Pantalán del Club de Piragüismo de Córdoba - Arroyo de las Coronadas - Puentes del Arenal, Autovía, Miraflores y Romano

La que compartimos es una ruta sencilla de 8 kilómetros y 700 metros, que se inicia en el pantalán del Club de Piragüismo de Córdoba y termina en el mismo sitio.

Puede llegarse en coche hasta la misma sede del Club de Piragüismo (37°52'32.0"N, 4°46'08.6"W), pero el acceso está reservado a automóviles autorizados. También se puede aparcar a un centenar de metros, junto al puente, entrando por el Recinto Ferial (37°52'25.2"N, 4°46'10.0"W).

Elegimos un día en el que hay poco caudal con objeto de que no haya excesiva corriente ya que, lógicamente, en la mitad del paseo iremos remando contra ella. Partimos río arriba, encarando enseguida el Puente del Arenal, seguido a unos centenares de metros del Puente de la Autovía A4 a su paso por la capital cordobesa. Seguimos subiendo unos kilómetros. A nuestra izquierda llevaremos todo el rato el camino que lleva al Molino de Carbonell y a la derecha varios barrancos. Encima de uno de ellos podremos divisar la Torre de la Barca, propiedad actualmente de Bodegas Campos, donde se celebran bodas y otros eventos. Nos encontraremos con varios tramos en los que la corriente aumenta y hemos de emplearnos un poco más remando. Precisamente, al llegar a la desembocadura del Arroyo de Las Coronadas, seco en la época en la que hacemos la ruta, nos encontramos con una acumulación de cantos rodados que, unidos a la pendiente, hacen que la corriente sea más pronunciada. Este es el punto en el que decidimos darnos la vuelta.

Tras pasar por el punto de partida, continuamos río abajo atravesando el Puente de Miraflores y llegando hasta el Puente Romano, disfrutando de las espectaculares vistas de la Ribera y de los monumentos que se encuentran en este singular e histórico entorno.

A lo largo del recorrido pudimos disfrutar avistando garzas reales, garcetas comunes, garcillas bueyeras, patos reales, cormoranes y moritos recién llegados, algún que otro martinete y hasta un martín pescador.

La ruta es sencilla, pero como todos sabemos que los ríos son cambiantes en función de las condiciones meteorológicas y de los desembalses, siempre hay que tener precaución.