Ye: Camino de Los Gracioseros 30102021

Ruta clásica en el devenir senderista de nuestra isla, con mucho trasfondo histórico por ser el camino que los habitantes de La Graciosa utilizaban para ir y volver de la isla de Lanzarote. Ponerse en el lugar de aquella gente que para subsistir en una isla solitaria tenían que atravesar un Río, ascender un risco empinado de unos 400 metros de altura portando en su cabeza una cesta de pescado (que es lo que producía su isla) como objeto de trueque para abastecerse así de lo que carecían: papas, gofio, verduras…Y ese ejercicio, más o menos, dos, tres o las veces que hiciera falta cada semana de cada mes y de cada año.
Hoy, por fortuna, las Gracioseras no tienen que echarse la cesta de 15-20 kgs de pescado a la cabeza, sin embargo, la vereda zigzagueante que asciende, y desciende, el Risco de Famara sigue ahí como vía de acceso a una de las playas más exóticas de Lanzarote, la Playa Bajo el Risco.
Con ese bagaje cultural y con el deseo de dar satisfacción a esa pequeña inquietud de imitar, en nuestro caso por ocio y disfrute, a aquellas mujeres nos lanzamos a esa pequeña aventura de recorrer el camino en un día en que el calor nos lo complicaba un poco.
El itinerario, de 4 kilómetros y dificultad de media a alta, transcurre por los riscos de Famara, con La Graciosa a la vista más allá del estrecho del Río. Su travesía acontece en un entorno singular ya que el Risco de Famara resulta ser una de la zonas más antiguas de Canarias y es uno de los espacios más ricos en flora y fauna de Lanzarote. Alberga, entre sus lavas, distintos tipos de comunidades vegetales de las que al menos 19 son endemismos de Lanzarote, 14 exclusivos del Risco de Famara. Igualmente se pueden observar colonias de aves entre las que destacan la pardela cenicienta, el águila pescadora o guincho, el halcón peregrino y cernícalos.
La ruta parte de las inmediaciones de Ye (Las Rositas) transcurre sobre rocas volcánicas, con tramos algo resbaladizos, y culmina al nivel del mar. Luego hay que regresar por el mismo camino y con el sol apretando las clavijas.
Organizado por la pandilla de Senderismo de Lanzarote (https://senderismolanzarote.com) nos plantamos en Ye muy temprano (huyendo del sol) y a eso de las 7,40 iniciamos el recorrido.
Pasado el aparcamiento de Las Rositas y tras descender unos escalones alcanzamos la plataforma (mirador) que da pie al sendero.
El sendero es en sí sencillo, pero bastante exigente a nivel físico por la fuerte pendiente. El exceso de piedrecitas obliga a estar muy concentrado sobre el firme que pisamos. Se baja en zigzag y en cada cruce aprovechar para realizar las fotos y las miradas pertinentes, los alrededores se la merecen.
40 minutos después dejamos el plano inclinado y vamos poco a poco pasando al horizontal, se gana en anchura y sobre todo en tranquilidad. Alcanzamos la Playa Bajo el Risco con sus aguas tranquilas, limpias y aderezadas de arena limpia y sin pisar (apenas son las nueve de la mañana, somos los primeros en llegar),recuperamos un poco de sosiego a la sombra de una palmera de escasa altura y continuamos hacia Las Salinas del Rio, visita obligada.
De las salinas pasamos a la playa, a pisotear su arena y a buscar un sitio donde descansar un poco.
Sobre las diez de la mañana (acabamos de atrasar la hora) iniciamos el regreso. Se trata de desandar el camino pero ahora en sentido ascendente, y con el sol haciendo cosquillas; es la parte mas dura de la jornada y se hizo con calma, sin prisas. La subida nos llevo casi una hora, bebiendo agua y resoplando con cierta frecuencia para alcanzar de nuevo el mirador, satisfechos y orgullosos.
Regresamos a Ye por Vega Chica y nos fuimos a por unas cervezas, sin duda muy merecidas. Un brindis en señal de respeto y admiración hacia aquellas mujeres que hacían esta ruta por obligación.