Zurita - Cuevas de Cristal - Pozos de hielo, por el barranco de Getsemaní SL-12

Sencilla ruta desde la aldea de Zurita que nos permite recorrer y descubrir unos cuantos rincones de exquisita belleza en esta parte de la comarca de La Litera.

El recorrido es ligeramente abrupto en el recorrido del barranco, fácil pero por sendero estrecho.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Tenemos un buen estacionamiento en la misma entrada a este pequeño núcleo junto al cual existen unos paneles informativos y las señales del Sendero Local SL-12.

Seguimos las indicaciones que nos encaminan casi de inmediato hacia el barranco de Getsemaní, relativamente profundo y cuyos bordes son en mucha parte de roca conglomerada. A medida que avanzamos por el estrecho sendero, la ruta es más y más bonita, sin dejar de ser un territorio relativamente rústico.

Cuando llevamos un rato caminando siempre en descenso, encontramos un paso estrecho y un manantial que surtía del agua necesaria para fabricar hielo.

Llegaremos a un cruce desde el que haremos un breve trecho hacia el fondo del barranco. Esta bajada está dotada de algunas escaleras que al parecer mantiene algún vecino, gracias a estos peldaños y alguna sirga podremos entrar en la cueva de Cristal. Es un rincón bonito y ciertamente curioso, sino mágico. El reflejo del agua en el covacho entiendo que será lo que le identifica.

Regresamos al cruce y continuamos hasta llegar a un camino, lo cruzamos y accedemos por la senda bien señalizada a los pozos de hielo, el primero es visitable aunque conviene llevar un frontal o linterna potente. En su día tenía iluminación automática gracias a una pequeña placa solar y un sensor de presencia.

Algo mas adelante hay dos pozos de hielo más pero a diferencia del primero, no se puede entrar en ellos.

Regresamos al camino y utilizando su piso regresamos a Zurita, es un regreso más rápido pero debemos tener en cuenta que esta parte aparentemente más fea esconde varias curiosidades: la geología de estas montañas prepirenaicas es muy destacable ya que alterna margas rojas, areniscas y conglomerados estratificados de una llamativa forma.

Ya cerca del pueblo y en lo alto del montículo a nuestra izquierda descubriremos las ruinas de la ermita de San Urbano, no se si es aquí exactamente donde hubo un convento que se aprovisionaba de los productos de la tierra y creo tener entendido que utilizaba la fabricación de hielo para su sostenimiento.

En los últimos metros veremos unos cuantos olivos centenarios que sirvieron para hacernos bonitas fotografías.