Villafranca de Córdoba: Sierrezuela y ermita del Calvario
near Villafranca de Córdoba, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hoy hemos hecho una ruta muy interesante, sobre todo para los aficionados a la historia, donde el senderismo nos ha permitido disfrutar a un mismo tiempo de un bonito entorno natural y de vestigios, bastante bien conservados, de nuestra Guerra Civil (ya que el frente quedó establecido aquí definitivamente en diciembre de 1936, con Villafranca en zona nacional y Adamuz en la republicana).
Aparcamos en el parque periurbano de Fuente Agria (que debe su nombre a una fuente de agua ferruginosa), al que se llega tras dejar Villafranca por la carretera que lleva a Adamuz, al poco tomar la desviación hacia el cementerio y desde éste, coger la pista hacia el área recreativa.
Junto al albergue, iniciamos la subida por la Senda del Oso, al principio junto al arroyo del Frontón, del que nos separamos conforme ascendemos para conectar con la pista en los Mojones. Vamos por una sendita junto a ésta, hasta que termina en el camino; a los pocos metros de andar por él, a su derecha nos aparecen los primeros restos de la guerra, un muro de piedra y una trinchera que lleva a un pozo de tirador. Avanzamos por la pista unos metros, hasta un cortafuegos que conecta a la derecha y enseguida volvemos a desviarnos a la derecha por una sendita que nos lleva a la Vereda del Carpio; bajamos por ésta hasta una curva pronunciada donde sale una nueva veredita por la que nos metemos en otra frondosa zona de la Sierrezuela; cruzamos un arroyuelo tributario del arroyo Tamujoso y ascendemos, sin tomar ninguna de las sendas que nos salen a la izquierda, hasta llegar nuevamente a la pista, muy cerca de una estructura semicircular, también de época de la guerra, de finalidad poco clara (la construcción de la pista puede haber alterado su estructura de hecho). Desde aquí nos metemos por una trinchera, que discurre entre la pista y la carretera Villafranca-Adamuz, frente al “Mirador de Sierra Morena”, y que va conectando con varios fosos, los cuales pudieron tener usos varios (descansadero, abrigo de tropas, pozos de tirador...). Al parecer hay más de 500 metros de trincheras formando un complejo que ocupa la Sierrezuela, Loma Mojoneras o el Cerro Tabaco.
Tras dejar la trinchera, conectamos con la pista que vemos a nuestra derecha y la seguimos en dirección al helipuerto, pero antes de llegar aquí bajamos a la curva de la carretera antigua por un corto pero pendiente camino, lleno de piedra suelta (aunque se puede bajar bien por sus márgenes). Continuamos por la carretera hasta encontrar una senda a su izquierda que, en una bajada algo menos pronunciada que la anterior, nos lleva por debajo del viaducto de la carretera actual hasta conectar con un camino que discurre entre ésta y la finca del Calvario; seguimos el camino a la derecha hasta una puerta de la misma finca.
A partir de aquí el recorrido es por propiedad privada, por lo que se debe contar con permiso para pasar (que afortunadamente teníamos). Pues bien, continuando por la trocha que parte desde la puerta pasamos junto a un cortijo en ruinas, desde el que ya vemos la ermita del Calvario, hacia la que nos encaminamos. Al parecer se construyó en el siglo XVII (aparece en el Libro de Visitas del Obispado del año 1633 con el nombre de Cofradía de Milicia Cristi del Calvario) y en ella se rendía culto a una efigie de Jesús crucificado, subiendo los vecinos los viernes de Cuaresma rezando las estaciones del Vía Crucis y el Viernes Santo algunos incluso cargados con cruces en cumplimiento de alguna promesa. Posteriormente sirvió como lazareto durante las epidemias de peste, hasta que a finales del siglo XIX el gobernador eclesiástico lo prohibió por ser un edificio destinado al culto divino. Con la Guerra Civil se inicia su deterioro, progresivo pese a que a mediados de los años 80 se crea la asociación “Amigos del Calvario “ para su restauración, que no recibió apoyo político ni eclesiástico. Es una auténtica pena, pues la edificación es muy bonita, con unas vistas privilegiadas sobre Villafranca y el Guadalquivir. En las paredes de su interior, podemos ver amuletos, crucifijos, fotos... posiblemente dejados por vecinos que aún peregrinan hasta aquí.
Volvemos sobre nuestros pasos, hasta llegar a un camino que baja a nuestra derecha, en dirección al arroyo Valhondo; es un precioso camino, que también lleva hasta la puerta de la propiedad, pero antes de que suba mucho, lo dejamos para cruzar el arroyo y ascender en busca de un búnker situado en esta finca. Tras visitarlo y subir un poco por la loma, bajamos nuevamente al arroyo, campo a traviesa, para volver al camino público, un poco antes de la puerta a la que de nuevo nos dirigimos, pero ahora bajamos a la carretera y, tras cruzarla, tomamos la vereda de los Rafaeles. Ésta baja paralela a la carretera, pero nos desviamos a la derecha cuando se bifurca, para volver al punto de inicio de la ruta.
Agradecimientos a Rafalín VF (cuyos tracks y conocimientos de la zona nos han sido muy útiles), a Pepe Lozano (por su blog sobre los vestigios de la Guerra Civil) y a Alfonso, por supuesto.
Aparcamos en el parque periurbano de Fuente Agria (que debe su nombre a una fuente de agua ferruginosa), al que se llega tras dejar Villafranca por la carretera que lleva a Adamuz, al poco tomar la desviación hacia el cementerio y desde éste, coger la pista hacia el área recreativa.
Junto al albergue, iniciamos la subida por la Senda del Oso, al principio junto al arroyo del Frontón, del que nos separamos conforme ascendemos para conectar con la pista en los Mojones. Vamos por una sendita junto a ésta, hasta que termina en el camino; a los pocos metros de andar por él, a su derecha nos aparecen los primeros restos de la guerra, un muro de piedra y una trinchera que lleva a un pozo de tirador. Avanzamos por la pista unos metros, hasta un cortafuegos que conecta a la derecha y enseguida volvemos a desviarnos a la derecha por una sendita que nos lleva a la Vereda del Carpio; bajamos por ésta hasta una curva pronunciada donde sale una nueva veredita por la que nos metemos en otra frondosa zona de la Sierrezuela; cruzamos un arroyuelo tributario del arroyo Tamujoso y ascendemos, sin tomar ninguna de las sendas que nos salen a la izquierda, hasta llegar nuevamente a la pista, muy cerca de una estructura semicircular, también de época de la guerra, de finalidad poco clara (la construcción de la pista puede haber alterado su estructura de hecho). Desde aquí nos metemos por una trinchera, que discurre entre la pista y la carretera Villafranca-Adamuz, frente al “Mirador de Sierra Morena”, y que va conectando con varios fosos, los cuales pudieron tener usos varios (descansadero, abrigo de tropas, pozos de tirador...). Al parecer hay más de 500 metros de trincheras formando un complejo que ocupa la Sierrezuela, Loma Mojoneras o el Cerro Tabaco.
Tras dejar la trinchera, conectamos con la pista que vemos a nuestra derecha y la seguimos en dirección al helipuerto, pero antes de llegar aquí bajamos a la curva de la carretera antigua por un corto pero pendiente camino, lleno de piedra suelta (aunque se puede bajar bien por sus márgenes). Continuamos por la carretera hasta encontrar una senda a su izquierda que, en una bajada algo menos pronunciada que la anterior, nos lleva por debajo del viaducto de la carretera actual hasta conectar con un camino que discurre entre ésta y la finca del Calvario; seguimos el camino a la derecha hasta una puerta de la misma finca.
A partir de aquí el recorrido es por propiedad privada, por lo que se debe contar con permiso para pasar (que afortunadamente teníamos). Pues bien, continuando por la trocha que parte desde la puerta pasamos junto a un cortijo en ruinas, desde el que ya vemos la ermita del Calvario, hacia la que nos encaminamos. Al parecer se construyó en el siglo XVII (aparece en el Libro de Visitas del Obispado del año 1633 con el nombre de Cofradía de Milicia Cristi del Calvario) y en ella se rendía culto a una efigie de Jesús crucificado, subiendo los vecinos los viernes de Cuaresma rezando las estaciones del Vía Crucis y el Viernes Santo algunos incluso cargados con cruces en cumplimiento de alguna promesa. Posteriormente sirvió como lazareto durante las epidemias de peste, hasta que a finales del siglo XIX el gobernador eclesiástico lo prohibió por ser un edificio destinado al culto divino. Con la Guerra Civil se inicia su deterioro, progresivo pese a que a mediados de los años 80 se crea la asociación “Amigos del Calvario “ para su restauración, que no recibió apoyo político ni eclesiástico. Es una auténtica pena, pues la edificación es muy bonita, con unas vistas privilegiadas sobre Villafranca y el Guadalquivir. En las paredes de su interior, podemos ver amuletos, crucifijos, fotos... posiblemente dejados por vecinos que aún peregrinan hasta aquí.
Volvemos sobre nuestros pasos, hasta llegar a un camino que baja a nuestra derecha, en dirección al arroyo Valhondo; es un precioso camino, que también lleva hasta la puerta de la propiedad, pero antes de que suba mucho, lo dejamos para cruzar el arroyo y ascender en busca de un búnker situado en esta finca. Tras visitarlo y subir un poco por la loma, bajamos nuevamente al arroyo, campo a traviesa, para volver al camino público, un poco antes de la puerta a la que de nuevo nos dirigimos, pero ahora bajamos a la carretera y, tras cruzarla, tomamos la vereda de los Rafaeles. Ésta baja paralela a la carretera, pero nos desviamos a la derecha cuando se bifurca, para volver al punto de inicio de la ruta.
Agradecimientos a Rafalín VF (cuyos tracks y conocimientos de la zona nos han sido muy útiles), a Pepe Lozano (por su blog sobre los vestigios de la Guerra Civil) y a Alfonso, por supuesto.
Waypoints
Comments (5)
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Buena ruta!
Muchas gracias!
Hola, como conseguiste los permisos de la propiedad privada?
A través de un amigo del propietario
Gracias¡¡¡