Descenso del Río Guadiaro desde Estación de Benaoján (Málaga)

Divertida ruta en kayak consistente en descender un tramo del Río Guadiaro, desde la Estación de Benaoján hasta la Estación de Jimera de Líbar, recorriendo el bello paraje de las Angosturas. La vía férrea y el sendero que unen ambas poblaciones, serán los compañeros inseparables del curso fluvial, cruzándose y tocándose unos con otros en varias ocasiones. Nos encontramos en el Parque Natural Sierra de Grazalema.


Se trata de una actividad que solo puede realizarse con una adecuada navegabilidad en primavera, tras unas lluvias intensas, ya que en verano no discurrirá el suficiente caudal, y en invierno puede resultar peligroso. Es una ruta apta para personas que sepan nadar y con una mínima forma física, aunque es recomendable cierta experiencia en el paleo. La única empresa de turismo activo en la actualidad que oferta el alquiler del material y la asistencia necesaria es "Pangea". Su esmerada atención personal y el adecuado material, superaron con creces nuestras expectativas por un precio adecuado.


Partiendo desde la Estación de Benaoján, atravesamos el paso a nivel de la vía del tren y nos dirigimos en busca del puentecito que nos permitirá cruzar el Río Guadiaro, para incorporarnos al cauce fluvial.


Durante algo más de 7 km. iremos disfrutando de la belleza del paisaje ribereño, así como las montañas que jalonan el valle a nuestro paso.


El Nacimiento de la Cueva del Gato se encuentra dos kilómetros aguas arriba, siendo uno de los principales aportadores de caudal al Río Guadiaro en su tramo alto, junto con el Nacimiento de Cascajales, situado al lado del Molino del Santo en la estación benaojana. Su agua subterránea se remonta cuatro kilométros atrás en el Río Guadares, al colarse por la Cueva del Hundidero en Montejaque.


Vamos recorriendo parajes fluviales de gran belleza, donde el bosque ribereño se entrelaza con estratos de arboleda de ladera, rematando la cresta de la sierra un agreste modelado kárstico. Aunque será el descenso en sí el principal disfrute de esta ruta.


A partir de las ruinas de la Venta del Arroyo del Agua, comienza el tramo más atractivo de la ruta, el cual discurre por el sinuoso paraje de las Angosturas. El valle se encajona, embraveciéndose sus aguas con varios rápidos. El bosque de ribera se vuelve más frondoso si cabe, destacando una profusa fresneda, rodeándole un tupido encinar y quejigal que sube por las laderas.


Destaca el agua cristalina del río, donde podemos observar enormes ejemplares de barbos gitanos con más de medio metro de longitud. Aunque el agua pueda bajar enturbiada en caso de que la última lluvia haya sido muy reciente.


El valle torna cada más angosto, dando la impresión de que sus paredes llegarán a tocarse. Existen varios puntos de escapatoria durante el recorrido, por los que podemos abandonarlo en caso de emergencia, para enlazar con el sendero que discurre en paralelo a poca distancia, aunque debiendo remontar la ladera. Un neopreno fino de manga corta se agradecerá, dadas las zonas de umbría.


Divertidos rápidos van alternándose con tramos de aguas mansas, donde el paleo se hace más relajante. En algunos rabiones la fuerza del agua puede hacer que volquemos el kayak, debiendo prestar atención para no golpearnos con los peñascos. También hay que tener en cuenta que existen largos tramos donde no se hace pie, además de alejarnos de la maleza que jalona las riberas, dependiendo del nivel del caudal del momento. Es difícil cogerle el punto al Guadiaro para esta limitada actividad primaveral.


Tras las angosturas, el valle se abre de nuevo, sus aguas se amansan, y el bosque de galería abraza el río casi por completo, permitiendo un sombrío y relajado ambiente, cuya quietud solo se rompe con el paleo y los cánticos de las aves acuáticas. Un momento mágico coincidió casi al final con una multitudinaria caída de vilanos de chopos, dando la sensación de estar nevando, cubriéndolo todo con una fina capa de pelusa algodonosa blanca.


El punto de referencia para salir del río al llegar a la Estación de Jimera de Líbar, es un malecón de grandes bloques de piedras antes de llegar a un azud, donde previamente habíamos dejado el vehículo de logística y regreso.

La vegetación de ribera destacable la forman sauces, fresnos, alisos, chopos, higueras, adelfas, eucaliptos, carrizos, tarajes, helechos y juncos. En estratos superiores del monte destacan encinas, quejigos, acebuches, algarrobos y palmitos. En cuanto a la fauna, multitud de animales que viven en el río, certifican la buena calidad de sus aguas: anfibios, barbos, galápagos, culebras de agua, aves acuáticas, y especialmente caballitos del diablo y libélulas de distintos colores. Entre las aves acuáticas abundan martines pescadores, mirlos, ánades, garzas y cormoranes. También es habitual contemplar el vuelo de buitres leonados, águilas y otras rapaces. Más difícil será cruzarse con las esquivas nutrias y otros animales salvajes que se acercan a beber, como ciervos, jabalíes, corzos y cabras monteses.

El itinerario transcurre íntegramente por el curso fluvial. El tiempo total fue de 3 horas y media, con varias paradas incluidas. Al tratarse de un descenso fluvial, el desnivel positivo real es nulo, y el desnivel negativo es de 70 m., siendo incorrecto el dato que figura en Wikiloc.



Ver también las siguientes rutas que comparten recorrido de este tramo del Río Guadiaro:
Barranquismo en las Angosturas del Río Guadiaro.
Sendero de las Angosturas del Río Guadiaro.

Ver también las siguientes rutas en kayak:
Descenso del Río Sella.
Descenso del Río Palmones.