Zaidín, ermita San Antón, río Cinca y Castillo

Sencilla ruta por los alrededores de Zaidín.

Estacionamos preferentemente en la calle principal que atraviesa de arriba a abajo el casco urbano.

Ascendemos por la misma calle y tomamos la calle que conduce al campo de fútbol y las piscinas, ascendiendo hasta el campo de tiro.

Por la derecha nos acercamos a la bonita ermita de San Antón, rodeada de jóvenes pinares.

Descendemos por la ladera Oeste junto al campo de Tiro, y seguimos el curioso sendero que traza una docena de zetas bajo un pinar de ejemplares adultos, es una gozada ya que todavía los días son cálidos.

Desde el pinar tenemos la opción de regresar al casco urbano o hacer una prueba siguiendo el camino del barranco.
Me decidí por esta segunda opción, el camino pasa junto a una granja pero no hallé ningún tipo de prohibición.

El camino finalmente desemboca en la carretera A-1234, la cual cruzamos con cuidado ya que siempre tiene tráfico.

El camino de enfrente desciende a los llanos del valle del río Cinca, no obstante observamos una edificación que intuyo se trata del Molino de Zaidín. Hay un salto de agua y en el suelo un par de ruedas de piedra de molino.

Sigo el camino que conduce dirección oeste hasta el camino de la ribera del río Cinca. Es un lugar bonito por la presencia del caudaloso río, hoy acrecentado por las recientes lluvias que precisamente han coloreado las aguas del barro que arrastran.

Por el camino dirección sureste, recorro la ribera hasta una entrada en la qeu no hay cañares. Podemos bajar hasta el mismo canto (10 metros) y observar las aguas desde cerca.

Retomamos el camino que es el PR-HU 224 saliendo de él un poco más adelante.

Me dirigí hacia el casco urbano pretendiendo cruzar la carretera directamente, sin embargo el camino se corta debido a una pendiente demasiado fuerte y desaconsejable para senderistas. Retorné al buen camino para buscar otro acceso, que sube fácilmente al casco urbano.

Cruzamos la carretera y por una calle accedemos al borde de la muralla del Castillo de Zaidín. Es Bien de Interés Cultural.

Retomamos las calles visitando la plaza de la iglesia parroquial dedicada a San Juan, y de allí por cualquier calle buscamos el lugar donde estacionamos el coche.

Una excursión sencilla para todos los públicos que, no obstante, es aconsejable realizarla de buena mañana o en otoño, ideal cuando a los frutales (melocotoneros) se les pongan las hojas de color rojizo allá para finales de octubre. También sería buen momento con la floración de los frutales.