Villanueva de Valdegovía-Yacimiento de San Martín de Valparaíso-Raso-Mioma-Rodil-Pinedo-Corro-Tobillas

Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 134:

Comienzo al lado del ayuntamiento de la localidad alavesa de Villanueva de Valdegovía. Para llegar hasta aquí, cojo el bus de la línea 13 de Alavabus, que va desde Vitoria hasta Bóveda (de Lunes a Viernes) o solo hasta Villanueva de Valdegovía (Sábados, Domingos y festivos). Esta es la razón por la que he hecho la ruta hoy Viernes, ya que para volver de Tobillas a Vitoria solo puedo desplazarme entre semana.

Abandono la carretera por el lado derecho, para dirigirme sin pérdida alguna directo hasta mi primer objetivo, la cima del monte Raso.
Al principio avanzo por pista de cemento, hasta llegar al conocido como Barranco de San Martín de Valparaíso. No esperaba encontrarme nada por aquí, sin embargo, al mirar un cartel que había por ahí, descubrí que debajo de uno de los paredones rocosos de la zona, se encontraban los restos de un antiguo yacimiento de la Edad Media, posiblemente de los siglos IX-X. En él se hayan 2 partes bien diferenciadas: la zona de vivienda (más que seguro tenía también iglesia) y la necrópolis.
Yo posiblemente me haya dejado algo, porque de las imágenes que he visto por internet, no todo he llegado a fotografiarlo. Mas información en el enlace de abajo.

Yacimiento de San Martín de Valparaiso

Tras patear un poco por el bonito barranco y el yacimiento, prosigo la marcha, yendo ahora por sendero de tierra y piedras. No tardo mucho en empezar a ascender, de primeras camino en suave pendiente, aunque más adelante la inclinación se acentúa, siendo algo exigente pero de fácil y cómodo andar.

Rápidamente empiezo a ganar altitud, aunque esto no se traduce en vistas, que por desgracia brillan por su ausencia por culpa de la densa arboleda. De vez en cuando entre árbol y árbol se deja ver algo, pudiendo observar parte del valle de Valdegovía, algún pico de la parte oriental de la sierra de Arcena, y la sierra de Cantabria o Toloño a lo lejos.

La parte final del ascenso se avanza en línea recta, por una zona de coto de caza, posiblemente de palomas o pájaros, que por cierto había muchos por allí.
En pocos minutos, y sin haber exigido apenas nada al cuerpo (al menos de momento), llego a un cruce, donde si giro a la derecha descendería rumbo al pueblo de Mioma, o a la izquierda para llegar al geodésico cimero del monte Raso. Obviamente primero giro a la izquierda.

Solo tengo que andar unas decenas de metros por una pradera repleta de vacas y algún caballo, que por fortuna no se inmutaban ante mi presencia, y acto seguido alcanzo la cumbre del monte Raso (1051m). Dicha cima se encuentra justo en la divisoria entre la provincia de Álava y la Comunidad Autónoma de Burgos.

Las vistas nuevamente están limitadas por la arboleda, aunque se deja ver parcialmente 180° de panorámica, pudiendo divisar el Valle de Valdegovía, las sierras de Toloño y Arcena, y la cercana sierra de Peña Gobea.

Tras las fotos de rigor, vuelvo al cruce y ahora sigo de frente. Avanzo durante unos minutos por un sendero natural hasta desviarme después por la izquierda, adentrándome de lleno por un denso bosque de árboles muy altos.

La zona está repleta de hojarasca, pero el camino se distingue con facilidad y se puede andar en él cómodamente. Hay que decir que el bosque es absolutamente precioso. Este monte no ofrecerá grandes vistas pero si que tiene un entorno y paisajes muy chulos.

Al llegar a la parte baja, supero una barrera y enseguida llego a otro cruce. Aquí giro a la izquierda, paso por una puerta metálica, y me dirijo directamente hasta el pueblo de Mioma. Aquí hay una vista maravillosa del monte Raso, una pequeña parte de la sierra de Peña Gobea, y mi siguiente objetivo, el monte Rodil.

Para llegar hasta allí, camino primero por una pista de piedras pequeñas, y luego, giro a la izquierda. A continuación, asciendo suavemente por sendero natural, siempre con el Rodil de fondo. Poco a poco el sendero se va estrechando y la vegetación aumentando.

Hay un momento en que si seguís recto, el sendero se pierde entre la arboleda y los arbustos, y es imposible continuar. Para avanzar no os queda otra que pasaros al lado derecho de una larguísima alambrada. Justo donde tengo puesto el waypoint "Pasar al otro lado de la alambrada (derecha)" es donde tenéis el hueco suficiente para poder cruzar.

Ahora si, se puede continuar en óptimas condiciones. Aún no he empezado a subir, y tengo delante la empinada silueta del monte Rodil, lo que se traduce en que luego tendré que ascender de manera constante rampas muy pero que muy inclinadas.

Y así fue. Menudo palizón de subida, hay que tomárselo con mucha calma. Además, el camino es realmente diminuto, y la vegetación y arboleda muy abundante (con algún que otro espino), pero en general no hay grandes dificultades a la hora de avanzar... excepto en un pequeño tramo.

Tras realizar la mitad del ascenso, llego hasta una zona rocosa, donde hay una abertura en la pared. Justo después de eso, hay un paso algo aéreo por el lado derecho, que hay que sortear agarrándose a un árbol, y ayudándose si se quiere por una cinta que cubre el tronco. Eso, o subir por la izquierda, aunque yo preferí no hacerlo.

A primera vista parece difícil poder pasar por ahí, pero las apariencias engañan, no resulta demasiado complicado.
Superado ese escollo y una pequeña trepada después, lo que resta de subida es coser y cantar. Paso por otra barrera, giro a la derecha, y asciendo los últimos metros por un ancho y cómodo sendero natural hasta llegar a la cima del monte Rodil (1029m), que también hace de frontera con la Comunidad Autónoma de Burgos.

Casualidades de la vida, en esta ocasión me ha resultado imposible poder llegar al buzón cimero. Quizás "imposible" no sea la palabra, más bien no era recomendable hacerlo, ya que había un amplio grupo de vacas con un ternero, justo al lado del buzón. Me conformé con fotografiarlo desde la distancia, además de la única vista despejada que la cima ofrece, concretamente hacia el pueblo de Mioma, ya que el resto se encuentra rodeado de árboles.

Prosigo la marcha, descendiendo en línea recta por la vertiente contraria, por un camino de tierra, hierba y piedras, que se asemeja a un cortafuegos.
Al final del mismo, tengo que girar a la derecha y superar una nueva barrera de madera en medio de una alambrada. El problema está que el segundo de los apoyos de madera estaba roto, y al otro lado tampoco es que estuviera mucho mejor. Menos mal que los palos verticales estaban intactos. así que los usé como apoyo para las manos mientras puse los pies sobre la propia alambrada. Soportaba mi peso, así que afortunadamente pude pasar al otro lado.

Avanzo un rato por el sendero, hasta llegar a un nuevo cruce, donde giro a la izquierda. De aquí en adelante, haré caso a las marcas roja y blanca del GR-1.
Dicho GR me llevaría hasta la localidad de Bóveda, pero mi intención es llegar únicamente hasta el pueblo de Tobillas.

Pero antes, tengo que pasar por otro pueblo llamado Pinedo. Aquí tengo a la vista una plantación de colza, una planta amarilla muy bonita a la vista, y el escarpado e imponente paredón rocoso de la parte Suroeste de la sierra de Peña Gobea, concretamente la cima del Peña Karria o Carrias. Hasta allí solo se puede acceder escalando, así que para los senderistas/montañeros como yo que temen estar colgados con el vacío debajo, eso es imposible de realizar.

Una vez en él pueblo, al llegar a la altura del cementerio, giro a la izquierda, haciendo caso a las marcas.
Llego hasta una carretera, en el cual hago un doble giro derecha-izquierda.

Ahora, avanzo cómodamente por una ancha pista de tierra, pasando al lado de otro precioso campo de colzas. Poco a poco, me voy acercando más y más al paredón rocoso del Carrias, hasta tenerlo a la par, por el lado izquierdo. Al otro lado de la muralla rocosa, se encuentra el espectacular Valle de Valderejo. En un futuro no muy lejano tengo intencion de ir hasta allí. Será la continuación de ésta travesía, siendo por tanto la etapa N°113 de mi Vuelta a Euskadi.

Más adelante, vuelvo a andar sobre asfalto, pero solo unos pocos metros, hasta llegar a unas casas, donde lo abandono para hacer otro doble giro derecha-izquierda.
Al final del camino, acabo adentrándome en un nuevo pueblo, llamado Corro. No sé si vivirá gente en estos pueblos pero, a excepción de Villanueva de Valdegovía, en el resto no he llegado a ver ni un solo alma.

Después, al salir de la localidad, giro a la derecha y avanzo durante 1km por un sendero hasta llegar nuevamente a la carretera, donde hay varias casas.
Es al lado de la última casa, justo donde se accede al casco viejo del pueblo, donde se encuentra la parada de bus de Tobillas. Ahí os tenéis que quedar a esperar si queréis volver a Vitoria en bus.

No obstante, antes de quedarme allí para esperar al bus, ya que me ha sobrado mucho tiempo, me dispongo a visitar el grueso de la localidad. Asciendo hasta su iglesia, hago un parón para comer y después regreso hasta la carretera, para esta vez si dar por concluido esta preciosa ruta.


PD: Después de echar un vistazo al track y al mapa, me he dado cuenta de que existe otra forma mucho mas sencilla de poder subir al monte Rodil. Al llegar a la iglesia de Mioma, en vez de girar a la derecha, tenéis que seguir recto, por la izquierda. Andáis un rato por una carretera, hasta desviaros a la derecha. Ahí comienza un ancho y cómodo sendero que asciende en zig-zag hasta la cima.
En caso de no querer complicaros la vida e ir a lo fácil, ésta es vuestra opción, sino, si queréis algo cañero, "complejo" y divertido, hacer tal cual aparece en mi track.

Para volver a Vitoria tenéis que coger el mismo bus que en la ida, el de la línea 13 Bóveda-Vitoria. Podéis echar un vistazo a los horarios aquí:

Horarios Línea 13 Alavabus