Xoxote y Erlo desde el santuario/basílica de Loiola (Azpeitia)

Hoy dejo a un lado la Vuelta a Euskadi y las super travesías para hacer un sencillo recorrido por uno de los montes mas bonitos de Guipúzcoa, el Erlo, situado entre las localidades de Azkoitia y Azpeitia. Hay un montón de itinerarios posibles a realizar, pero nosotros optamos por hacer el mas fácil y cómodo de todos: ascender desde la parada de bus del santuario de Loiola, por una larga pista de cemento al inicio, y piedras al final, que nos lleva muy cerca de la cima del Erlo.

El tramo por pista tiene una longitud de unos 8km, aunque 2km mas atrás lo abandonamos en un cruce, para ir por un sendero que nos lleva al refugio de Xoxote. Desde aquí, apenas andamos unos 100m, y nos encontramos con la gigantesca estatua de San Ignacio de Loiola. Magnificas vistas de 180º, pudiendo ver numeras sierras de montaña, pero sobre todo destacar las localidades de Azpeitia y Azkoitia abajo. En medio, el santuario y basílica de Loiola.

Bordeamos el lugar por la derecha, hasta ver de frente una amplia campa herbosa con un gran charco. Arriba, se encuentra cruz cimera del monte Erlo.
Pero antes de ir allí, subimos un pequeño repecho entre placas de roca y hierba, para llegar a la diminuta cumbre del Xoxote (930m).
Ahora si, nos dirigimos hacia la cruz de Erlo. Entramos de lleno en la campa, nos acercamos a la charca, y luego, subimos en fuerte pendiente por el cordal, que va paralelo a la pista principal. En pocos minutos, alcanzamos la cruz y buzón cimeras del monte Erlo (1026m).

Descomunales vistas de 360º, pudiendo ver sierras y montes como el Anboto, Udalatx, Oiz, Urko, Izaspi, Zaraia, Elgea, Aizkorri, Altzania, Aralar, Hernio, Jaizkibel, Peñas de Aia, Larhún... Hacia un lado, varios picos de los Pirineos (hoy con nieve), y hacia el otro, otros tantos pertenecientes a Cantabria. Y también, se observa la inconfundible línea costera francesa, así como multitud de montes situados muy cerca del mar Cantábrico.

Tras las más que obligadas fotos de rigor, salimos de allí a toda velocidad, ya que el frio y el viento nos estaba congelando hasta los huesos. Solo nos queda volver por donde hemos venido, aunque aprovechamos para hacer algún que otro atajo por la zona alta, hasta llegar de nuevo a la parada de bus de Loiola, y poner así punto y final a esta sencilla y preciosa ruta.


PD: Durante el descenso el track ha dibujado una línea recta que no es correcta. En cualquier caso, no hay perdida posible, ya que solo tenéis que seguir la pista principal que aparece correctamente indicado durante el ascenso.