Zalama (1343 m.) - La Calera del Prado (Karrantza)
near La Calera del Prado, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Tiempo en movimiento: 4h 31min
Tiempo total: 6h 13min
Velocidad media: 3,5 km/h
Ruta bastante exigente, a la cima más alta de los Montes de Ordunte con tramos muy complejos, gran parte del ascenso por caminos imaginativos y una zona muy expuesta de descenso por el hayedo, no apto para no preparados.
Comenzando por el barrio carranzano de La Calera del Prado, cruzamos el puente romano y por carretera llegamos a la iglesia de la Asunción, donde tomaremos el desvío hacia una pista forestal de tierra que nos introducirá en la vaguada del Zalama.
La pista está algo abandonada, lo cual se notará más cuando encaremos el primer hayedo, teniendo que sortear algunos zarzales y argomas. Dentro del bosque, increíble en cualquier época del año, el camino aunque marcado, seguirá estando muy dejado, lo cual hace suponer que empeorará con el paso de los años.
Lo que quede de la pista, finalizará en el arroyo de la vaguada y comenzaremos entonces un ascenso por el hayedo usando más la orientación que cualquier tipo de marca, ausentes durante todo el recorrido.
El ascenso se verá marcado por paredes de piedra que rodear y caídas de agua que evitar, pero siguiendo la intuición, encontraremos restos del sendero en múltiples ocasiones.
Al salir del bosque, nos quedará un tramo de fuerte desnivel que salvar, complicado por hierba alta (en nuestro caso aplastada por las recientes nieves) y la siempre presente argoma.
Siguiendo un camino de animales, llegaremos hasta el primer cordal que nos lanzará de forma mucho más efectiva hasta el alto del collado, enlazando primero con otro cordal más amplio.
Al llegar al Ilso, nos dirigiremos al este encarando al Zalama al que llegaremos sin ninguna dificultad. Las vistas desde el que es el pico más alto de los Montes de Ordunte son espectaculares en un día despejado.
Continuamos en la misma dirección y rodeamos el área de turberas que permanece vallada para su estudio y conservación y comenzamos el descenso por una pradera muy liviana, tanto por su terreno como por la pendiente.
Esta finalizará tras pasar un abrevadero y un corte en la roca que hace que solo se vean las copas de las hayas que bajo él imperan en el bosque.
Lo realmente recomendable es rodear por el oeste y encontrar un descenso de esa pared más apropiado, pero en nuestro caso, tomamos el camino este para poder encontrar un acceso al salto de agua, lo que ocasiona que en el camino haya zonas verdaderamente expuestas.
Si no se está preparando, lo mejor es encontrar ese acceso por el oeste.
El descenso desde ahí y hasta el camuflado sendero que recorre el bosque se complica bastante, teniendo que realizar algunas maniobras con absoluta concentración.
El sendero aprovecha la línea de una tubería cuyo uso no está muy claro, pero que llega hasta la vaguada donde está el torrente y el inicio de una pista forestal de grava.
Nuestro paso por la pista acaba al llegar al vértice de la montaña, donde usaremos la cresta como referencia para el último descenso, primero sobre ella y después zigzagueando por los múltiples senderos hechos por el ganado (y evitando contracciones de espinales) hasta un bosquejo que una vez cruzado, nos pondrá a pocos metros de una nueva pista forestal que nos lleve en pocas curvas hasta el barrio donde iniciamos la ruta.
Tiempo total: 6h 13min
Velocidad media: 3,5 km/h
Ruta bastante exigente, a la cima más alta de los Montes de Ordunte con tramos muy complejos, gran parte del ascenso por caminos imaginativos y una zona muy expuesta de descenso por el hayedo, no apto para no preparados.
Comenzando por el barrio carranzano de La Calera del Prado, cruzamos el puente romano y por carretera llegamos a la iglesia de la Asunción, donde tomaremos el desvío hacia una pista forestal de tierra que nos introducirá en la vaguada del Zalama.
La pista está algo abandonada, lo cual se notará más cuando encaremos el primer hayedo, teniendo que sortear algunos zarzales y argomas. Dentro del bosque, increíble en cualquier época del año, el camino aunque marcado, seguirá estando muy dejado, lo cual hace suponer que empeorará con el paso de los años.
Lo que quede de la pista, finalizará en el arroyo de la vaguada y comenzaremos entonces un ascenso por el hayedo usando más la orientación que cualquier tipo de marca, ausentes durante todo el recorrido.
El ascenso se verá marcado por paredes de piedra que rodear y caídas de agua que evitar, pero siguiendo la intuición, encontraremos restos del sendero en múltiples ocasiones.
Al salir del bosque, nos quedará un tramo de fuerte desnivel que salvar, complicado por hierba alta (en nuestro caso aplastada por las recientes nieves) y la siempre presente argoma.
Siguiendo un camino de animales, llegaremos hasta el primer cordal que nos lanzará de forma mucho más efectiva hasta el alto del collado, enlazando primero con otro cordal más amplio.
Al llegar al Ilso, nos dirigiremos al este encarando al Zalama al que llegaremos sin ninguna dificultad. Las vistas desde el que es el pico más alto de los Montes de Ordunte son espectaculares en un día despejado.
Continuamos en la misma dirección y rodeamos el área de turberas que permanece vallada para su estudio y conservación y comenzamos el descenso por una pradera muy liviana, tanto por su terreno como por la pendiente.
Esta finalizará tras pasar un abrevadero y un corte en la roca que hace que solo se vean las copas de las hayas que bajo él imperan en el bosque.
Lo realmente recomendable es rodear por el oeste y encontrar un descenso de esa pared más apropiado, pero en nuestro caso, tomamos el camino este para poder encontrar un acceso al salto de agua, lo que ocasiona que en el camino haya zonas verdaderamente expuestas.
Si no se está preparando, lo mejor es encontrar ese acceso por el oeste.
El descenso desde ahí y hasta el camuflado sendero que recorre el bosque se complica bastante, teniendo que realizar algunas maniobras con absoluta concentración.
El sendero aprovecha la línea de una tubería cuyo uso no está muy claro, pero que llega hasta la vaguada donde está el torrente y el inicio de una pista forestal de grava.
Nuestro paso por la pista acaba al llegar al vértice de la montaña, donde usaremos la cresta como referencia para el último descenso, primero sobre ella y después zigzagueando por los múltiples senderos hechos por el ganado (y evitando contracciones de espinales) hasta un bosquejo que una vez cruzado, nos pondrá a pocos metros de una nueva pista forestal que nos lleve en pocas curvas hasta el barrio donde iniciamos la ruta.
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