KAYAK POR EL EMBALSE DE SANTA UXIA DE XALLAS
near Arcos, Galicia (España)
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Itinerary description
El embalse de Santa Uxía sobre el río Xallas es uno de los múltiples que jalonan el recorrido de este río que muere en el mar de manera majestuosa, a través de la fervenza de Ézaro. Es el único río en Europa que termina en forma de cascada en el mar.
La presa se construyó en 1988 y recibió el nombre de Embalse de Santa Uxía (Santa Eugenia). Este cuenta con una presa de 280 m de longitud y una altura de 87 m. Sin embargo el agua embalsada es bastante inferior a la de A Fervenza que con una presa mucho más baja almacena mucha más agua. El de Santa Uxía puede almacenar hasta 18 hm3. Desde el embalse de Santa Eugenia parten dos tubos de acero que se adentran en la montaña por un gran túnel de 1256 metros y 4,5 de diámetro excavado en roca viva y que se dirigen a las centrales ubicadas junto a la Fervenza. La entrada al citado túnel se puede ver junto a las ruinas de la antigua hidrocentral del Ézaro, situada 200 metros más abajo.
El problema de este embalse es cómo entrar en el agua. Parece una cuestión sencilla, pero aquí no lo es, ya que el río va muy encajonado entre las montañas de alrededor y no hay caminos que mueran en el agua. En el entorno hay una casa de turimos rural Santa Uxía que tiene un miniembarcadero. Pero no dejan pasar por su finca para usarlo.
Incluso me acerqué a la aldea de A Xestosa, donde un camino baja a una central hidroeléctrica. Sin embargo, el camino de bajada era muy largo y estaba en muy malas condiciones.
Con lo que tuve que retomar (después de una hora y media de dar vueltas) la idea original. Antes de pasar el puente sobre el río de Arcos, donde se encuentra más arriba la fervenza de A Noveira, hay una pista de tierra que sale a mano derecha. Allí dejé el coche y llevé el kayak hasta una bifurcación del camino, tomando a mano izquierda. Desde allí es bastante compllicado bajarlo al agua, ya que hay un terraplén de más de 2 metros de altura, con una cuerda para ayudarse en la subida y bajada. Así os podéis imaginar que bajar el kayak fue toda una odisea.
Después hay agua, pero muy poca en esta época del año. Así que tuve que ir arrastrandolo durante unos 100 metros hasta que había calado suficiente.
Allí ya entro en el agua embalsada. Había mucho viento norte, que unido a la forma del cañón hizo que se incrementara mucho.
Los laterales del embalse son bosques de pinos y otras especies, con un montón de árboles cubiertos por las aguas. Hay que tener cuidado ya que algunos no se ven, sólo se oyen cuando monta la piragua sobre ellos.
La primera parada fue en la fervenza de Enxilde. Como no ha llovido en los últimos días y hace bastante calor, traía poca agua. De todas formas es un espectáculo digno de la naturaleza de Galicia, ya que tiene más de 10 metros de altura y cae sobre el agua del pantano. Ya intenté verla una vez por tierra firme, pero me resultó imposible.
Fue navegando ciñéndome a babor, entrando en el río Xallas hasta la altura de la primera pesquera. Allí hay bastante corriente y remolinos, que hay que tener en cuenta.
De vuelta entré en la desembocadura del río de San Crimenzo, donde hay un puente. Segui ciñéndome a estribor, pasando al lado de la presa. Hay que tener precaución, ya que las compuertas están semiabiertas y nos puede arrastrar.
Y vuelta al punto de origen, para montar la piragua en el coche con bastante dificultad.
La presa se construyó en 1988 y recibió el nombre de Embalse de Santa Uxía (Santa Eugenia). Este cuenta con una presa de 280 m de longitud y una altura de 87 m. Sin embargo el agua embalsada es bastante inferior a la de A Fervenza que con una presa mucho más baja almacena mucha más agua. El de Santa Uxía puede almacenar hasta 18 hm3. Desde el embalse de Santa Eugenia parten dos tubos de acero que se adentran en la montaña por un gran túnel de 1256 metros y 4,5 de diámetro excavado en roca viva y que se dirigen a las centrales ubicadas junto a la Fervenza. La entrada al citado túnel se puede ver junto a las ruinas de la antigua hidrocentral del Ézaro, situada 200 metros más abajo.
El problema de este embalse es cómo entrar en el agua. Parece una cuestión sencilla, pero aquí no lo es, ya que el río va muy encajonado entre las montañas de alrededor y no hay caminos que mueran en el agua. En el entorno hay una casa de turimos rural Santa Uxía que tiene un miniembarcadero. Pero no dejan pasar por su finca para usarlo.
Incluso me acerqué a la aldea de A Xestosa, donde un camino baja a una central hidroeléctrica. Sin embargo, el camino de bajada era muy largo y estaba en muy malas condiciones.
Con lo que tuve que retomar (después de una hora y media de dar vueltas) la idea original. Antes de pasar el puente sobre el río de Arcos, donde se encuentra más arriba la fervenza de A Noveira, hay una pista de tierra que sale a mano derecha. Allí dejé el coche y llevé el kayak hasta una bifurcación del camino, tomando a mano izquierda. Desde allí es bastante compllicado bajarlo al agua, ya que hay un terraplén de más de 2 metros de altura, con una cuerda para ayudarse en la subida y bajada. Así os podéis imaginar que bajar el kayak fue toda una odisea.
Después hay agua, pero muy poca en esta época del año. Así que tuve que ir arrastrandolo durante unos 100 metros hasta que había calado suficiente.
Allí ya entro en el agua embalsada. Había mucho viento norte, que unido a la forma del cañón hizo que se incrementara mucho.
Los laterales del embalse son bosques de pinos y otras especies, con un montón de árboles cubiertos por las aguas. Hay que tener cuidado ya que algunos no se ven, sólo se oyen cuando monta la piragua sobre ellos.
La primera parada fue en la fervenza de Enxilde. Como no ha llovido en los últimos días y hace bastante calor, traía poca agua. De todas formas es un espectáculo digno de la naturaleza de Galicia, ya que tiene más de 10 metros de altura y cae sobre el agua del pantano. Ya intenté verla una vez por tierra firme, pero me resultó imposible.
Fue navegando ciñéndome a babor, entrando en el río Xallas hasta la altura de la primera pesquera. Allí hay bastante corriente y remolinos, que hay que tener en cuenta.
De vuelta entré en la desembocadura del río de San Crimenzo, donde hay un puente. Segui ciñéndome a estribor, pasando al lado de la presa. Hay que tener precaución, ya que las compuertas están semiabiertas y nos puede arrastrar.
Y vuelta al punto de origen, para montar la piragua en el coche con bastante dificultad.
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