Villaralbo, Castilla y León (España)

SENDERISMO - CICLISMO - PESCA - OBSERVACIÓN DE AVES

Una senda natural que invita a la reflexión entre el murmullo del río Duero y densas arboledas.

Una densa y frondosa sucesión de sotos arbóreos ocupan las orillas del río Duero a su
paso por el término de Villaralbo. Aprovechando su existencia, tras acceder a sus espacios,
sentimos el espejismo de introducirnos en un territorio virgen e inexplorado, un bosque
intrincado ajeno a la codicia humana, en el que la naturaleza simula mantener todo su
vigor y lozanía.

La ruta, circular, comienza y acaba desde el Merendero La Cuba, un hermoso paraje a orillas del Duero que cuenta con mesas de picnic y zona barbacoa.

Es en esta zona de La Cuba donde se puede contemplar el cartel con el mapa de la zona y donde se detallan las principales peculiaridades del recorrido y los respectivos senderos de la Senda Natural: Monte de San Lorenzo y Cimas “Las Islas”.

Al ser un recorrido circular, aconsejamos tomarlo por la izquierda, siguiendo el curso del río aguas arriba.

Comenzamos atravesando una densa y frondosa sucesión de sotos arbóreos a orillas del río Duero, un auténtico bosque de ribera de vegetación autóctona, entramado en un territorio cuasi-virgen e inexplorado, un bosque enredado y ajeno a la codicia humana, en el que la naturaleza simula mantener todo su vigor y lozanía.

Durante este primer tramo, los hitos colocados a lo largo del recorrido indican las zonas por las que se va discurriendo: los Quiñones, los Pescadores y la Espadaña.
Nos acompaña a la izquierda una extensa lámina de agua que se forma en los recodos y remansos. En distintos tramos de la ribera, disimulados entre los cañaverales, existen estructuras para la práctica de la pesca deportiva.

Avanzando por el recorrido se llega hasta el pago denominado “El Islote”, con antiguos regueros, pozas rodeadas de carrizos y espadañas, y un puente de madera que facilita el paso y salva dichos obstáculos. Tras el mismo nos adentramos en el “Plantío Nuevo”, con enormes choperas alineadas y pasado el cual podremos divisar un bosquete de taráis o tamarices, arbustos singulares, de entre dos y tres metros de talla, que tienden a prosperar en terrenos salitrosos pero siempre cerca del agua.

En la tercera parte del recorrido, rodeamos el meandro disfrutando del susurro del agua y el trino de las aves, entre arboledas naturales de álamos, fresnos, alisos, espinos y zarzas. Impresiona la imagen de la chopera, cuyos tonos amarillos y dorados resaltan más en otoño. Uno de los lugares más bonitos para dedicarnos un momento a hacer alguna foto.
El prado de San Lorenzo, del que toma el nombre la senda, se encuentra junto a la Chopera y son muchos los que paran a relajarse o disfrutar de una merienda en sus verdes hierbas.

La última parte del recorrido la haremos por el Camino del Monte, un paseo entre fértiles tierras de labor de regadío, que fueron y son el corazón de Villaralbo.
Esta parte del camino nos evoca a nuestros orígenes, una llanura que siempre ha sido labrada gracias a la protección de las aguas del Duero han acogido asentamientos muy primitivos (En Villaralbo, muy cerca de la zona en la que nos encontramos, se han hallado vestigios datados de la Edad del Bronce, del año 1700 a.C.).
Nuestro consejo: Trata de adivinar qué hay plantado en cada tierra, especialmente a los niños, les encantará.

Tras pasar una laguna artificial a nuestra izquierda donde muchos animales se acercan a beber y refrescarse, estaremos a punto de finalizar el recorrido llegando al punto de inicio: El Merendero de La Cuba.