MAR GRUESA EN LA RÍA DE AROUSA

Salida desde la playa Del Río Azor a mediodía de un día de otoño. Las previsiones del tiempo eran buenas, un lapso de buen tiempo entre dos temporales. Ausencia de viento, marea baja, mar en calma y cielo parcialmente cubierto.
Salida entre la punta Aguiúncho y la isla de Coroso en dirección a la isla de A Rúa o del faro. Es una de las islas más aisladas de la Ría de Arousa, y una de las más destacadas pese a sus escasas 4 hectáreas de superficie. Es enteramente rocosa, formada por grandes bolos de granito y de abordaje difícil. Posee un faro importante para el balizamiento de la ría, que es gemelo del de la Isla de Ons, construido por el mismo arquitecto Rafael de la Cerda en 1864. Pese a lo inhóspito de la isla, estuvo habitada por fareros hasta la automatización del faro.
Rodeé la isla a babor e intenté desembarcar por el sur de la isla. Pero con la marea subiendo fui incapaz de salir con seguridad.
Me dirigí a la isla de Guidoiro Pedregoso. Tiene una superficie de 5'6 hectáreas y está constituida de peñascos y salpicada de manchas de arena, sobre todo en su parte Oeste. Es más alta que la vecina Guidoiro Areoso y posee más vegetación, sobre todo herbácea. La rodeé a estribor. Como por la mañana había niebla en la ría, de vez en cuando miraba hacia atrás, hacia el norte, por donde iban entrando muchas nubes. El panorama era similar al del inicio, por lo que seguí en dirección a la isla de Guidoiro Areoso. Pasé entre o carreiro dos guidoiros, una especie de arrecife de rocas que protege a la isla de Areoso.
La isla de Areoso es el mayor de los islotes que conforman el archipiélago de Rúa y Os Guidoiros (O Areoso e isla Guidoiro Pedregoso), en el interior de la ría de Arosa. Apenas tiene 600 m de largo de norte a sur por 200 m en su punto más ancho y sólo alcanza 9 m sobre el nivel del mar en su punto más alto. Es un islote de casi 9 hectáreas, bajo y constituido casi completamente de arena. La mitad norte está ocupada por una duna activa, mientras que en la sur se mezclan afloramientos graníticos con una duna vegetada con herbáceas.
Cuando estaba llegando a la isla, con la intención de desembarcar, cambió el tiempo de repente. Empezó a soplar viento del oeste, con muchísima fuerza. El temporal que iba a entrar por la noche se había adelantado unas horas. Entre el fuerte viento y el oleaje propio de la subida de la marea, complicó la vuelta.
Ya no desembarqué y me dirigí hacia el oeste, hacia la Pedra Palgasa. Con el viento lateral y el oleaje de la marea, se hacía muy difícil palmear. Paré en la Illa de Pedregoso, para estirar un poco las piernas.
Después fue una lucha titánica contra los elementos. Me dirigí un poco hacia el este, hacia el interior de la ría, para aprovechar un poco el viento. Otro problema era que las olas me giraban el Kayak continuamente, con lo que tenía que modificar el rumbo.
Pasé muy al este de la isla da Rua y me dirigí hacia las bateas para que me dieran un poco de protección. El tiempo seguía empeorando, se trataba de salir del agua.
Me quedaba rodear la Punta das Grades y la Aguiúncho, para entrar en el canal que forma con la illa de Coroso.
Por fin llegué a la playa, con hipotermia.
Lo que empezó como un paseo, acabó con final feliz, a pesar de todas las adversidades.