La Blanquita (Murrí-Frontino)-Pegadó-El Recodo-La Blanquita

La Ruta de Los Libres
Circuito a caballo Valle Murrí:
La Blanquita (Murrí-Frontino)-El Recodo-Pegadó-Aguas Claras-La Blanquita
23 Junio 2016

Al hermoso Valle de Murrí llegué en cicla

http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14226601

Había oído hablar maravillas de éste paraíso escondido y por eso, tras la montada en bici, decidí quedarme un día más en éste lugar para recorrer parte de la hoya hidrográfica del Río Murrí que cruza éste valle regado por más de 40 ríos, quebradas y arroyos.

Esta riqueza hídrica se forma por la confluencia de los ríos Chaquenodá y Jengamecodá, que recibe el río Pantanos, antes de dirigirse a territorio de Vigía del Fuerte y su desembocadura en el Atrato,

En vista de que el Valle es grande opté hacer éste circuito a caballo y para ello contacté a los baquianos de la región.

Aroldo Benítez, uno de los dos arrieros de la zona, me atendió de manera especial. Su porte, sus gruesas manos pero, sobre todo, su propiedad y sabiduría al hablar me hizo pensar que estaba al frente de un verdadero arriero y un gran conocedor de éste extenso valle.

Aroldo me contó que al norte se puede ir a Murrí, al occidente a Frontino, al oriente a Dabeiba y al sur a Murindó. También me habló de varios circuitos que se pueden hacer en el Valle y, si bien él no me lo pudo hacer; me sugirió uno y me contactó con “Coca” un joven de la región de familia de muleros, para que me hiciera el recorrido.

Mientras nos alistábamos platiqué con los hermanos Londoño quienes, tras superar el problema de orden público que vivió la zona; volvieron a su terruño para apostarle a la crianza de búfalos y al eco-turismo.

Uno de ellos, llamado Omar, me contó datos interesantes del lugar:

• El Río Penderisco desemboca en el Chaquenodá y empieza a llamarse Murrí. De ahí el nombre de toda la zona.
• Murrí viene del vocablo indígena Murró que significa culebra.
• La Madre Laura estuvo en la región y se dice que ella hizo un pacto con las culebras para que no la mordieran.
• El sitio hace parte de la Reserva Natural Musinga Caratúa Parque de las Orquideas. De éste parque Frontino tiene el 65%, Urrao el 35% y Abriaquí el 10%.
• En ésta gran extensión de tierra hay en realidad tres valles: La Marina, La Blanquita y Chontaduro-San Mateo.
• En otrora estas tierras fueron ricas en la crianza de cerdos
• En estos valles están asentadas 37 comunidades indígenas, algunas comunidades afrodescendientes y el resto es habitado por los “libres”. Nombre dado por los indígenas a los blancos durante el proceso de esclavitud. De ahí el nombre de ésta crónica.

Como me gusta saber de los sitios que visito, Omar me sugirió leer a Ramón Elejalde gran conocedor de la zona. Eso hice una vez regresé pero toda ésa valiosísima información la condensaré en la próxima ruta que publicaré pues, quedé tan encantada con este paraíso escondido, que a los 20 días de éste paseo volví al Valle para hacer una travesía a caballo de 90km que me tomó 4 días para concluirla y con la cual cruzamos de Frontino a Urrao

Por ahora les comparto éste circuito de 27km el cual comenzó a 800msnm en el caserío La Blanquita.

Salimos rumbo al Río Chaquenodá (Río Bonito) uno de los atractivos turísticos de la región. Varias veces atravesamos sus aguas cristalinas en busca de una de las comunidades indígenas de la región.

Cruzamos más ríos y cabalgamos por diversos terrenos: caños secos, trochas empedradas, canalones, caminos de arena y zona selvática que hicieron muy ameno el trayecto

Poco a poco nos acercamos a la base donde comienza una de las tantas montañas que custodian éste Valle.

Allí comenzamos a ver mujeres indígenas con grandes hojas de tobo cubriendo sus cabezas, vestidas con sus parumas (faldas) de colores y sicodélicas camisas finamente bordadas, cargando en sus espaldas canastos tejidos de palma lleno de víveres. Después supe que son ellas las que hacen el trabajo duro de la comunidad. Mhhhh

Más adelante llegamos a una de las comunidades indígenas más importante del Valle: Pegadó.

Apreciar sus simples y prácticas viviendas, percibir la sencillez en la que viven, deleitarse con el collage de colores de sus trajes y comprobar que aún no saben español, fue una experiencia única y exótica.

Tras la visita a la comunidad emprendimos el regreso al caserío. Cuando cruzamos la quebrada La Blanquita, muy cerca al pueblo, le manifesté a Coca que quería ir a darme un baño en el Río Chaquenodá. El me sugirió descender de la mula y caminar por toda la Quebrada La Blanquita pues ésta desemboca justo en ése Rio

Dicho y hecho. Baje del cuadrúpedo para hacer ese rivering que me llevaría al caudal de agua más representativo de la región. Según "Coca" el río estaba a 20 minutos. Yo tardé 2 horas en llegar a ésta desembocadura.

En éste cruce de aguas está asentado otro caserío llamado El Recodo. Allí el baño en El Chaquenodá fue de entrada por salida para evitar que me cogiera la noche. Cayendo la tarde empecé la caminada de regreso a La Blanquita.

Tras éste hermoso circuito comprobé que Murrí es un lugar recomendado para quienes quieran recorrer terrenos aún vírgenes, exóticos, exuberantes y selváticos. A Murrí, sin duda, vale la pena ir.