Villares de Jadraque - Hiendelaencina - Villares

No importa las veces que hagas esta ruta: cada época del año y cada nueva visita ofrece sorpresas y nuevas lecturas. En esta ocasión la recorremos con el grupo de senderismo del Colegio de Médicos de Guadalajara, acompañados de Juan Ramón, natural de Robledo de Corpes y un enamorado de la zona. A su lado descubrimos curiosidades de la Sierra y del modo de vida de nuestros antepasados.

La ruta se puede alargar añadiendo variaciones por el curso del Bornova, según el tiempo y las ganas. En esta ocasión nos ceñimos a la "ruta oficial" de Villares ya que las explicaciones nos hacen detenernos en muchos pequeños detalles que enriquecen el recorrido. Se puede coger el folleto en el bar de Villares y la ruta está señalizada. Carece de dificultad técnica aunque discurre por estrechos senderos. El único punto complejo de la ruta es la bajada al Barranco del Bornova, donde se debe extremar la precaución, sobre todo si vamos con personas poco habituadas a caminar por el campo o con niños.

Salimos de Villares por las huertas y nos dirigimos al Puente del Manzanillo, recientemente recuperado. Cogemos algo de altura contemplando restos de ganadería, como parideras y casillas, así como cercados tradicionales (parideras). Llegamos a la Peña del Águila y contemplamos el curso del Río Bornova, un río que merece tantas visitas como uno quiera dedicarle. Aquí viene el punto complicado, ya que es el único trozo del camino "inventado", es decir, que no corresponde a ningún camino tradicional, por lo que se ha trazado con hazada y el firme es inestable. Bajamos a la Casa de Máquinas, una de las antiguas centrales eléctricas de la zona, vestigio de la actividad minera de finales del s. XIX. La gente de la zona está limpiando los alrededores de la central para poder desentrañar algunos secretos de la central y actualmente se puede ver a través de una valla y desde arriba. Tras pasar el Puente de las Calderas subimos hacia Hiendelaencina, donde visitamos el Museo de la Minería, que está abierto los domingos gracias a un grupo de voluntarios. Nos dirigimos hacia la fuente de La Perla, donde almorzamos y seguimos hacia el Tejar. Por el camino encontramos el Jardín de Minerales. Más adelante nos desviamos para descubrir el antiguo camino de Villares a Robledo de Corpes, que transcurre por el pinar. Afortunadamente la reforestación respetó su trazado y se puede seguir sin dificultad a pesar de no estar señalizado.

Cruzamos de nuevo el Bornova y subimos lentamente hasta Villares, siempre rodeados de vegetación y multitud de hincaderas. Antes de llegar al pueblo merece la pena pararse a contemplar las colmenas del tío Cleto, con una colmena de piedra y seguir por una senda local que nos lleva al puente de Solacámara, una auténtica maravilla.

En el bar tomamos un refresco, ya que hemos llegado tarde para comer, aunque nos consta que cocinan de maravilla.

Muchas gracias a Juan Ramón y a Fidel por enseñarnos esta zona con tanto cariño y a todos los que han participado en esta ruta organizada por el Colegio de Médicos de Guadalajara.