Vuelta por Tamadaba y Risco Faneque desde La Suerte
near San Pedro, Canarias (España)
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Trail photos
Itinerary description
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Vuelta por Tamadaba y Risco Faneque desde La Suerte
Volvemos a las Islas Canarias, y aunque esta vez nos estemos sólo por Gran Canaria, no puede faltar una excursión. Lu hace tiempo que quiere llevarme por Tamadaba, y teniendo esta vez nuestra base por Agaete, qué mejor que mejor. Así pues, planeamos esta vuelta por las alturas de Tamadaba, y aunque al final no pasamos por el punto más alto, el Pico de La Bandera, sí que pudimos descubrir algunos de los secretos de este macizo.
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ACCESO:
La Suerte queda unos dos kilómetros más adentro por el Valle de Agaete, pasado Agaete mismo. Con coche se llega muy fácilmente por la GC-231.
Si no se dispone de coche, para ir a Agaete hay varias guaguas, la mayoría partiendo de Las Palmas. Luego, hay una guagua que pasa sólo 4 veces al día y que recorre el Valle de Agaete, pero en caso contrario se puede ir caminando de Agaete a La Suerte, ya sea por la carretera principal o por uno de los caminos secundarios, y viene a ser alrededor de media hora de caminata.
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ORIENTACIÓN:
Para esta salida he utilizado la carpeta de mapas de Gran Canaria de Alpina, en escala 1:25.000.
En concreto, sólo se necesita el mapa de Gran Canaria Noroeste (NW), ya que cubre la totalidad del trayecto.
Esta carpeta de mapas es muy reciente, está a la venta tan sólo desde el 2020-2021, la información y las rutas que contiene están muy actualizadas.
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RUTA:
Consultar los waypoints para más información.
La ruta parte de urbanización La Suerte y se adentra por el valle hasta San Pedro, donde, tras cruzar la Vecindad de Enfrente, sí que toma la subida por la vertiente Noroeste de Tamadaba. El ascenso es medianamente fuerte y seguido, pero el camino es medianamente cómodo y bien marcado, por lo que se trata de simplemente avanzar. Pasamos por el Barranco de las Goteras y después llegamos a la Era de Berbique, donde nos desviamos un momento para ver las vistas desde la Montaña de Berbique.
Tras esto, nos incorporamos sobre la ruta S-90, siguiendo con el ascenso, pasando por la cruz de León y luego haciendo una parada en el Laurelillo, justo debajo de la Montaña de las Presas. A partir de este punto, la verticalidad disminuye bastante y el camino se aplana, haciéndose aún más cómodo.
Con mucha facilidad, nos vamos adentrando por los bosques de pino de Tamadaba, primero al Sur, y luego más al Sureste. Pasamos por el área del Reventón, y al llegar en los Llanos de la Mimbre, tomamos al Norte para atravesar la zona de acampada de Tamadaba, llegando así hasta el Mirador del Llano de la Mimbre, donde tenemos unas magníficas vistas al Noroeste, incluido todo Tenerife.
A continuación, reculamos y tomamos un sendero secundario hacia el Suroeste, hasta que enganchamos el sendero S-91 hacia el Noroeste, el cual bajará unos 250 metros para llevarnos a la zona de Faneque. Hay que destacar que el propio Risco Faneque es de un acceso más difícil, y esta vez no lo cubrimos, pero sí que visitamos el Morro de las Lechugas y llegamos al final del S-91, en el mirador justo encima del Paso de la Piedra.
Tras eso, sólo nos queda volver, aunque la vuelta también vendrá a ser larga, ya que tomaremos un camino distinto. Volvemos atrás y ascendemos por el mismo S-91, hasta la Cueva del Zapatero y hasta que nos unimos al S-93 hacia el Noreste. Rodeamos el Pico de La Bandera por el Norte, lamentablemente sin subir ya que se nos hace ya tarde, y luego proseguimos por la Degollada del Humo y por el sendero S-98 abajo y abajo hasta la Presa de los Pérez, hasta la cual hemos tenido que bajar muy de golpe más de 450 metros. En la presa, cambiamos al sendero S-97 y seguimos bajando, con más suavidad y por una carretera, hasta llegar al Hornillo.
A partir del Hornillo, viene un tramo de sendero muy pintoresco y de una naturaleza vivaz, que se mantiene hasta el Sao y un poco más abajo, y que es una delicia para los ojos.
Tras el Sao, empieza la carretera, y la seguimos unos metros, pero rápidamente nos metemos por un sendero a su izquierda, el cual más tarde nos llevará abajo, con una serie de grandes zigzags. Descendemos unos 150 metros más, pasando no muy lejos del Balneario Los Berrazales, y luego nos vamos adentrando por una zona ya más poblada. No tardamos nada en alcanzar las Casas del Camino, y tras eso, llegar a San Pedro y volver a La Suerte es tan sólo un momento.
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TIEMPOS:
Urbanización La Suerte: 9:54
San Pedro: 10:11
Camino de los Romeros: 10:17
Barranco de las Goteras: 10:36
Era de Berbique: 11:01
Montaña de Berbique: 11:08
El Laurelillo: 12:05 y nos quedamos hasta las 12:42.
Derecha: 13:13
El Reventón: 13:15
Llanos de la Mimbre: 13:36
Campamento de Tamadaba: 13:39
Mirador del Llano de la Mimbre: 13:46
Sendero S-91 a Faneque: 14:17
Degollada Risco Faneque: 14:35
Morro de las Lechugas: 14:45
Mirador del Paso de la Piedra: 15:11 y nos estamos hasta las 16:24.
Cueva del Zapatero: 17:16
Casa Forestal: 17:28
Derecha: 17:33
Degollada del Humo: 17:47
Derecha: 18:02
Presa de los Pérez: 18:38
Izquierda: 18:48
El Hornillo: 19:01
El Sao: 19:24
Aparcamiento del Sao: 19:28
Izquierda: 19:34
Casas del Camino: 20:14
Urbanización La Suerte: 20:35
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METEO:
Muy buen tiempo durante todo el día - ni demasiado frío, ni demasiado caluroso. Pocas nubes o casi inexistentes - todo soleado, recomendable llevar protección solar. Viento también muy moderado o casi no presente.
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AGUA:
Al estar por las Islas Canarias, no hay agua potable que podamos encontrar en ninguna de las fuentes naturales - por lo tanto, habrá que llevarla preparada desde antes de empezar la ruta. Recomendamos cargar con unos 1'5 L por persona.
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MOCHILA:
Mochila ligerísima - GPS, mapa, algo de ropa, comida y agua. No debe de pesar más de 4 kg todo junto.
Waypoints
Urbanización La Suerte
Al partir, ya es media mañana y el sol se encuentra alto. A estas horas, el cielo está despejadísimo. El GPS tarda un ratito en situarse, pero una vez hecho, partimos hacia San Pedro sin preámbulos. Tras abandonar La Suerte, tomamos inmediatamente la derecha por la Calle Las Cuevecillas, en vez de seguir por la carretera.
San Pedro
Continuamos por la misma calle, y en la siguiente bifurcación volvemos a tomar la derecha (aunque también llegaríamos al mismo sitio por la izquierda). La calle es muy ancha y muy tranquila, casi no vemos a personas ni coches pasando. Siguiendo adelante, en pocos minutos llegamos a la zona central del pueblo, en una gran encrucijada, donde se juntan varias paradas (bus, taxi...) y varios carteles que señalizan las rutas y direcciones. AL dirigirnos a Tamadaba, tenemos que tomar la derecha, cruzando por el puente inmediato.
Camino de los Romeros
Tras pasar por el puente, seguimos adelante, por la calle principal de la Vecindad de Enfrente, y emprendiendo una subida bastante empinada. Nos cuesta entender cómo podría siquiera pasar un coche por una calle así.
Al final de la calle, cerca de una casa privada, empieza el sendero del Camino de los Romeros, debidamente indicado con un poste de madera. No hay dudas, hay que tomar el sendero.
Barranco de Las Goteras
El Camino de los Romeros resulta ser un sendero medianamente estrecho, pero bastante cómodo para caminar. Está muy bien delimitado y marcado, y se sigue con suma facilidad. En algún momento sí que se vuelve más rocoso y cuesta más de pisar, pero en su mayor parte el trayecto se mantiene en buen estado.
Durante los primeros centenares de metros, el sendero se mantiene relativamente suave, subiendo poco a poco, hasta que llegamos al Barranco de las Goteras. El frescor de este canal bañado por la sombra nos hace olvidarnos momentáneamente del sol. Por algún lado se oye gotear agua, pero debe de ser muy poca.
Era de Berbique
A partir de este punto, el sendero empieza a subir con más ahínco, tomando un perfil de zigzagueo más repetitivo, con el fin de salvar la creciente pendiente. Por esta zona sí que nos encontramos con algún tramo de camino un pelín más expuesto, a momentos incluso vallado por seguridad, mientras que el suelo es rocoso e irregular, aunque casi sin incrementar la dificultad.
Pasado un rato, y tras subir un trecho, llegamos a una zona con una especie de ánforas. Más tarde, en el mapa veríamos que se trata del "Poblado de Berbique". Justo allí, el suelo se vuelve más terroso y resbaladizo, pero tras unos pocos metros, emergimos en una zona muy abierta, que viene a ser el Llano de Berbique. Allí en medio hay una zona circular y pavimentada con piedras de formas variadas. A su lado, un poste señalizador, con un buen número de flechas de madera. En este punto nos unimos al sendero S-90, que viene de abajo de Agaete. No obstante, antes de continuar con la subida, decidimos ir a echar un vistazo al montículo que se ve justo delante - la Montaña de Berbique.
Montaña de Berbique [649 m]
Descendemos un poco, hacia el Nordeste, y luego subimos con cuidado, de nuevo por un camino terroso y resbaladizo. Rápidamente llegamos al punto más alto de la Montaña de Berbique, sin embargo, decidimos seguir un trecho más hacia allá, hacia el borde. Allí, al final del camino, al borde del acantilado, hay instalada una cruz blanca. La verdad es que es un buen mirador - hay vistas tanto a la zona de Agaete, como a los riscos - ya mucho más altos - de Tamadaba. Tras eso, volvemos por el mismo sendero, y en la Era de Berbique tomamos el camino que sube hacia el Este-Sudeste.
El Laurelillo
Proseguimos con el zigzag del sendero, atravesamos algún barranco más, pasamos por un par de miradores, y luego por una cruz más (Cruz de León), hasta que nos imponemos sobre la cresta ascendiente al Sur, hacia la Montaña de las Presas. En ningún momento abandonamos la ruta S-90. Pronto el camino nos lleva a una pequeña zona de descanso, donde también hay alguna tabla informativa. Aquí nos paramos y nos damos un buen descanso, durante el que también aprovechamos para comer alguna cosa, haciendo ya un medio-almuerzo. Mientras nos encontramos sentados allí, por fin vemos aparecer a algún senderista más, ya que en las más de 2 horas anteriores no nos habíamos cruzado a ninguno.
Derecha
Habiendo abandonado la zona de descanso, muy rápidamente nos incorporamos en sendero de bosque amplísimo, que se irá ampliando aún más y más en sus tramos posteriores. El ascenso se ha vuelto muy suave o casi imperceptible, y nos imbuimos de lleno en al ambiente boscoso.
Seguimos manteniendo un rumbo general hacia el Sur, atravesando el Cortijo de Samsó, y pasando al lado de varias presas (aunque no se ven mucho), ahora encontrándonos a más gente e incluso a algún grupo numeroso. Avanzamos con suma rapidez, y en un abrir y cerrar de ojos ya hemos recorrido más de 2 kilómetros. Nos vamos cruzando con varias intersecciones (que también son válidas), pero nos mantenemos en la S-90, hasta que, casi sin darnos cuenta, llegamos cerca del Área del Reventón, donde debemos abandonar esta ruta, e continuar con una diferente, hacia la derecha.
El Reventón
Justo allí, en el Área del Reventón, distribuidos a lo largo de una zona amplísima y generalmente llana, se pueden encontrar diversos bancos y mesas, así como carteles informativos, e incluso lavabos en muy buen estado, y alguna fuente de agua corriente (aunque no potable). Aprovechamos sobre todo al tener los servicios allí, pero no nos quedamos mucho rato.
Llanos de la Mimbre
Aquí continuamos hacia el Este - hay varias formas de hacerlo, pero al final optamos por tomar la pista asfaltada. Esta nos lleva directamente a los Llanos de la Mimbre. En el punto donde se acaba la pista, empiezan a aparecer un montón de casitas de campamento. No tardamos en darnos cuenta que las casitas realmente están en un estado deplorable, algunas con las ventanas reventadas, y otras incluso medio-derruidas. Esto debía ser un sitio muy concurrido hace años, pero ahora tenemos muchas dudas sobre si lo sigue siendo...
Campamento de Tamadaba
Giramos a la derecha, rodeando las casas, y nos dirigimos al Norte. En breve llegamos a las zonas del campamento de Tamadaba, donde normalmente se suele acampar con furgonetas o tiendas de campaña (ahora no hay nadie). Toda la zona es muy llana y muy ancha, hay lugar para centenares de personas.
Mirador del Llano de la Mimbre
Tardamos unos minutos en cruzar la zona de acampada, tras lo que emergimos al Mirador del Llano de la Mimbre. Allí encontramos una especie de plataforma de madera, muy cómoda para sentarse y contemplar el horizonte. No sólo son las vistas espectaculares, si no que también la propia visibilidad es muy buena en ese momento (no hay casi nada de bruma, nubes o arena en el aire), así que también tenemos un primerísimo plano a Tenerife y su gigantesca torre del Teide.
Abajo, se percibe la carretera con sus vehículos zumbantes y chillantes. Desde aquí lo que vemos son juguetitos moviéndose en la lejanía, con un insondable vacío de por medio. El conjunto de barrancos y pliegues rocoso infunde un cierto respeto.
Sendero S-91 a Faneque
Volvemos para atrás, cruzando toda la zona de acampada, hasta llegar al punto principal de los Llanos de la Mimbre. Allí nos vamos por el flanco derecho, donde debemos buscar un caminos, aunque parezca que no lo haya. Al principio, el sendero no es muy visible, pero una vez encontrado, resulta ser muy claro y fácil de seguir. Es el sendero más cercano al Barranco de los Palos Blancos, y va atravesando con gentileza los pinares en una vertiente bastante inclinada. En un momento dado vemos a un escalador haciendo bloque, muy cerca, por encima del sendero. Un par de minutos después de eso desembocamos en en el sendero S-91 y lo tomamos hacia la derecha y abajo, para ir a Faneque. Curiosamente, en las tablillas sale marcado como sendero SL-3.
Degollada Risco Faneque
Continuamos por el prácticamente único camino que hay por aquí, descendiendo con suavidad y manteniendo el Noroeste como punto focal. Tras casi 200 metros de bajada, en sólo 20 minutos nos plantamos en la Degollada de Faneque. Aquí hay unos cuantos senderos, incluido el que lleva a Risco Faneque (por abajo y subiendo por detrás). Sin embargo, decidimos que esta vez no iremos allí, si no que tomamos la derecha hacia el Morro de las Lechugas.
Morro de las Lechugas
Sin dilación, llegamos al Morro de las Lechugas, donde obtenemos las primeras vistas de cerca al vacío absoluto que hay por este conjunto riscoso, especialmente por su cara Norte. Mientras que a la izquierda se ve la cresta alargada y aplanada por la que iremos luego, mientras que a la derecha no hay nada de nada, aire y aire hasta Agaete mismo. No nos quedamos demasiado tiempo, ya que aún queremos ir un poco más allá.
Mirador del Paso de la Piedra
Rodeamos el precipicio y volvemos a enganchar el S-91, justo donde hay una especia de collado pequeño, en el que hay que destrepar y trepar un poco. El collado es ciertamente pintoresco, ya que, aún no presentando un peligro grande, sí que ofrece una visión de altitud a sus dos bandas, como si fuese la encrucijada de dos lechos barrancosos que buscan desplomarse hacia el lejano suelo.
Tras el collado, volvemos a trepar unos metros hacia arriba, hasta que el irregular sendero nos lleva en una llanura no muy amplia, pero alargada, que se va extendiendo hacia delante. Es curioso este paraje - como si de un microclima se tratase, como si un corte fuera, en esta llanura superior hay plantas y árboles resguardando el lugar.
Continuamos al frente, y tras unos cuantos centenares de metros, nos topamos con otro collado, más pequeño, pero bastante más expuesto. Lo atravesamos con mucho más cuidado, y salimos en un balcón rodeado de caídas por los tres costados. Se trata del último punto del sendero S-91, nos encontramos en el mirador por encima del Paso de la Piedra. Justo delante, esta el mismo Paso de la Piedra, donde, como su nombre indica, hay un peñasco gigantesco derrumbado, pero aguantándose por un poder inexplicable. Tras eso, enfrente se alza el Risco Faneque, culminado por una capa de fresca hierba. Es un buen lugar sin duda ninguna.
Nos quedamos un largo rato disfrutando de la compañía de este lugar especial.
Cueva del Zapatero
Tras eso, volvemos por el mismo camino, arriba por el S_91, subiendo esos 200 metros de nuevo. Ahora pero, en vez de tomas el sendero hacia los Llanos de la Mimbre, seguimos adelante, hasta que llegamos a la Cueva del Zapatero. En realidad, hay varias cuevas de distinto tamaño, pero se nota el paso humano reciente por ellas, con los "arreglos" y refuerzos muy presentes en la roca.
Lomo del Zapatero
Por encima de la cueva, nos encontramos con una gran encrucijada, desde la cual podremos volver hacia los Llanos de la Mimbre, y luego bajar por el mismo camino que hemos tomado al subir. No obstante, por una parte no queremos hacer el mismo recorrido, y por otra creemos que, ya que se nos va a hacer de noche dentro de unas horas, lo mejor sería llegar a una zona más llana y de más carretera, como lo sería el otro camino de vuelta. Así pues, nos encaramos hacia el Noreste, con la intención de volver a lo largo del valle de Agaete. Así, tomamos el S-93 por la carretera GC-216.
Casa Forestal
Tardamos un santiamén en llegar a la Casa Forestal. A su lado se encuentra el desvió que lleva al Pico de la Bandera, el punto más alto del macizo de Tamadaba, pero por desgracia no vamos a coronarlo hoy - no queremos demorarnos más aún, por lo que seguimos por la misma carretera.
Derecha
Pasada la Casa Forestal, llegamos a una bifurcación - tomamos la derecha, manteniendo el S-93.
Degollada del Humo
Proseguimos por la carretera, describiendo curva tras curva, mientras vamos ganando un poco de altura. En un momento dado, el sendero S-93 se marcha hacia arriba, a través de los pinos, mientras que a nosotros nos quedan un par de curvas más sobre el asfalto. Muy poco después, salimos en un punto donde la carretera describe una curva enorme para marcharse hacia el Sur, mientras que nosotros debemos proceder hacia abajo, a través del bosque y hacia la Degollada del Humo.
Desde este punto obtenemos por primera vez en este día, vistas al Roque Nublo y a Artenara, allí en la lejanía.
Derecha
Rápidamente bajamos en la misma Degollada del Humo, donde se separa el S-90 a la izquierda, pero nosotros continuamos adelante, por el S-98. Por ahora el descenso prosigue con suavidad, y nos encontramos algún que otro sendero más, pero nos mantenemos en este principal. Pronto viramos más y más al Este, hasta que llegamos a una bifurcación más grande , que está sin señalizar. Aquí hay que tomar la derecha, ya que el otro camino se queda dando vueltas entre los pinares de Tamadaba.
Presa de los Pérez
Y seguidamente, viene la bajada que estábamos buscando, plasmada sobre esos típicos zigzags, tan útiles para pasar sin peligro por las pendientes pronunciadas. La bajada lleva un buen rato, ya que son casi 400 metros que debemos descender, así que nos entretenemos discutiendo sobre música y sobre cantos corales, así que no nos aburrimos en absoluto. El sendero es a momentos muy pedregoso y hay que ir con cuidado, pero mantenemos el buen ritmo.
Pasado un buen rato, por fin salimos por encima de la Presa de los Pérez - por suerte, aún hay luz, así que tenemos la suerte de poder ver el espectáculo de reflejos que se monta sobre la superficie del agua. Rodeamos el enorme charco por la izquierda, y cruzamos la presa en sí. Por cierto, las vistas hacia el otro lado - la parte del canal que baja por el valle de Agaete - son impresionantes igualmente, con un rico surtido de formaciones rocosas, combinadas con una abundante vegetación, tan abundante que incluso ha escalado por la pared de la presa.
Al final de la presa, al lado de una casa que parece ser la de guardia, oímos a un montón de perros ladrarnos, mientras vamos pasando, pero por suerte están todos o atados o vallados, así que no presentan peligro. Justo después nos topamos con las tablillas indicativas, y tomamos la izquierda. A partir de ahora seguiremos la ruta S-97, abajo y hasta su final en San Pedro.
Izquierda
Tomamos la carretera y en pocos metros nos tenemos que desviar otra vez a la izquierda, abajo y hacia el Hornillo.
El Hornillo
Vamos dando pasos por esta carretera secundaria, la cual se encuentra en un estado estupendo - parece recién reformada. En un par de ocasiones nos encontramos con pedruscos derrumbados en medio - no es de sorprender, con lo inestable que es la roca por esta zona. Por fuera de la carretera, la vegetación se va volviendo más y más densa y vivaz.
La pista nos lleva rápidamente al centro del Hornillo, en la plaza delante del refugio. Al cruzar la plaza y asomarnos, a la derecha vemos una pared grande llena de huecos - se trata de un montón de casas o lo que serían casas en el pasado. Es algo alucinante y muy pintoresco de ver.
El Sao
Y ahora viene quizás la parte más bonita de toda la ruta - ni 10 metros más abajo de la plaza, el sendero se estrecha mucho y la vegetación sube sobremanera, volviéndose más basta, más salvaje y aún más verde. El zigzagueo aumenta, casi casi teniendo que abrir un camino fresco a través de una vegetación reinante. Es un tramo sin duda mágico, y así lo confirma también una inscripción que encontramos a medio trayecto. Además, la roca continúa con sus extrañas formaciones, e incluso vemos alguna cueva-habitáculo más, aunque todas o casi todas ya en desuso.
A la hora de llegar en El Sao, el verde se entremezcla ya con el negro del anochecer, ya que el sol está a punto de ponerse del todo, cosa que no hace si no embellecer aún más este paraje tan especial.
En El Sao, pasamos a través de un par de casas (no son muchas) y hay que rodear la casa que lleva la inscripción de la aldea, ya que el resto de caminos son privados.
Aparcamiento del Sao
Al bajar por el camino correcto, llegamos al aparcamiento del Sao, el cual también marca el punto de partida (o del final) de la carretera del Valle de Agaete (GC-231). Ya es prácticamente de noche. Tomamos la carretera, cuesta arriba, sin preocupaciones, ya que por aquí no pasa casi nadie.
Izquierda
Menos de medio kilómetro más adelante, el sendero se ca por la izquierda de la carretera. En las fotos no se aprecia tanto, pero está bien señalizado, y hay un caminito de piedra muy bien delimitado, por el cual seguiremos.
Casas del Camino
Así pues, vamos siguiendo el camino, que continúa paralelo a la carretera, pero varios metros por debajo. Al principio sube un poco y nos aventuramos a ir sin ninguna luz adicional, sólo guiados por la luz de la luna. No obstante, pasado un rato, al dar la vuelta debajo del Lomo del Trigo, el camino empieza un descenso más bárbaro y nos vemos más sumidos en la oscuridad, por lo que acabamos sacando la linterna del móvil (no íbamos preparados con frontal esta vez) - es importante ver dónde pisar, sobre todo en una bajada así, y aún más teniendo en cuenta que hay una caída importante justo por el borde del camino.
Descendemos en zigzag, mientras escuchamos chirriar a algún coche no muy lejano, o ladrar a algún perro. A nuestra derecha, a unos centenares de metros se encuentra el hotel-balneario Los Berrazales, de donde provienen unas luces más cuidadas y elegantes. Se entreoye el leve rumiar de agua cayendo, pero no sabemos de donde proviene. Pronto, acabamos bajando entre varias fincas privadas, y justo allí Lu se cae un par de veces, resbalándose en un suelo de piedra plana, pero cubierto de una fina capa de tierra y piedrecitas. Después de eso viene un poco más de maleza, y luego ya desembocamos entre calles y más fincas en la zona de las Casas del Camino, donde, durante un rato nos persiguen dos perritos inofensivos, pero por suerte no acompañados por ningún perro más grande.
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Desde las Casas del Camino tomamos la vía marcada a la izquierda, y ahora pasamos por una zona dominada por los gatos. Dejamos las casas y seguimos por una pista de tierra que rápidamente nos lleva al campo de fútbol de San Pedro, desde donde con igual rapidez encontramos también la forma de llegar al centro de la aldea, por donde habíamos pasado hacía unas horas.
Lo que queda ahora es deshacer el camino de esta mañana, siguiendo las carreteras hasta llegar de nuevo a La Suerte.
Comments (2)
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Hola, no sé si lo sabes pero viendo tu track no llegaste al final de Faneque, por medio del Paso de la Piedra, un paso especialmente expuesto al vacío que tiene una línea de vida con la cual engancharnos y con ello llegar a la cima de Faneque. Enhorabuena por el gran trabajo en tus rutas y magníficas explicaciones 👌
@Yeray Rodríguez
¡Muchas gracias por tu valoración y por tu comentario! La verdad es que no nos atrevimos a bajar por el Paso de la Piedra porque sí que se veía muy expuesto, así que no descubrimos la línea de vida. Una lástima, ya que seguro que el final de Faneque es impresionante. Pero no pasa nada, ahora ya lo sabemos y a la próxima nos lo podremos mirar ;) Muchas gracias.