Descenso del Sella Septiembre 2017 Arriondas

Siempre que he visitado Asturias he tenido muy presente hacer el Descenso del Sella, pero como todos sabemos la intención no es solo lo que cuenta, siendo la climatología del lugar la pieza clave para realizarla.
Después de varias intentonas fallidas, por fin este año 2017, se han dado las condiciones óptimas para poder llevarla a cabo.
Tras buscar en internet las diferentes empresas que ofertan esta experiencia entre sus actividades, mirar el tiempo y los horarios del rio pudimos elegir el día mas idóneo.
A primera hora de la mañana nos encontrábamos en las instalaciones de la empresa elegida, con numerosos grupos de toda índole preparándose para disfrutar de este descenso.
Con el neopreno puesto, el bote estanco y todos los enseres necesarios fuimos esperando para la entrega de nuestra embarcación.
Después de una divertida bajada por un tobogán tuvimos la primera toma de contacto con las aguas del rio Sella. Al principio la sensación es rara, costándote dirigir la barca, frenarla, avanzar sin irte para la orilla, la barca que se queda encallada, además de los choques con las demás embarcaciones que se encuentran en igualdad de condiciones que tu.
Pero afortunadamente pronto le cogimos el truco y fuimos descendiendo con el nutrido grupo de embarcaciones rio abajo, no me quiero ni imaginar como tiene que estar el rio el día que se celebra el descenso el primer sábado de Agosto.
Tras los primeros metros y curvas del rio fueron apareciendo los chiringuitos a pie de agua con la música bien alta, donde ya había bastantes botes apostados en la orilla.
Sin lugar a dudas lo mas divertido son los rápidos, donde además de dirigir bien la barca debes coger la trazada mas satisfactoria para no quedar encallado en las piedras.
A mitad de trayecto, a la altura de un puente, hicimos una parada para comer algo y aprovechar el solecito tan bueno que hacia ese dia. Creo que la parada la hicimos en el ultimo chiringuito, mas adelante el rio se ensancha y gana en profundidad, asique los chiringuitos se concentran concentrados en los primeros siete kilómetros.
De vuelta a la embarcación, cuidado con la subida en el bote que se puede convertir en chapuzón, reanudamos la marcha por las aguas del Sella.
En este último tramo se notaba la menor afluencia de embarcaciones y también se notaba el cansancio de los brazos, que estaban bien cargados al no estar acostumbrado a este tipo de ejercicio.
El punto de recogida no se hizo esperar, apeándonos de nuestro bote y aguardando la llegada de nuestro transporte que no tardo mucho en llegar.
Al final de todo el descenso se nos hizo corto pero muy entretenido, si no fuera por los brazos podíamos haber seguido hasta llegar a Ribadesella por lo menos.
Durante todo el trayecto tendremos la oportunidad de observar las aves que habitan en este rio y si estamos muy pendientes también veremos sus truchas en las partes menos profundas.