DESCENSO EN CANOA GARGANTAS DE ARDECHE - 2ª ETAPA

Amanece el segundo día de nuestro descenso de las Gargantas de Ardeche en canoa. Ha llovido a ratos durante la noche. En este momento no llueve, pero el cielo está muy cerrado. La cosa no pinta bien, porque según la previsión que habíamos visto se esperaban tormentas para ese día por la tarde. Para entonces nosotros ya deberíamos haber terminado el descenso, pero la mañana sería despejada con alguna nube, por lo que no tenemos ropa adecuada ni chubasqueros. Los peores presagios se confirman mientras desayunamos comienzan a caer las primera gotas, que nos obligan desmontar el campamento a toda prisa. Ademas yo no me encuentro bien, algo me debió sentar mal en la cena. Una vez recogido todo porteamos los bidones hasta las canoas y retomamos el descenso donde lo habíamos dejado el día anterior, acompañados durante todo el día por una lluvia incesante a ratos suave y a ratos mas fuerte. La temperatura es buena, pero al ir mojados y sin la ropa adecuada acabamos pasando frio. En estas condiciones nos apresuramos para terminar el descenso lo antes posible. Hoy no nos apetece parar a bañarnos o a comer algo y descansar a la orilla del río. Remamos sin parar. Cuando estamos en la proximidad de San Martin d´Ardeche encontramos una playa que podría ser la zona de desembarco, pero no hay ni furgonetas ni remolques de las empresas. Unos italiano con los que hemos coincidido en los últimos kilómetros se han bajado para preguntar, pero no han encontrado a nadie. Suponemos que el final debe estar un poco después a la altura del pueblo. Dos kilómetros mas tarde pasamos por otra playa fluvial acondicionada para el baño, evidentemente está desierta, pero afortunadamente vemos al socorristas guarecido de la lluvia en su caseta. Remo hasta la orilla y me acerco a preguntarle. Me confirma que nos hemos pasado el punto de desembarco.Tenemos que retroceder dos kilómetros. Al menos esto nos permite contemplar el castillo de Aiguèze, que se asoma desde un acantilado al rio. Cuando llegamos al punto de desembarco ya hay algunas canoas y poco a poco van llegando mas. Rápidamente nos secamos y cambiamos de ropa y nos refugiamos de la lluvia bajo los arboles. Llamo a la empresa para pedirles que vengan a recogernos antes de la hora. Me dicen que ya están de camino. Al rato llegan varias furgonetas con remolques y un autobús. Aún nos queda un buen rato de espera hasta que lleguen todos los clientes, pero ya estamos secos, y a resguardo dentro del autobus, y hemos entrado en calor. Los poco mas de 30 km de revirada carretera se llevan casi una hora de regreso hasta la base de la empresa. Allí vaciamos los bidones y una furgoneta nos lleva de regreso a nuestro camping. Ha sido una gran experiencia con dos caras muy distintas, pero ha merecido la pena.