VILLANUEVA-LAS BUITRERAS-LOS PRADOS-VILLANUEVA
near Villanueva de la Vera, Extremadura (España)
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Itinerary description
Hoy tenemos la intención de visitar la antigua “charca” que servía agua potable a Valverde de la Vera y que la desidia administrativa dejo que reventara, teniendo que recurrir a la presa de la garganta de Gualtaminos para el suministro necesario de agua para el consumo humano. AUNQUE EL AGUA ES DE TODOS, no habría sido necesario se hicieran bien las cosas.
Dentro del mal, el desgraciado accidente ocurrió a las siete de la mañana y el aluvión de agua descendió de manera vertiginosa por el arroyo que bordea esta pequeña e histórica población por la parte del este, no causando desgracias personales, aunque destrozos en pequeños huertos e instalaciones como la piscina municipal que quedó totalmente destrozada. Se ha hecho una nueva piscina, con otro presupuesto nuevo, que para eso están los impuestos de los ciudadanos y todo el mundo se ha lavado las manos: Autoridades municipales, Mancomunidad de Municipios, Comunidad Autónoma y Desgobierno Central. Nadie responde de nada.
Con la salida del Sol iniciamos nuestro caminar desde Villanueva de la Vera, admirando su arquitectura serrana, que no por muy vista dejamos de admirar, y salimos de la población por el canino de Valverde pasando por el Olivarón, La Fuente Moreno, El Anchurón de los Molares y en Maripernal, iniciamos la primera subida verdaderamente fuerte, hasta la carretera EX 203, (antigua CC 501 que empieza en Alcorcón y termina en Plasencia, cosas de las “calamidades” autónomas).
Andamos unos metros por la carretera y giramos a nuestra derecha por un camino de cemento, (hay que cementar los caminos para tener contentos a los apóstoles del cambio climático y que puedan desplazarse en coche. A quienes criticamos estas cosas nos llaman negacionistas), y dejamos atrás el yacimiento arqueológico de la Garteruela, que no podemos visitar, ni sabemos en qué consiste dicho yacimiento.
Es una subida fatigosa, que se debe tomar con calma, aunque los robles nos proporcionan la sombra suficiente para que el sol veraniego no nos aplane. Algunos higuerales quedan aún en pie, otros se han perdido. La antiguas casas de labor, en algún caso, se han convertido en viviendas de los “nuevos amantes de la naturaleza”, que no dudan en hacer pozos acá o allá, o peor aún, tener todo el monte lleno de maleza, haciendo oposiciones permanentes a que un incendio devore la zona, como ha pasado recientemente en Aldeanueva de la Vera.
Con calma, de vez en cuando volvemos la mirada hacia el sur y admiramos las hermosas vistas que nuestra privilegiada atalaya nos proporciona.
Llegamos a una antigua majada de ganado, posiblemente de cabras, giramos a la izquierda y dejamos que la colada siga su curso, hasta seguramente la provincia de Avila, pero que en el mapa vemos se corta en el Pocillo, un poco más arriba.
Al llegar a un arroyo vemos una mansión muy bien construida. No sabemos de donde saca el agua potable, aunque imaginamos que las aguas fecales estarán controladas para evitar contaminaciones innecesarias. Pensamos de buena fe.
La antigua laguna artificial estaba hecha con diques de tierra y observamos que para evitar filtraciones habían instalado en el fondo y en las laderas unas enormes mantas de plástico. Nuestra imaginación nos lleva a hacernos unas cuantas preguntas sin respuesta: Si el agua que abastecía esta balsa venía de la garganta Naval, ¿por qué no si hizo en la propia garganta? Los científicos, médicos, químicos, etc, nos están diciendo que estamos consumiendo gran cantidad de microplásticos en la alimentación y el agua que bebemos, consecuencia de la descomposición y no desaparición total de los plásticos, ¿por qué entonces se ponen en las aguas que serán de consumo humano, si sabemos que con la potabilización de las mismas no desaparecen? Mejor lo dejamos aquí.
Volvemos sobre nuestros pasos y al llegar a la majada la bordeamos por su parte norte y por la falda de la sierra caminamos de retorno pasando por la parte de arriba del Corchito, dejamos la Lobera a la izquierda y por la Presa llegamos a los Prados. Al llegar al pueblo de Villanueva de nuevo damos por concluida nuestra caminata de hoy.
No nos cansaremos de denunciar el abandono rural, fruto de la pésima política forestal, agrícola y ganadera que ha existido y existe desde siempre y nos llevó en nuestra juventud a tener que dejar el medio de vida que habían tenido nuestros antepasados. La ganadería intensiva hace que los campos estén totalmente llenos de maleza, porque no se limpian. Las grandes extensiones de arbolado corren un peligro extremo, no se podan, no se quitan las ramas secas y arboles caídos, dando lugar a la proliferación de enfermedades, siendo todo esto y el pasto acumulado, lo que propicia, en gran medida y junto a la locura de los pirómanos, la proliferación de incendios.
Los abonos químicos y los hervicidas, (ya no se aran los olivares, higuerales, frutales, etec.), hacen que los productos que comemos lleven dentro de si sustancias, que a la larga, son nocivas para la salud.
Dentro del mal, el desgraciado accidente ocurrió a las siete de la mañana y el aluvión de agua descendió de manera vertiginosa por el arroyo que bordea esta pequeña e histórica población por la parte del este, no causando desgracias personales, aunque destrozos en pequeños huertos e instalaciones como la piscina municipal que quedó totalmente destrozada. Se ha hecho una nueva piscina, con otro presupuesto nuevo, que para eso están los impuestos de los ciudadanos y todo el mundo se ha lavado las manos: Autoridades municipales, Mancomunidad de Municipios, Comunidad Autónoma y Desgobierno Central. Nadie responde de nada.
Con la salida del Sol iniciamos nuestro caminar desde Villanueva de la Vera, admirando su arquitectura serrana, que no por muy vista dejamos de admirar, y salimos de la población por el canino de Valverde pasando por el Olivarón, La Fuente Moreno, El Anchurón de los Molares y en Maripernal, iniciamos la primera subida verdaderamente fuerte, hasta la carretera EX 203, (antigua CC 501 que empieza en Alcorcón y termina en Plasencia, cosas de las “calamidades” autónomas).
Andamos unos metros por la carretera y giramos a nuestra derecha por un camino de cemento, (hay que cementar los caminos para tener contentos a los apóstoles del cambio climático y que puedan desplazarse en coche. A quienes criticamos estas cosas nos llaman negacionistas), y dejamos atrás el yacimiento arqueológico de la Garteruela, que no podemos visitar, ni sabemos en qué consiste dicho yacimiento.
Es una subida fatigosa, que se debe tomar con calma, aunque los robles nos proporcionan la sombra suficiente para que el sol veraniego no nos aplane. Algunos higuerales quedan aún en pie, otros se han perdido. La antiguas casas de labor, en algún caso, se han convertido en viviendas de los “nuevos amantes de la naturaleza”, que no dudan en hacer pozos acá o allá, o peor aún, tener todo el monte lleno de maleza, haciendo oposiciones permanentes a que un incendio devore la zona, como ha pasado recientemente en Aldeanueva de la Vera.
Con calma, de vez en cuando volvemos la mirada hacia el sur y admiramos las hermosas vistas que nuestra privilegiada atalaya nos proporciona.
Llegamos a una antigua majada de ganado, posiblemente de cabras, giramos a la izquierda y dejamos que la colada siga su curso, hasta seguramente la provincia de Avila, pero que en el mapa vemos se corta en el Pocillo, un poco más arriba.
Al llegar a un arroyo vemos una mansión muy bien construida. No sabemos de donde saca el agua potable, aunque imaginamos que las aguas fecales estarán controladas para evitar contaminaciones innecesarias. Pensamos de buena fe.
La antigua laguna artificial estaba hecha con diques de tierra y observamos que para evitar filtraciones habían instalado en el fondo y en las laderas unas enormes mantas de plástico. Nuestra imaginación nos lleva a hacernos unas cuantas preguntas sin respuesta: Si el agua que abastecía esta balsa venía de la garganta Naval, ¿por qué no si hizo en la propia garganta? Los científicos, médicos, químicos, etc, nos están diciendo que estamos consumiendo gran cantidad de microplásticos en la alimentación y el agua que bebemos, consecuencia de la descomposición y no desaparición total de los plásticos, ¿por qué entonces se ponen en las aguas que serán de consumo humano, si sabemos que con la potabilización de las mismas no desaparecen? Mejor lo dejamos aquí.
Volvemos sobre nuestros pasos y al llegar a la majada la bordeamos por su parte norte y por la falda de la sierra caminamos de retorno pasando por la parte de arriba del Corchito, dejamos la Lobera a la izquierda y por la Presa llegamos a los Prados. Al llegar al pueblo de Villanueva de nuevo damos por concluida nuestra caminata de hoy.
No nos cansaremos de denunciar el abandono rural, fruto de la pésima política forestal, agrícola y ganadera que ha existido y existe desde siempre y nos llevó en nuestra juventud a tener que dejar el medio de vida que habían tenido nuestros antepasados. La ganadería intensiva hace que los campos estén totalmente llenos de maleza, porque no se limpian. Las grandes extensiones de arbolado corren un peligro extremo, no se podan, no se quitan las ramas secas y arboles caídos, dando lugar a la proliferación de enfermedades, siendo todo esto y el pasto acumulado, lo que propicia, en gran medida y junto a la locura de los pirómanos, la proliferación de incendios.
Los abonos químicos y los hervicidas, (ya no se aran los olivares, higuerales, frutales, etec.), hacen que los productos que comemos lleven dentro de si sustancias, que a la larga, son nocivas para la salud.
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