Vuelta al pantano por las pasarelas de Garaio.

Bonita y sencilla salida, de unos 13 kilómetros de recorrido, alrededor de la zona de Garaio en el pantano de Uribarri-Ganboa apta para todo tipo de caminantes o familias con niños.
Una vez que llegamos al parque provincial de Garaio se puede aparcar el coche en el parking que hay a la entrada o bien en cualquiera de los aparcamientos distribuidos por la zona de baños. Al ser circular llegaremos por un lado u otro al mismo sitio.
Voy a dar la vuelta en sentido contrario a las agujas del reloj. Nos dirigimos, junto a la orilla, en dirección norte y llegamos a la primera pasarela, la del Zadorra. Es una pasarela flotante, luego notaremos cómo se mueve… Al atravesarla comenzamos a circundar por el sur una “península” que entra desde Marieta. Hay varios desvíos hacia el pueblo.
Al poco de volver a ir en dirección norte encontramos la segunda pasarela: la de Azua. Esta está anclada y da mayor sensación de solidez. Al atravesarla giramos a la izquierda, a la derecha nos lleva hacia la isla de Zuaza y la presa, y llegamos con dirección sur al despoblado de Zuaza. Sólo queda la Iglesia, presente durante casi todo el recorrido, y algún pabellón agrícola.
Seguimos caminando en dirección sur, circundado un par de entrantes del pantano que está casi al tope de capacidad, y junto a multitud de aves que están junto a las orillas (diferentes tipos de patos, garzas, avefrías, cigüeñas, etc.) Dejamos a la derecha varios desvíos que van hacia la zona de Lubiano y justo antes de llegar a Urizar dejamos la orilla para atravesar las pocas casas que hay y llegar al dique desde donde tenemos una vista privilegiada de la isla de Orenin.
Tras pasar el dique seguimos unos metros por la pista hasta que vemos, a nuestra izquierda, una senda marcada por un cairn. Se puede ir por la pista, que también va a Mendixur, pero da algo más de vuelta. Se sube una pequeña cota y comienza a bajar, por medio de un campo de cultivo, hasta volver a empalmar con la pista junto a unos humedales. Para atravesar esta zona hay una serie de pasarelas de madera a ras de suelo similares a las que hay en los humedales de Salburua.
Tras un rato de marcha, gran parte a la sombra que se echa en falta en el resto del recorrido, se llega a la entrada del parque. Si se ha dejado aquí el coche podemos dar por finalizada la vuelta y en caso contrario no nos resta más que circundar la orilla o atravesar las campas para llegar a donde hayamos aparcado.