Volcán de Tahiche 25022023

Tahíche es término de origen guanche que se aplica a muchos y muy diversos accidentes, aunque todos relacionados entre sí y pertenecientes a una zona cercana a Arrecife pero dentro del municipio de Teguise. La referencia principal actual es la de una localidad que en los últimos años está teniendo un acelerado desarrollo, pero desglosada además en tres asentamientos diferenciados: Tahíche Alto, Tahíche Bajo y Tahíche Chico. Después, la de la montaña perfectamente dibujada en sus perfiles de cono volcánico situada al este de la población; además, la de la vega destinada al cultivo que se sitúa al norte, la del volcán o campo de escorrentías lávicas recientes que se desarrollan al oeste como producto de la Montaña Oígue y el de la Maleza de Tahíche, una extensa llanura de terrenos incultos que se extiende al sureste. Finalmente está el Taro de Tahíche donde está ubicada la que primero fue casa particular del artista lanzaroteño César Manrique, hoy convertida en sede de su Fundación.
Una interpretación directa del topónimo dice que era tradicional entre los pastores de Lanzarote invitar a su ganado a beber con la interjección ¡Táji... táji!, que significa ¡bebe, bebe!, «de la que creen se deriva la palabra Tajiche, nombre de unas antiguas charcas donde llevaban a abrevar los rebaños.
El volcán pertenece al periodo Pleistoceno Medio, segundo ciclo volcánico, y no se le asocia a ninguna alineación volcánica concreta aunque se halla dentro de la banda eruptiva dominante NE-SO. Se trata de un cono de tefra bastante bien conservado, de planta elíptica, que mide unos 800 metros, en su eje mayor, que es de N a S, y 600 de O a E, con una altura de unos 160 m (322 sobre el nivel del mar). Por el lado S, mas elevado, y poco mas de 100 m por el lado N. La forma de la montaña es bastante cónica salvo por la irregularidad que producen los tres cráteres que tiene. El situado a más nivel, de apenas 60 m de ancho, se abre al pie mismo de la cúspide (que ocupa posición central) por su lado N y vierte en el mayor, circular, de 200 m de diámetro, profundo y de paredes pinas, situado hacia el NE de la cúspide del volcán y abierto por el lado E por una escotadura basta grande, pero que no llega hasta el fondo. El tercero de los cráteres o calderetas esta a mas bajo nivel aún, hacia el N de la cúspide. Es también circular, de dimensiones intermedias entre los dos anteriores, paredes pendientes y relativa profundidad.
De las emisiones lávicas del volcán de Tahiche se dispone de tres dataciones absolutas K-Ar, que asignan a esta erupción una edad inferior al millón de años. Sus emisiones más distales (localizadas en Arrecife) alcanzaron la costa, situada a unos 4-5 km del centro de la emisión. La morfología del malpaís está bastante bien preservada, denotando su mayor juventud respecto a otros, salvo en la zona costera, donde el arrasamiento es más acusado. Las coladas son potentes morrenas de bloques, con taludes empinados, formados por bloques caóticos relativamente sueltos en superficie, que expulso, básicamente, en dirección SE conformando lo que hoy conocemos como la Maleza de Tahiche.
En cuanto a su pasado mas reciente, en los alrededores del volcán se han descubierto vestigios de los pasos de Los Majos por su alrededor: en la zona de Tejía, al sur de La Vega de Tahiche, en la zona de Los Ancones y La Maleza de Tahiche permanecen los cimientos y arranques de piedras de las que parecen ser evidencias de “casas hondas” en un entorno con un rico registro de potencia arqueológica. En la cima de la montaña se puede observar, en una de las rocas, diferentes cazoletas conectas entre si por canalillos, todo ello excavados en una de las rocas que hay en la parte mas alta de la montaña.
Hechas las presentaciones vamos a la ruta de hoy.
Jornada organizada por Senderismo Lanzarote (https://senderismolanzarote.com/programa/) y que partió de La Plaza Parque de Los Fundadores de Tahiche desde donde partimos por la calle Gracián para luego pasar a la calle Unamuno y alcanzar la Ermita de Santiago y Santa Ana. Desde aquí por la calle Jacinto Benavente a la calle Rafael Alberti para, desde un solar que se usa como aparcamiento, pasar a una pista de tierra que bordea la montaña.
Visita obligada a la rofera para descubrir la singularidad de la cueva encontrada mientras se extraía el rofe y para pasear un poco por la zona.
De la rofera empieza el ascenso, primero por una especie de pista que va ascendiendo poco a poco a medida que vamos rodeando el pie de la montaña para luego convertirse en vereda que asciende por la Maleza de Los Medianos hasta Los Morros. Se llega a una pequeña meseta desde donde se divisa la vereda que usaremos para ascender hasta la escotadura del primer cráter, que es ademas el de mayor envergadura. Una vez en su contorno la mirada se deja ir hasta la continuación de la vereda, algo mas pronunciada, da un poco de cosquilleo saber que hay que continuar por ella pero es a lo que vinimos. Con paciencia y mucho cuidado cubrimos este tramo hasta alcanzar una zona rocosa que suaviza la pendiente y además nos permite ver el vértice geodésico, lo que nos asegura que hemos llegado a la cima de la montaña.
Una vez arriba toca admirarse con las contemplaciones, 360º de visualizaciones en un día esplendido. Prácticamente todo el centro de la isla se ve desde aquí, desde Arrecife a Tinajo, Nazaret, Teseguite, el Mojón y Los Valles y por el otro lado Costa Teguise, Los Cocoteros y Guatiza; la alineación montañosa de Mina, Zonzamas y Maneje y las de mas allá de Mina, en fin una vistas inmemorables.
Estuvimos un buen rato con las contemplaciones y con “la merienda” y de nuevo nos pusimos en marcha.
Bajamos por el otro lado, la vereda bordea el cráter que está mas arriba, el más pequeño y menos profundo, casi no es ni cráter, para pasar por un lomo que separa el cráter grande del tercero que aún no habíamos contemplado. Seguimos por el lomo que separa las dos bocas mayores para terminar sobre la boca del mayor y descender por ella hasta el punto (la escotadura) donde habíamos hecho un receso antes de afrontar la zona de mas pendiente.
Ya, de nuevo, en la zona de Los Morros continuamos a nuestra izquierda para continuar por la vereda hasta la plaza donde iniciamos la jornada dando por finalizada la ruta.