Vuelta al Picón, desde la Peña San Miguél (Salto de Roldán)

Hoy le vamos a dar la vuelta al Picón, para ello subimos en coche hasta la Peña San Miguel (Salto de Roldán), donde aparcamos. Sin subir a la Peña San Miguel, cogemos a mano izquierda una pista de tierra que lleva hasta el mirador del Salto de Roldán y unos metros más adelante a un cruce, donde tomamos a mano izquierda un sendero que en un claro descenso nos lleva hacia el cauce del río Flúmen, dejando a nuestra izquierda el ramal que va hacia el dolmen de Belsué.

Una vez junto al río, caminamos durante 200 metros por la margen derecha hasta localizar una pasarela de madera que nos permite cruzar a la margen izquierda, por la que retrocedemos pegados al río por un bonito sendero, que rápidamente alternando tramos de suave ascenso con otras de mayor pendiente, vamos remontando el barranco de Valleclusa, por un bonito bosque de bojes, quejigos, hayas y carrascas, que apenas dejan entrar la luz de sol.

Cerca de la cabecera del barranco, localizamos una amplia cueva a la que entramos y aprovechamos la buena sombra que ofrece para realizar una parada. Después, finalizamos el tramo de ascenso, llegando a un pequeño collado desde el que tenemos unas bonitas vistas hacia la Hoya de Huesca, la Peña Lenases y la imponente cara Norte del Picón, en cuya laderas vemos que se ha formado un hayedo, al que nos dirigimos por un espectacular sendero que nos lleva hasta el cauce del barranco de las Gorgas.

Nada más cruzar el barranco, comenzamos a subir de nuevo por un tupido sendero cubierto por una alfombra de hojas caducas, ya caídas de las ramas de las hayas por la entrada del invierno, hasta que sobre la cota 1.200 metros llegamos a una campa situada sobre la base del Picón, sobrevolado por una numerosa colonia de buitres.

Luego, iniciamos el descenso rodeando la mole calcárea del Picón, hasta enlazar con el sendero habitual que asciende al Picón, por el que con mucho cuidado (la roca está húmeda y resbala bastante), llegamos a un collado, donde abandonamos el sendero principal, para seguir una trocha que nos lleva por una redondeada cresta, que no ofrece mayor problema que evitar las zonas más densas de matorral, hasta alcanzar el collado del Frontón de Supialla.

Sin duda de todo el recorrido, este que nos espera es el menos amable ya que en tiempos había un sendero marcado con marcas azules, hoy casi desaparecido, así que atentos a estas marcas, vamos descendiendo atentos al GPS y tomando de referencia las trochas más limpias, hasta que con menos dificultad de lo esperado, enlazamos con el sendero que va hacia la Peña Amán por el que continuamos en suave ascenso disfrutando de las vistas, hasta que cerca de la base de la Peña Aman llegamos al Collado del Frontón de Buesa.

Si bien podríamos subir hasta la redondeada cima de la Peña, como ya hemos subido en un par de ocasiones, en este punto decidimos coger el sendero que a mano derecha nos baja en fuerte descenso hacia el cauce del río Flumen, entre un bonito bosque de pinos, carrascas y boj, que a medida que perdemos desnivel va desapareciendo.

Una vez en el cauce del río, caminamos paralelos a este, hasta localizar un tablón de madera que "en teoría" debe permitirnos pasar a la margen derecha del río, pero que se queda corto cuando el río baja crecido (solo se puede pasar en verano), por lo cual nos toca descalzarnos, ponernos las chanclas que hemos traído y cruzar el río.

Ahora, tan solo nos queda subir hasta el aparcamiento de la Peña San Miguel, para lo cual seguimos unos metros más pegados al río, hasta llegar a un cruce de senderos, donde tomamos el ramal de la derecha que indica a la Peña San Miguel, por el que en fuerte ascenso y disfrutando de las vistas hacia el Salto del Roldán (Peña Amán, Pico del Fraile y Peña San Miguel), llegamos al aparcamiento dando por finalizada está bonita e interesante circular.

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