Zagra: El Pilarejo-La Atalayuela-Castillo

Corta ruta por los alrededores de Zagra, pueblo del Poniente granadino, en la Comarca de Loja, visitando algunos de los yacimientos arqueológicos del lugar (al noreste del pueblo, dejando para otra ocasión los de Torre Martilla, la Algarbe y Fuente Alta).

Llego por la GR-5400, aparcando a la entrada del pueblo, entre el Ayuntamiento y la Iglesia de San Lorenzo (siglo XVIII). Sigo esta calle dirección norte hasta el otro extremo del pueblo, donde se encuentra la Ermita del Resucitado y de Santa Bárbara, y continúo a la derecha por el Paseo Fuente Leandra, que lleva a este manantial. Detrás de éste sale un senderito entre los bancales de olivos que termina en un carril asfaltado; sigo por el carril a la derecha pasando junto al Cortijo Nuevo antes de llegar a una rotonda, que cruzo para continuar por el Carril de Fuente de la Encina. Unos metros más adelante, junto a la fuente (construida con materiales procedentes del Pilarejo), me desvío por su derecha y me interno en un olivar, acercándome a un barranco y luego alcanzando una carretera (calle Algarinejo). Cruzándola, a los pocos metros de andar por el olivar, se encuentra la necrópolis altomedieval de El Pilarejo, con tumbas excavadas en la roca, que se cubrían con losas de piedra. Muy cerca, siguiendo carretera adelante, hay otra necrópolis, La Atalayuela, donde se han identificado seis sepulturas (aisladas o dobles) excavadas en el afloramiento rocoso de arenisca calcárea; su cronología se sitúa entre los siglos VI y VIII. Parte de este cerro fue usado como cantera de piedra de molino.

De vuelta a la carretera y tras pasar por delante de la Cooperativa aceitera de San Lorenzo, atrocho a la derecha por el olivar para salir a la carretera A-4154. La sigo en dirección a Ventorros de San José, pero la dejo primero por su margen izquierdo para visitar un pequeño altar rupestre (una cueva-santuario que recuerda la aparición de la Virgen de Fátima en este lugar el 7 de abril de 2016), y luego definitivamente por la derecha, bajando a un carril paralelo a la carretera. Antes de llegar a la Cooperativa Cerro Gordo, bajo hasta el Barranco de Patas de Lana y luego subo por el olivar; ya arriba doy vistas a un carril a los pies de Cerro Redondo, al que me dirijo ahora (en este tramo hay que consultar el track para no perderse, motivo por el que he considerado la ruta de dificultad moderada, junto con alguna pequeña subida para salir del olivar a la carretera; por lo demás no reviste mayor complejidad).

Sigo por la ladera de Cerro Redondo, donde hay un senderillo que me lleva a un carril que baja al cementerio; a la izquierda quedan las ruinas del castillo nazarí (del siglo XIV), levantado tras la conquista castellana de Priego, formando parte de un cinturón defensivo que tendría contacto directo con las torres atalayas de Cerro Martilla, Cortijo Viejo y Pesquera.
Me llego hasta el castillo (en estado ruinoso, incluso en los últimos tiempos se crearon bancales en su interior), suspendido sobre el pueblo a 770 metros, sobre una elevación rocosa (el nombre de Zagra vendría de al-Sajra, palabra árabe que significa “la peña” -aunque también puede proceder de al-Tagr, “la marca” o “la frontera”, por su situación fronteriza con el reino de Castilla). Desde su estratégica posición dominaba la vía del río Pesquera al Genil.
La fortaleza constaba de un recinto exterior o villa, donde se asentaba la población (ocupaba la pendiente del cerro que da al pueblo); y uno interior, la alcazaba, que albergaba la guarnición militar, situado en la parte más elevada (de una extensión aproximada de 600 metros2), con una muralla separando ambos recintos.
El Castillo de Zagra fue tomado por las tropas castellanas de Pedro I en 1362, pero volvió a manos musulmanas a los pocos días, hasta que tras la caída de Loja en 1486 durante la Guerra de Granada quedó definitivamente en poder de los cristianos. Zagra se fue despoblando y en 1498 se mandó derribar el castillo. Hubo que traer gentes de Córdoba y Jaén para volver a darle vida a esta localidad, donde la huella humana ha estado presente desde tiempos prehistóricos.