supera un pequeño regato, la Vertiente del Cortín de Lobos, e ignoramos a la derecha un camino carretero que sube a una finca. Enseguida vemos a la derecha una verja que da entrada a un prado donde tras el deshielo o fuertes lluvias se ve manar la Cascada del Tobazo. Tras visitar la cascada, nos dirigimos a la izquierda, paralelos al curso del río, que nos conduce de nuevo al camino principal y seguir el curso del Ebro. De vuelta al camino, en la estación hidroeléctrica finaliza la pista, pero por la derecha continua un sendero, paralelo al curso del río, que atraviesa una finca, después un brezal y otra zona con matorrales y algún quejigo. El limpio sendero cruza un bosque de encinas, un pequeño salto de agua y deja en la orilla opuesta un antiguo molino con una casa antes de entrar en Burgos.
El Sendero discurre paralelo al Ebro entre rocas dispersas y bajo una bóveda vegetal de chopos, avellanos, plantaciones de pinos, encinas helechos, quejigos, tejos y hayas. Veremos como las hayas crecen sobre los canchales de piedra frenando la erosión bajo los cortados. El camino no ofrece mayores dificultades para seguirlo., salvo que tras las lluvias brotan fuentes que encharcan el holladero del mismo.
Después de una hora de marcha, la senda llega a una zona de huertas abandonadas, en breve se une por la derecha un sendero que proviene de unas antiguas carboneras en el páramo de la Lora. Ya cerca de Orbaneja se une otra senda también por la diestra y nuestro sendero progresa paralelo al río hasta llegar frente al puente que da acceso a Orbaneja.
Lo cruzamos y, al salir a la carretera vamos unos metros a la derecha hasta una impresionante cascada que baja de la Cueva del Agua al Ebro y que durante mucho tiempo movió un molino harinero y una central hidroeléctrica. Frente a la cascada tobácea subimos a la derecha unas escaleras que llegan junto al antiguo molino y dan a la plaza el pueblo, bajo la surgencia permanente de la Cueva del Agua.
Nos hallamos en Orbaneja del Castillo, hermoso pueblo burgalés encajonado entre el Páramo de Bricia y un caprichoso cantil erosionado de La Lora. Este pueblo en su día albergó cristianos, mozárabes y judíos (de su alfama queda el nombre de alguna de sus calles); cuenta con un interesante conjunto de arquitectura popular y se halla dividido por el curso de agua que brota de la Cueva del Agua. El Páramo de Bricia actúa como almacén recogiendo todo el agua de lluvia y la surgencia es su aliviadero natural. La oquedad se puede recorrer un centenar de metros a cambio de una módica cantidad.
VILLAESCUSA DE EBRO
Paisaje y naturaleza
Se inicia en Villaescusa de Ebro el espectacular cañón que origina el Ebro al atravesar los potentes estratos horizontales del páramo de La Lora durante un trayecto de varios kilómetros, que trascurren en su mayor parte por la provincia de Burgos. El río, las fuertes pendientes de las laderas y los cestones calizos de las alturas dan lugar a un valioso ecosistema en el que lo más llamativo quizás sean los caprichos rocosos de naturaleza kárstica que aparecen por doquier en cuevas, oquedades y surgencias de las que mana el agua en forma de impresionantes cascadas como en la de El Tobazo. Las especies forestales presentan gran variedad ya que se mezclan las que pertenecen a climas atlánticos, como los hayedos de las laderas norte del cañón, con otras más propias de dominios geográficos mediterráneos, como el roble albar o, más específicamente, los encinares y carrascales (que aparecen en las laderas más soleadas y en las zonas donde aflora con facilidad la roca caliza), junto a las alineaciones de chopos, álamos, fresnos o sauces en las riberas del Ebro.
El cañón es un hábitat perfecto para el establecimiento de una rica avifauna, en la que destaca, por su importancia, una numerosa colonia de buitres leonados que anida en los farallones rocosos. Por las empinaduras de los notes todavía corretea el corzo, el jabalí o el zorro y por las soledades del páramo campea el temido lobo, que sigue despachándose todos los años algún rebaño de ovejas, para desesperación de los ganaderos de la zona.
Patrimonio histórico
La arquitectura doméstica de Villaescusa de Ebro posee características distintas de las del resto de Valderredible. En principio, se asemeja a la de los pueblos burgalesas inmediatos por la sencillez estructural de las construcciones, en las que apenas destaca algún elemento como la solana alta entre muros cortafuegos salientes. Pero lo que definitivamente diferencia a este pueblo de los demás es el uso de la piedra de toba como material de construcción, En efecto, los bloques compactos de arenisca que vemos aparecer con facilidad por el resto del valle, no lo hacen en esta parte del cañón del Ebro, donde las rocas son de origen calcáreo. Sin embargo, en los alrededores de Villaescusa, aflora la piedra toba en las surgencias de las corrientes acuáticas subterráneas (filtradas por todo el páramo de La Lora) que proporcionan un material pétreo menos noble pero de mayor facilidad de extracción que la arenisca.
Este factor fue sin duda tenido en cuenta a la hora de excavarse hacia los siglos IX o X el conjunto eremítico-rupestre que se localiza por encima de la espectacular cascada de “El Tobazo”, de muy difícil acceso, pero al que compensa llegar aunque solo sea por el inmenso atractivo que tiene el entorno en este punto. Consta de tres cavidades de distinto tamaño que se aprovechan, en parte, de una oquedad previa de la roca. La más importante en la central, en la que se describe un espacio litúrgico rectangular con cabecera recta, comunicado a través de dos estrechos corredores con las otras dos, supuestamente concebidas como dependencias eremíticas y monasteriales.
La iglesia parroquial de Santa Isabel se sitúa un poco apartada del casco urbano, en lo que un antiguo despoblado. Es un templo del siglo XVII, que conserva restos románicos en la pila bautismal de “dientes de sierra” y en un bajorrelieve de tosca ejecución que podría fecharse en el siglo XI, anterior a la eclosión del estilo por la zona sur de Cantabria. Es de lamentar el estado ruinoso en que se encuentra el edificio, que necesita de una urgente intervención antes de que desaparezca definitivamente.
ORBANEJA DEL CASTILLO
En el límite con Cantabria se encuentra la pintoresca localidad de Orbaneja del Castillo cuya seña de identidad es la espectacular cascada que brota de la Cueva del Agua, en la base del circo rocoso que protege el conjunto urbano. La cascada atraviesa el caserío de piedra de la villa que cuelga de las terrazas de toba, precipitándose en rápidos y cascadas hacia el curso del Ebro y dando lugar a una serie de pozas de un extraordinario azul turquesa. El pueblo, que queda así dividido en dos barrios, Villa y Puebla, constituye uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados, con apiñadas casas de evidente traza montañesa cuyas elegantes solanas de madera parecen colgar del aire. El uso de la toba, piedra caliza muy porosa abundante en la zona, es otra de las características de estas construcciones.
Desde el mirador de Cueva del Agua se pueden contemplar en todo su esplendor las formaciones kársticas que dan nombre al pueblo, ya que, vistas desde la distancia, se asemejan a las ruinas de una antigua fortaleza. Entre ellas destaca “La ventana cerrada” una formación que asemeja a dos camellos dándose un beso.
La Cueva del agua, de la que brotan las aguas del acuífero que alimenta la cascada, es visitable en temporada alta por un precio simbólico. El caudal de esta surgencia es permanente a lo largo del año, aunque aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo. Antiguamente la cascada sirvió para mover las piedras de cinco molinos harineros de los que todavía se conservan restos.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1931, la localidad que fue en su día cobijo de los mozárabes y judíos, se encuentra enclavada en el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón.
La paramera que circunda Orbaneja del Castillo, conocida como “las eras” era el único espacio abierto y llano susceptible de ser labrado en la localidad. Allí se conservan una serie de chozas de piedra de planta circular o cuadrada, construidas en mampostería caliza y con falsas cubiertas abovedadas que servían de granero y lugar de refugio en caso de tormenta. Éstas constituyen uno de los conjuntos de arquitectura popular más interesantes de la provincia de Burgos.
Otros edificios singulares de la localidad son la Casa de los Canes, que recibe su nombre de los canecillos románicos reutilizados que la decoran; y la Casa de los Pobres, antiguo hospital del siglo XVI, que cuenta con soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba.
AVISO: La ruta descrita, así como el track y waypoints los he descargado de mi GPS después de hacerla personalmente. Aun así, debéis de considerarlos meramente orientativos. Los tracks no marcan siempre el itinerario exacto, por tanto, pueden contener errores, esto es debido a que durante la grabación por GPS la recepción de los satélites puede ser débil especialmente en zonas de barrancos, desfiladeros profundos, zonas de bosque espeso, etc. Queda a la responsabilidad de quien las realice, las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán de las CONDICIONES climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física del que las realice.
Siempre recomiendo ir acompañado al monte, dejando aviso a un conocido o familiar de nuestro itinerario y tiempos previstos, llevar el teléfono con carga suficiente, agua, comida y abrigo adecuado a la época y recorrido a realizar.
Deja todo como estaba o mejor para que todos podamos seguir disfrutándolo y que las únicas huellas de tu paso sean las de tus botas.
Waypoints
Monument
2,227 ft
Fielato de Villaescusa de Ebro
El municipio de Valderredible cuenta con cuatro fielatos ubicados en los pueblos de Barcena de Ebro, San Andrés de Valdelomar, Quintanilla de Rucandio y Villaescusa de Ebro, correspondientes a las entradas y salidas de este municipio. Los fielatos era el nombre popular que se daba a estos pequeños edificios, también conocidos como "casetas de consumo", donde se procedía al cobro de los arbitricios y tasa municipales sobre el trafico de mercancías.
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