Zaitegi-Olano-Araza-Pagazuri-Gorbea/Gorbeia-Aldamin-Ubide

Lo primero es hacer un matiz en cuanto a la dificultad de la ruta. La he calificado como "FÁCIL" porque el recorrido de principio a fin es muy sencillo, sin haber ninguna complicación técnica. Sin embargo, también se podría calificar como "MODERADO" por la elevada exigencia física, tanto por la distancia (23,5km) como por el desnivel acumulado (1000m).
Dicho esto, aunque os hará sudar la gota gorda, para aquellos acostumbrados a este tipo de distancias y desniveles, será una ruta normal y corriente más, siempre y cuando se haga con las condiciones climáticas y estado del terreno adecuadas.


Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 178:

Comienzo en el minúsculo concejo alavés de Zaitegi, el cual he llegado tras coger el bus de la línea 14 de Alavabus que va de Vitoria a Izarra, parando en Murgia, y de ahí viajar en taxi comarcal (previa reserva el día anterior) hasta Zaitegi.

Este poblado no es el punto de inicio común para ascender al monte Gorbea, ya que el más habitual en esta zona suele ser el cercano pueblo de Zárate. Pero como la anterior etapa de mi Vuelta a Euskadi termina en Zaitegi, tengo que darle continuidad y empezar por aquí.

Lo primero es caminar por una carretera rumbo al también concejo de Olano, ya con vista directa a la cruz del Gorbea desde éste lugar.
Después, avanzo por sendero natural, adentrándome de lleno en un denso y precioso pinar, haciendo caso de las marcas roja y blanca del GR-25. En este lugar me encontré con un señor muy majo de Deba, el cual anduvimos juntos durante varios km.

No seguiré durante mucho tiempo dichas marcas, ya que al llegar a otra carretera (la que conecta con Zárate y otros 2 parkings que hay por la izquierda y por la derecha) tengo que continuar de frente por otro sendero natural, ésta vez guiada con círculos amarillos en los árboles.

Hasta ahora había sido todo llano pero a partir de aquí comienza la verdadera ascensión.
En esta ocasión, la arboleda predominante son los robledales, un auténtico espectáculo para la vista.

Más adelante, en un cruce, hacemos un doble giro izquierda-derecha, siguiendo las señales que indican el camino al Gorbea.
Luego, dejamos atrás el robledal para ir ya a cielo abierto, en mi caso de forma definitiva, ya que el señor continuó por otro camino que de nuevo iba por otra arboleda.

En un nuevo cruce, él giró a la derecha y yo a la Izquierda, para ir rumbo a la primera de las 4 cimas del día, el Araza. El terreno pasa a ser de hierba, pero las rampas ganan bastante inclinación, haciendo que el avance resulte muy lento y cansino.
Por otra parte, esto se sobrelleva bien si se para un momento para contemplar la preciosa panorámica de 180° que hay por detrás: la ciudad de Vitoria, Montes de Vitoria, Joar, Sierras de Toloño, La Demanda, Badaio, Sierra Salvada y algún monte más.

Como curiosidad, mencionar que a media ladera del Araza, en el sendero se abría paso numerosos banderines tiras de plástico colocados con la intención de guiar a los participantes de la gran carrera del Hiru Haundiak, que casualmente se va a realizar mañana.

En mi caso me daba igual que hubiera banderines o no porque tenía la seguridad de que no me iba a equivocar de camino, pero si que resultó interesante averiguar que desde el monte Araza hasta lo que restaba de ruta a mi destino, la localidad de Ubide, se va a realizar íntegramente (salvo algún mini tramo puntual) en la Hiru Haundiak.

Al fin, consigo llegar al buzón cimero del Araza (1139m). Vistas similares a las ya nombradas, con el añadido de ver la cumbre del Gorbea mucho más de cerca.
Prosigo la marcha yendo en línea recta, llaneando primero y después en ascenso por un pequeño sendero de piedras.
Al final del mismo, conecto con la pista principal, también repleta de piedras.

Voy ganando altitud de manera cómoda, aunque la pendiente no se suaviza y resulta complicado ir a un ritmo elevado. De nuevo, me doy la vuelta para disfrutar de nuevas vistas, añadiendo a lo anterior las sierras de Anboto, Udalatx, Aralar, Aizkorri, Altzania y los embalses de Ullibarri Ganboa y Urrunaga.

Vuelvo a tener el Gorbea a la vista, y en otro cruce de camino, abandono brevemente el camino oficial de la carrera para ir a la izquierda. Enseguida llego a la segunda cumbre, el Pagazuri (1307m). Vistas de 360°, con la novedad de observar más nítidamente Sierra Salvada y otros macizos que hay en los alrededores, como es cima del monte Oderiaga, situado en la parte occidental de este macizo del Gorbea.

Existe la posibilidad de llegar a una tercera cima, el Arroriano, pero no di con la forma de poder acceder a el sin meterme de lleno en los matorrales, o de tener que desviarme bastante del camino principal. Tampoco iba a ofrecerme nada nuevo más que coronar una cima más, así que decidí pasar de largo.

Último sprint, rumbo al todopoderoso y omnipresente Gorbea. Hay 2 maneras de llegar a lo alto desde donde me encuentro. Girar a la izquierda, y ascender por un empinado atajo, o ir por la derecha, donde se ubicaban los banderines, para ir por senda algo más larga pero llevadera. Así pues, giro a la derecha.

A parte de ser más llevadero, tiene el atractivo de poder disfrutar de más vistas, está vez hacía el Norte, pudiendo ver parte de los montes Lekanda y Aldamin, las sierras de Aramotz y Anboto al completo, Oiz y el macizo de Hernio.
A pocos metros, se haya un mugarri, justo donde empieza el cordal que hace de frontera natural con las provincias de Álava y Bizkaia.

Finalmente, alcanzo la gigantesca cruz de 17m de altura de este monte bocinero llamado Gorbea, o Gorbeia (1482m), considerado uno de los grandes (tanto en tamaño como en popularidad) de todo Euskadi.
Raro ha sido no haberme encontrado con una romería de gente, aunque no han fallado a la cita los caballos, siempre agradables a la vista.

Hablando de vista, la panorámica que abarca desde la cumbre es descomunal, más aún en un día claro y limpio como el de hoy. Hay un panel al lado del buzón indicando todos los montes y lugares que se llegan a observar, así que me ahorro dar la lista de todos ellos, simplemente id allí y disfrutarlo.

Tras las mas que obligadas fotos de rigor, avanzo hacia el Norte rumbo al pequeño vecino rocoso del Gorbea, el monte Aldamin. Apenas hay que descender 500m para llegar al collado que separan ambas cimas, pero es que la inclinación media de la ladera es del 40-45%, una auténtica bestialidad. Hoy estando seca la hierba me podía permitir el lujo de bajar a medio correr, pero tened cuidado con los baches del firme, ya que podéis daros un buen ostión e ir rodando ladera abajo.

Llego al collado, llamado Aldamiñoste y encaro ahora el ascenso a la cuarta y última cima de la ruta, el Aldamin (1373m) por senda rocosa. A simple vista da la sensación de ser una subida compleja, pero al contrario, siguiendo uno de los diferentes caminos que existen, en menos de 5min se llega fácilmente a la cima.
En lo alto se haya un enorme hito de piedras, un círculo de piedras y un doble buzón. Destacar la vista de la empinada ladera Norte del Gorbea, y la panorámica hacia el Oeste, Norte y Este, con el Lekanda, Aramotz, Anboto, Aralar y Aizkorri, entre otros, pudiendo ver de nuevo los embalses, varios valles que rodean la comarca de Arratia y al fondo a lo lejos, se llega a divisar una minúscula parte de la ciudad de Bilbao.

Ahora, vuelvo sobre mis pasos y giro a la izquierda, para ir rumbo a una zona repleta de bordas y refugios. La bajada es igualmente cómoda, por senda de hierba y tierra.
Antes de llegar al conocido como Refugio Rojo, alcanzo un peculiar monumento, que hace homenaje a los pastores.

Ahora si, paso al lado del refugio, y poco después cerca de otro. Aquí, giro a la derecha para seguir bajando por senda herbosa, hasta llegar a un tercer refugio o borda, en el cual a pocos metros se halla una Ikurriña.

Giro a la derecha y avanzo por una cómoda pista que se adentra por diferentes tipos de arboleda. Al principio el camino se encuentra algo embarrado, obligándome a bordearlo por el lado izquierdo, pero luego se convierte en pista de piedras y cemento, y ya puedo caminar con rapidez. En este tramo de descenso paso por hasta 2 parkings, el de Undabe (cercano a Ubide) y el de Harrizuri (mas pequeño pero cercano al refugio/borda de la Ikurriña).

Continuo así durante varios kilómetros (habiéndome encontrado por el camino un halcón y un enorme ciervo, pero que ambos huyeron a toda prisa sin darme opción a fotografiarlos) hasta llegar finalmente a mi destino, el pueblo de Ubide o Ubidea, donde concluyo esta exigente aunque preciosa y sencilla ruta, muy recomendable.