COSTA ARTABRA II: CEDEIRA-SARTAÑA

Espectacular travesía, muy completa por la variedad de acantilados, playas, islotes (que en varias ocasiones reciben el nombre de Castelo) y calas de arena o grava. Se trata de una travesía exigente puesto que, en condiciones de mar de más de 1 m de ola, sólo tendremos ocasión de desembarcar en dos puntos: Después de Punta Frouxeira-Meirás (Playa dos Botes) y al final de la playa de Ponzós (Sartaña).

Esta travesía comienza en el arenal de Vilarube. En algunas ocasiones la hemos comenzado en la Magdalena, al fondo de la ría. Nos aproximamos a Punta do Brual, atravesando el canal. Es paso es espectacular pero debe hacerse con mar adecuado. Si decidimos bordear, hay que abrirse algo para evitar una zona de bajos.
Los acantilados desde esta zona, hasta la playa de Baleo, está formado por grandes bloques muy espectaculares. Se trata de rocas similares a las de la Capelada. Rocas metamórficas, densas, llamadas Anfibolitas. Al igual que la Cabo Ortegal estas rocas son un record mundial porque parece ser que se originaron hace 400 millones de años.
La playa de Pantín es un punto de encuentro de surfistas de todo el mundo. Es un complejo dunar con una laguna localizada después de la duna, que en la actualidad está colmatada por procesos naturales. A continuación, un tramo de acantilados rocosos, frecuentados por percebeiros nos lleva a la playa de Frouxeira o Valdoviño. Este valioso sistema dunar incluye una laguna de gran valor ambiental (zona Ramsar, LIC), debido a la gran cantidad de aves que habitan en ella.
Llegamos a punta Frouxiera y el faro de Meirás, una zona con bastantes bajos y de navegación delicada si hay mar de fondo. En condiciones de mar adecuadas nos permite costear hasta avistar la Hermita de Nosa Sra da Estrela (do Porto). El paso por el canal del islote Castelo es especialmente emocionante. La siguiente cala, Mourella (o dos Botes), es un refugio muy adecuado para hacer un descanso. Aprovecharemos para subir a una zona alta y contemplar un pequeño tesoro geológico: las dunas eólicas que remontan por la ladera, como consecuencia de los vientos de los temporales del S. Algunas de estas dunas son extraordinariamente antiguas, puesto que datan de la última glaciación (Würm, hace 10.000 años).

A partir de aquí, hasta la playa de Campelo, los acantilados vuelven a ser impresionantes. En parte se debe a que entramos en una zona de rocas graníticas, de difícil alteración, lo que favorece los cortes abruptos.
El primer tramo es una zona medianamente protegida, lo que nos permite acercarnos razonablemente a las rocas, e incluso progresar entre las rocas. En O Catelo, justo después de la playa de cantos, hay un paso entre islas especialmente espectacular, que con bajo nivel de mar no suele ser peligroso. Llegamos a la playa de Campelo, frecuentada por surfistas, donde hay que tener especial cuidado con las grandes olas que al final de la playa se generan incluso a cierta distancia de la costa. Jose, Juanjo y yo no olvidaderos nunca el espectacular zapatazo de una olas que aparecieron inesperadamente.

Progresamos por la impresionante acantilado de la costa de Espiñadero. En otro lugar que recibe el nombre de Castelo, parece albergar un asentamiento prerromano.
La playa de Ponzos es una de las zonas más favorables para practicar parapente. Al final de ésta encontramos una cala protegida, Sartaña, adecuada para desembarcar (y pernoctar).
VIDEO: Miguel Álvarez
FOTOS: Manel Canto, Javier-Ferrol, Jose Luis-Twingo, Agus team