Visita al Despoblado Del Moral desde Horcajo

El sendero al Despoblado del Moral es un agradable paseo que nos permite adquirir conocimientos sobre la cultura, los usos y las costumbres de nuestros antecesores sin abandonar el contacto con la naturaleza.

El Despoblado del Moral pertenece a la alquería de Horcajo, ubica en el Valle del Esperabán. El Moral es un antiguo asentamiento ganadero que en la actualidad está abandonado, pero que muestra con claridad la arquitectura tradicional hurdana. Se encuentra en un buen estado de conservación y llegar hasta los vestigios de los chozos que servía de refugio al ganado en su trashumancia hacia tierras salmantinas, es muy sencillo.

Dónde iniciar la ruta:

La Ruta al Despoblado del Moral comienza en la ermita de Horcajo, ya que es el punto de inicio de la excursión.

Itinerario de la ruta al Despoblado del Moral:

Esta interesante y singular ruta comienza en la parte alta del pueblo de Horcajo. Tomaremos un camino amplio que nos conduce hasta el río Horcajo que desciende por una caudalosa garganta arrastrando las aguas procedentes de las montañas. El murmullo del agua y sus pequeños saltos de agua y cascadas nos van a acompañar la mayor parte del recorrido.

El trazado es sencillo y sin darnos cuenta alcanzaremos el Despoblado del Moral, donde hay un conjunto de corrales construidos con pizarra y piedra, que daban cobijo al ganado antiguamente. Además, aquí podemos disfrutar de un agradable rincón natural ya que el río Horcajo confluye con el arroyo del Risco y es el lugar ideal para hacer un pequeño receso.

Es posible continuar el recorrido durante unos 7 kms más y disfrutar de las vistas del Valle de Malvellido hasta llegar al Gasco. Pero nosotros en esta ocasión solo dimos un paseo hasta el despoblado.

Os invitamos a hacer este recorrido sencillo e ideal para disfrutarlo en familia en cualquier época del año. Las Hurdes es, sin duda, una comarca con magníficas vistas e inolvidables paisajes, llena de contrastes de la que Miguel de Unamuno dijo:

“…Si en todas partes del mundo el hombre es hijo de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres…”

Recorredla sin prisas, dejándoos llevar por el sonido del agua, el olor de la vegetación y la bondad de sus gentes.