Vintgar desde Bled pasando por castillo. Eslovenia.

Día 22 de junio de 2023.

Y salimos a las ocho de la mañana del “Hostel Lake Bled” dejando las llaves en el mostrador de consigna como nos dijo el encargado el día anterior, nos indicó que podíamos dejar las mochilas en la entrada del Hostel por fuera que nadie iba a tocar nada, lo que nos sorprendió acostumbrados a España, no vimos ni una ventana con rejas y vimos muchas puertas abiertas, no parece Eslovenia un país mediterráneo, pero decidimos no hacerlo para no tener que volver pues habíamos alquilado un coche para las 18:00 horas y el sitio de recepción del coche estaba muy alejado del Hostel y luego teníamos de tiempo hasta las siete de la tarde para llegar al refugio sin que nos anularan la reserva e íbamos justos.
Entramos en un supermercado para tomarnos un batido y un poco de leche sin apenas parar, queríamos subir al castillo y luego ir al desfiladero de Vintgar, todo ello sin utilizar autobuses ni otros medios de transporte, nos gusta sudar la cena pero prometían hasta 36 grados de temperatura que con la elevada humedad ambiental es bastante calor.
Continuamos por las calles de Bled hasta llegar de nuevo al lago.
Y desde aquí subimos al castillo, en la puerta decidimos no entrar, 15 euros de entrada era excesivo precio para la corta visita que queríamos hacer, pues no deseábamos que nos pillase el calor fuera del desfiladero así que sin detenernos seguimos por las calles de Bled en busca del desfiladero, y de su frescor…
A las diez y cuarto de la mañana empezamos a hacer cola en la taquilla del desfiladero, por unos diez euros tendríamos acceso a las pasarelas que nos pondrían sobre las aguas, pero sin mojarnos.

Y cruzamos el desfiladero lleno del frescor del agua y de las curvas del río que se retorcía ansioso entre las calizas de la montaña.


La verdad que nos pareció bonito el desfiladero, aunque demasiado turístico y frecuentado para nuestros rudos gustos de montañero, lo calificaríamos de agradable y pintoresco, me vería más con un traje de neopreno bajando por el río que por las pasarelas de los turistas.

Salimos dos horas después del desfiladero, esperando que pasara el tren sobre él y remoloneando pues hacía mucho calor fuera de él, pero seguimos por un bosque cerrado hasta una ermita donde había un merendero para pararse al fresco.
Nos vamos hasta el pueblo de Zasip y allí tomamos otra cerveza con su ración, son las dos de la tarde y hasta las seis no tenemos el coche, tenemos que hacer tiempo huyendo del calor.

Llegamos a las cinco y cuarto de la tarde hasta el punto de entrega del coche, pero nos dicen que hasta las seis no llegará, al final llegan a las seis y cuarto, hacemos el contrato pagamos 180 euros por dos días más una retención de 200 euros de fianza, y nos vamos en nuestro Fiat Punto con destino a las montañas de nuevo, nos cansamos de la civilización.
César toma el volante, no tendremos que pagar peajes, van incluidos en el alquiler, y nos vamos hasta la provincia de Jesenice donde subimos un tortuoso puerto de montaña, Vrsic pass, seguro que lugar de entrenamiento de los aguerrido ciclistas eslovenos, que está cerrado en invierno por la nieve, y nos plantamos en el refugio de Erjavceva…
El refugio de Erjavceva se encuentra entre montañas muy altas de los Alpes Julianos pero es totalmente nuevo y con bastantes comodidades, más parece un hotel que un refugio.

Y celebramos la cena con cerveza artesanal, al aire libre rodeados de montañas y bosques, difícil de olvidar.

Mañana veremos si las tormentas desde horas tempranas de la mañana, nos dejan hacer alguna ruta, es otra historia…