KAYAK: VUELTA A LA ISLA DE AROSA

Reto conseguido, fue mi pensamiento cuando después de más de 6 horas en el agua llegué al punto de partida. Era un reto personal que no pude realizar hace unos meses por el viento que había alrededor de la Isla de Arosa. Esta vez los augurios en windguru eran mejores, con vientos de 5-6 nudos y con momentos puntuales de 10 nudos.
La salida la realicé desde la Playa de Camaxe, pasando el puente a la izquierda, en la segunda rotonda. Hay una entrada a la playa que aproveché para descargar la piragua y todo el material que llevaba. El agua estaba en calma, el mar como un espejo, aunque no iba a durar mucho. La marea a las 9 de la mañana estaba alta.
Partí en dirección norte para aprovechar el viento norte / nordés que iba a soplar más adelante. Pasé por delante de la playa O Bao y por la punta del mismo nombre, cruzando el puente de la ría.
Allí comenzó a soplar aire en contra y, sin acercarme a la costa porque me giraba la piragua, me dirigí a la punta do Aguillón y desde allí a la playa Cabodeiro, al lado de la Punta do Furado. Allí desembarqué para descansar un poco y sobre todo cambiar las pilas del gps que se habían agotado.
Después de bordear la punta do Furado, entré el puerto do Xufrés, entre los barcos pesqueros que al ser domingo estaban fondeados. De esta forma también me protegí un poco del viento que empezaba a aumentar en intensidad.
Seguí en dirección norte, pegado a la costa para rodear la Punta do Campelo. Aquí la corriente era lateral y fue un poco complicado navegar.
Pasé por delante de la playas de O Naso y Os Bufos y desembarqué en un pequeño arenal que hay al lado del faro de Punta Cabalo. Aquí dejé varada la piragua en la playa y fui caminando hasta el faro, para sacar algunas fotografías. Una vez vuelta a la piragua rodeé el faro y entré en la ensenada natural de la playa de Area da Secada. Un buen sitio para descansar ya que la protección que tiene hace que no se levante oleaje. Después viré la Punta de Barbafeita y, con el viento a favor inicié la boga hacia el sur de la isla. En esta primera parte el paisaje no tiene nada relevante; se pasa por delante del Igafa (Instituto Galego de formación en acuicultura) y por delante del estadio de futbol.
Entré algo en la bahía natural que se forma, donde hay varios muelles para el atraque de barcos de pequeño tamaño y me acerqué a la playa Gradín. Desde aquí ya fui costeando, bordeando la Punta Oriceira, pasando por delante de las playas Mallón y Espiñeiro, para desembarcar nuevamente en la playa Arruda. La idea era tomarlo con calma y disfrutar, sobre todo.
Volví a salir de la Ensenada de Espiñeiro rodeando las puntas Ruda y Quilma, para acercarme a ver el Molino de Marea As Aceñas. Es una construcción de piedra, y está ubicado en la Ensenada Brava, al oeste de A Illa de Arousa. Se aprovecha de pleamares y bajamares para su funcionamiento; tiene 3 ruedas, una de ellas para moler el trigo exclusivamente y las otras dos para el maíz.
Esta zona es muy bonita, con gran cantidad de vegetación en el suelo marino, muchas rocas y piedras que hay que ir esquivando. Después de salir de la ensenada, quedaba dar la vuelta a varias puntas (la más importante la punta Carreirón) y pasar al sur de la isla.
Para mi gusto esta es la parte más bonita de la isla y mejor conservada. Se trata del parque natural de Carreirón. Hay que tener cuidado con las corrientes de agua y con las rocas que sobrasalen muy poco del agua y no se ven hasta que no estás encima de ellas. Desembarqué en la playa de las Margaritas, donde además de comer algo, me subí al promontorio rocoso para contemplar el paisaje. Merece la pena.
Después fui entrando y saliendo para ver los arenales de esta parte de la isla. Paré en la playa Lortreira y entré para ver la playa de A Lameira. La marea ya estaba baja y no se podía acceder al arenal. Además el kayak tocaba fondo cada pocos metros por lo que decidí no parar.
Giré la punta da Xastelas, con lo que volvía a la margen este de la isla. Y claro me volví a encontrar el viento en contra que había subido mucho de intensidad. Para hacerme una idea de la ruta que me quedaba y del lugar donde tenía que desembarcar, hice una última parada en la playa Xastelas.
Y desde allí al punto de salida, donde no pude desembarcar, ya que con marea baja había más de 100 metros de fango, algas y piedras. Tuve que desembarcar más adelante en la playa de Camaxe pequeno, dejar el kayak en la playa e ir caminando por la senda hasta el coche.
Fin de trayecto 6 horas y media después, con un sol radiante, calor de 20º y bastante viento, tanto que estaban preparando las velas para hacer kytesurf.