Villamejín- Llindelafaya- Collá de Aciera- Collá La Forcá- Pico La Forcá- Cuetu Mar- Canal de Cerreo- Collá Aciera-Villamejín

Accedemos a Proaza siguiendo la AS-228 que une Trubia, con la capital del concejo y más allá. A la salida de Proaza, seguimos una desviación a la izquierda que cruza el río Trubia y por la parte trasera de la Central Hidroeléctrica se dirige al pueblo de Villamejín. Empezamos la ruta después de aparcado el vehículo, en el lugar indicado por un amable vecino que en ese momento por allí pasaba. Callejeamos por entre las casas para salir a la parte alta del pueblo. Desde este punto una pista de hormigón alcanza un cruce, justo al lado del depósito de agua y donde hay colocado un poste indicativo. Tomaremos el ramal de la derecha que nos conduce entre arbolado dirección sur. Antaño este camino real estaba empedrado casi en su totalidad, siendo lugar de paso para las gentes de Proaza hacia Castilla a través de Quiros. Hoy día es una pista que da servicio a los ganaderos hacia las abundantes cabañas y fincas de la zona. Entre pastos y arboleda, superamos alguna rampa fuerte. Pasaremos una fuente y bebedero de la Filmortera, a la mano izquierda y luego cercana otra fuente en la venta La Cerezal hasta llegar a Llendelafaya, sigue la subida pasando por las cabañas de Las Güertinas, El Praón y por La Cal, hasta llegar a la collá de Aciera. Lugar que si la climatología lo permite (no fue nuestro caso), tendremos vistas no solo hacia atrás sobre la parte baja del valle, sino también hacia el sur y el concejo de Quiros. Nos llamará la atención la esbelta silueta del Pico Gorrión o Mayor, a demás de Peña Rueda y Huertos del Diablo al fondo, con el Pico La Hoya sobre nuestras cabezas (la niebla que nos acompañó toda la jornada nos privó de tal visión montañera, escusa para volver otro día). Abandonamos la collada en dirección noroeste por un camino/pista que, sin apenas ganar altura, nos conduce a una fuente con bebedero situada en la vertical del valle La Forcá. Ahora debemos girar hacia el oeste y remontar la ancha y abierta canal herbosa que nos separa de la cresta principal de la Sierra de Caranga. A medida que subimos se hace cada vez más empinada, trazando el sendero varias zetas para hacer más llevadera la remontada, hasta llegar a la collada de La Forcá, nos vamos a la derecha rodeando el primer resalte y coronamos el pico La Forcá. Cuenta esta cima con un motón de piedras y un buzón montañero, como no tenemos buenas vistas para comentar, sacamos la foto de rigor y retornamos a la collada, para girar al sur y seguir por la cresta en dirección al Cuetu Mar. Después de un tramo de camino por la cresta seguimos la senda a la derecha por la parte de Caranga, ignorando otro camino que pierde lentamente altura. Hemos de continuar por el más alto, pegados prácticamente a la roca hasta salvar una brecha, y luego el camino trepa unos metros por una rampa herbosa desde donde llegamos a la cumbre del pico Cuetu Mar o La Hoya para otros. Permanecemos en la cima lo gusto, pues la niebla que nos acompañó toda la jornada, nos impidió de panorámica alguna. Seguiremos la cresta hacia el sur, un tramo corto, hasta llegar a una roca. A la izquierda hay una especie de canal, la canal de Cerreo, que se va estrechando hacia abajo, a la vez que aparecen los hitos, y el camino más marcado, este serpentea para desembocar en la collada de Aciera. Hemos de estar atentos y no seguir hacia un embudo que acaba en un corte vertical. Iniciamos el último tamo por un pedregal para continuar hacia la izquierda, siguiendo los hitos y por el camino correcto, continuar por pradera hasta la misma collada de Aciera. Ya, solo nos resta regresar a Villamejín por el camino de subida. En nuestro caso con la intención de regresar otro día, y con otra climatología más favorable.

NOTA de AVISO: El Track aquí descrito y la información que el autor aporta, son apreciaciones personales, orientativas y sin animo de lucro. Las condiciones climatológicas, lo cambiante del medio así, como la preparación física y técnica de cada persona o grupo de personas que realicen esta actividad, puede variar o no coincidir. Por ello, el autor queda excluido de responsabilidad alguna, ante cualquier percance acaecido a quien por voluntad propia o inducida realice esta actividad.