Via Toñi Maliciosa (AD 200m)

Por tercera vez me dispuse a realizar la aproximación desde Mataelpino hasta la base de la Maliciosa en su cara sur, y así intentar la via Toñi. Mucha acumulación de nieve, por suerte ya transformada y de buena dureza gracias a las bajas temperaturas me recibió en el valle, animado, con tiempo de sobra y con climatología propicia: de -3º a -6º y viento de 30 km para la mañana siguiente me auguraban buenas condiciones en la via.
Esta vez la subida se hizo bastante amena, ya que la nieve caída favoreció mi ascenso en la parte mas vertical de la aproximación con una buena tracción sobre el hielo que empezaba a formarse con las sombras de la tarde. Cuanto mas miro las fotos, mas me recuerda la Maliciosa a la sierra de Gredos, tal vez sea solo nostalgia.
La noche a 2000 metros estuvo bastante bien, al final de la tarde decidí enclaustrarme en el saco, ya que un par de ráfagas de aire consiguieron congelarme las manos mientras hacia unas fotos.
En cuanto despunto el alba empece a desprenderme del cascarón y comencé el ritual. Día claro, sin viento y frío, que era lo que deseaba,
no fue nada fácil progresar por la linea, me exigió un alto esfuerzo y concentración. Pero conseguí mi objetivo.
Tras superar la cascada un tramo de unos ocho metros y unos 65º no dan mucha opción para asegurarse, así que tuve que abandonar dos tornillos de hielo incrustados en la cascada que aseguraban mi ascenso, esperaba recuperarlos después.
Me impresiono extremadamente el circo superior... sin palabras, un monumento natural digno de admirar, yo no pude hacerlo durante mucho rato, ya que el sol, comenzaba a pegar en la linea mas de la cuenta y ya conocía de sobra los efectos del calor, no quería ser bombardeado con hielo. Aproveche las huellas de alguien que subió por allí la tarde anterior , lo se porque les escuche comunicarse cuando llegue al campamento. Las huellas en vez de continuar recto por el corredor, todo recto, se colaban hacia la derecha y me llevaron a un resalto en roca de unos dos metros que tuve que superar, claro. Poco después el corredor se estrecha y la pendiente se reduce y te asomas a la sierra de Guadarrama, la Pedriza y toda la blancura de las montañas colindantes.
Creo que mi primera sensación fue agarrotamiento, nunca me había agarrado tan fuerte a los piolets, creo, pero estaba contento y todavía con energías para el camino de vuelta.
El descenso por el tubo de todos lo compartí con unos esquiadores que la verdad, mola mogollón verlos bajar deslizándose tan fácil.
Hay que estarse atento en la parte alta del tubo, pudiera haber confusión con mala visibilidad y bajar por algún sitio peligroso, y ya de por sí, la entrada al tubo lo es.
Llegue al campamento y recargue una pocas fuerzas, el hielo ya no era tal, se convirtió en nieve pegajosa y reblandecida, todo empezaba a desmoronarse resonando en las paredes. Las piedras de hielo que caían, golpeaban las piedras y corrían fugaces ladera abajo. Había que espabilar, pero tenía falsa sensación de seguridad. Pude enfilar la lengua de hielo que subí el día anterior y perdí altura rápidamente, y el camino fue bastante ameno la verdad. Ya me lo conocía de sobra después de dos intentos anteriores.