TRAVESIA CATOIRA - ARCHIPIELAGO DE CORTEGADA

En un día ideal para palear, con el mar plano, sin oleaje, sin viento, con sol pero sin calor, salida desde Catoira, donde es muy sencillo ya que hay zona para aparcar y una rampa para entrar en el mar. Por ello tienen allí un gran club de piragüismo.
Salida hacia el mar, con la marea bajando lo que encima facilita la salida. Me acerqué hasta las tres cruces y después hay que tener cuidado, ya que hay bancos de arena con marea baja.
Llegada a la isla de Cortegada, donde amarré el Kayak. Allí decidí, ya que me vigilaban la embarcación, dar el paseo nº1 de la isla, paseo que bordea la misma. Es muy sencillo, bonito, se ven todas las playas que hay en la isla y dos puntos de especial interés: el planisferio por su curiosidad y las vistas que tiene, y el Cruceiro.
Volvi a la playa, no sin antes visitar las casas que existían en la isla. Desde allí fui a visitar las Malveiras, primero rodeé la Malveira Chica y después atraqué en la Malveira Grande.
Alllí cometí una imprudencia, por desconocimiento del funcionamiento del Parque Nacional, ya que me bajé y di una vuelta por la isla. Esto no se puede hacer. Visité la tumba de Manuel, poeta del mar. Impresiona que sólo viviera 30 años.
Desde allí seguí navegando entre la multitud de islotes que hay por los alrededores, parando en el illote do Con. Siempre me había atraído el canal que hay entre dos rocas enormes, una superpuesta la otra. Es lugar de cormoranes. "Encallé " el kayak entre dos rocas para bajarme y estuve recorriendo estas rocas.
Seguí navegando entre rocas y, otro error, bajé en la Illa das Briñas. No merece la pena, ya que está llena de aves y de algas que resbalan mucho y cubren las rocas. Allí es donde me abordó el guarda del parque nacional para informarme que sólo se puede bajar uno en Cortegada.
Después de pedir disculpas, crucé la ría hasta la playa do Tronco, en Rianxo. Hora de descansar un poco, reponer fuerzas y, sin demora, ya que eran cerca de las seis de la tarde, empezó la vuelta. Pasé por la playa de las Conchas, playa de Sartaxes, playa do Agriño y seguí subiendo el río Ulla, pegado a la margen izquierda del mismo, hasta llegar al punto de inicio.
Lo más espectacular de la ruta fueron los delfines que vi.