2011-06-20 SJO Morro Grande + vuelta a la isla São Jorge en barco
near Velas, Açores (Portugal)
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A TENER EN CUENTA
Recorrido
Marcha realizada sin GPS, por lo que sólo se indican los principales puntos de interés por los que discurrió su trazado.
En esta ruta puedes conseguir el track para visitar el Morro Grande.
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Otras rutas por Las Azores.
CRÓNICA
00:00 En la recepción del hotel. Mientras reviso el correo, en la calle está lloviendo.
02:30 En mi habitación. Tras una larga batalla, me rindo. No puedo acabar con los mosquitos que ayer me picaron en el brazo y en el cuello y hoy siguen aquí para continuar con su festín. Como no quiero que se repita esa historia me sumerjo en mi cama, cubriéndome con las sábanas incluso la cabeza.
05:00 Con los ojos como platos. Miro por la ventana de mi habitación: todo está oscuro, pero mis oídos me dicen que está lloviendo. Parece que no lo haya dejado durante todo lo que llevamos de noche. Como tengo claro que ya no voy a dormirme, me levanto y aprovecho el tiempo para lavar la ropa sucia y afeitarme. Entre una cosa y otra, vuelvo a declarar la guerra a los mosquitos... y alguna baja sufren: mi puntería, por la mañana, es más efectiva que durante la noche pasada y, además, ellos deben estar débiles pues parece que durante mi sueño no me han picado.
06:30 En recepción, revisando el correo. Decido quedarme en Velas hasta las 09:00 para ir a la Oficina de Turismo y conseguir otro juego de mapas de los senderos. Hoy, si el tiempo atmosférico me lo permite, tengo pensado realizar un recorrido circular, no sé si irá por pista o carretera, que con inicio y fin en Velas me llevará por Santo Amaro, el Pico das Caldeirinhas y el Pico da Choupana: es que no se me ocurre otra opción mejor.
07:30 Desayunando: por segundo día consecutivo estoy solo en el salón. Hoy, al menos, cuando estoy a punto de irme, traen el recipiente con la tortilla: me como un pedazo. Observo el jardín exterior a través de las ventanas: parece que haya dejado de llover.
08:15 Curando, ahora ya de forma seria, las heridas que presenta mi bolsa de viaje: en recepción me han prestado dos rollos de ancha cinta adhesiva, para que elija aquélla que crea más resistente o adecuada a la rasgadura.
08:30 Paseando frente a la puerta de la escuela mientras chispea, aunque poco: en estos momentos están llegando los alumnos. Como creo que es período de vacaciones, imagino que será para jugar en grupo.
08:35 Atravesando el Jardín de la República. Los barrenderos se afanan en recoger las hojas que hay esparcidas por el suelo. ¿Las habrá tirado la lluvia y el viento? Una muchacha se guarece bajo el techado de la jaula de los periquitos... pero, ¡si no está lloviendo!
08:45 Caminando por el puerto. Con una grúa han elevado una barca para que se vacíe del agua de lluvia con la que se ha llenado su casco: el celestial líquido está saliendo, a chorros, a través de un orificio existente en la parte inferior de la quilla. Pregunto al marino, que junto a esa barca está, por el futuro próximo del tiempo atmosférico. Me responde que va a llover MÁS. Y, en efecto, al instante la cosa se anima y yo la capa me pongo por encima. Hoy el día sí que pinta muy, muy mal.
Los 45 minutos más importantes del día.
09:00 En la Oficina de Turismo, donde invierto CUARENTA Y CINCO minutos obteniendo jugosa información justo el día antes de irme de São Jorge. ¿Desperdiciando el tiempo? De eso nada: sigue, sigue leyendo. El empleado de este establecimiento me proporciona indicaciones sobre un par de caminos que discurren por el Morro Grande, un cráter contiguo a Velas y que, a pesar de tenerlo TAN cerca, no había contemplado seriamente el investigarlo. Además, reservo plaza para realizar esta tarde un viaje en barco, actividad que se me había completamente olvidado.
09:45 Salgo del local con OTROS ánimos. ¡Vaya! Pero si, además, ya no llueve.
10:00 De regreso en el hotel, para dejar los folletos y mapas recogidos en la Oficina de Turismo.
10:45 Merodeando por los alrededores del camping de Velas, intentando localizar el primero de los caminos que me han indicado.
10:48 Por fin lo encuentro (desde luego, no a la primera): el inicio del camino está cerrado por una cerca... la salto. Según avanzo: conejos, palomas y muchas bostas de caballo. Al poco rato, al frente y en mitad del camino, veo a dos de tales solípedos: me miran desde lo lejos, yo les miro a ellos. ¿Qué hago? Me acerco, se me acercan. Al cruzarnos piso unas cañas secas, de las muchas que hay caídas por el suelo: las cañas crujen, los caballos se asustan y comienzan a dar una serie de brincos adornándolos con coces al aire. Les tranquilizo con un gesto de mi mano y prosigo mi paseo hasta el BORDE del acantilado. Estando allí, se me acercan: puedo tocarles con las manos. Al rato, cuando me voy me siguen, unas veces al paso, otras al trote, hasta la puerta misma del cercado.
11:07 En el interior de un gran recinto un grupo de chavales está jugando al futbolín. Me acerco. A varios de los jugadores de madera les falta la cabeza. Hablo con los chavales y espero hasta que uno de los equipos meta gol. Cuando eso ocurre, me despido no sin antes desearles que gane quien tenga mejor cabeza.
11:22 En la ermita de Senhora de Livramento: está cerrada. Pregunto a un paisano: sí, ahí comienza el segundo de los caminos que me indicó el señor de la Oficina de Turismo. Para acceder a él tengo que pasar, con cuidado, por encima de un alambre de espino. En el mismo comienzo del camino arranca, hacia la izquierda, un senderito: lo investigo: conejos, siempre conejos. El compañero de camino que tuve el primer día, en la Fajã do João Dias, me dijo que eran una verdadera plaga.
11:30 El senderito finaliza al llegar al borde del acantilado: es un buen mirador sobre Velas. Toca regresar hacia la ermita.
Un peligroso camino.
11:34 De vuelta en la ermita. Ahora toca avanzar por el camino ascendente que me fue indicado en la Oficina de Turismo. Al poco me encuentro caminando sobre un suelo en el que afloran sus estratos.
11:44 Desde una curva del camino, que hace de mirador, identifico finalmente la famosa Cabeza de Toro: es "pequeña" y de color oscuro.
11:50 Llego a la parte más elevada del camino: una especie de plazoleta en cuyo centro se levantan las pétreas ruinas de una torre para el avistamiento de ballenas. De aquí parten tres senderos, que exploro en el orden siguiente:
- El de la izquierda, horizontal, que en amplio giro a derechas me lleva hacia el suroeste hasta alcanzar el borde del acantilado: otro mirador sobre Velas, pero mucho mejor que el anterior.
- El de la derecha, descendente, que tras un tramo rectilíneo gira hacia la izquierda, continuando siempre próximo al borde del antiguo cráter y, por lo tanto, del actual acantilado. La vista que ofrece cuando uno se "asoma" al borde es... EXCEPCIONAL. Saco varias fotos desde diferentes puntos, siempre al borde mismo del acantilado. Nada que ver con los senderos que discurren por las verticales costas. Éste es, sin duda, el recorrido MÁS PELIGROSO de todos los que hasta ahora he realizado: lo he hecho EXTREMANDO AL MÁXIMO EL CUIDADO. No te harás una idea de lo que hablo hasta que veas las fotos.
- El del centro, descendente, que conduce al prado situado en el interior del cráter. Es yendo por este camino que veo un pajarito que apenas revolotea. Se posa al borde del camino, donde comienza el mar de helechos. Quiero sacarle una foto pero... no lo consigo por ser perfeccionista. Lo mismo me pasó en Gran Canaria con un grandísimo lagarto. Perdóname, Adrián, este nuevo fallo. He aprendido una lección: con los seres vivos toma la foto YA y, luego, si consigues perfeccionarla, tanto mejor.
13:00 Junto a la torre de avistamiento de ballenas: doy por terminada mi exploración de esta zona. Inicio el regreso.
13:10 En la ermita de Senhora de Livramento.
13:15 Paso frente al patio de la escuela: los alumnos están jugando al fútbol, o charlando, o paseando...
13:30 De nuevo en el hotel, recargando la batería de la cámara, por si las... COSTAS. Ya no hay lugar a dudas de que en esta aventura me está ayudando alguien: llámalo encargado de la Oficina de Turismo, llámalo Adrián, como te guste más, porque: el día tenía pésima pinta y ahora está genial; no tenía ni idea de la existencia de estos MARAVILLOSOS y muy cercanos senderos, fue por casualidad que me hablaron de ellos... hoy mismo; no me acordaba de la posibilidad de realizar un viaje en barco y, ahora, dentro de un rato, voy a realizar uno. Olvidado ha quedado ya el recorrido circular que iba a realizar "a la desesperada".
Alrededor de la isla.
14:00 En el puerto, embarcando en un barquito con capacidad para DIEZ pasajeros... pero voy SOLO. El recorrido consiste en... DAR LA VUELTA A LA ISLA. Van desfilando ante mis ojos costas escarpadas, islotes, fajãs, grutas a ras de agua, arcos y puentes marinos, cascadas, pueblos, altas cimas; de vez en cuando nos acompañan brevemente los delfines, un par de aletas dorsales de sendos tiburones, una tortuga y un pez volador. Voy sentado en un asiento de los dos que están situados en la cubierta más alta, charlando con los dos pilotos, que se alternan en el trabajo de dirigir el barco. Voy reconociendo desde el océano los diferentes lugares por los que mis pies y piernas me han llevado: de esas caminatas también hablo con mis acompañantes en esta travesía. Se quedan sorprendidos por las distancias que tales "paseos" entrañan. Me preguntan por los tiempos que invierto en realizarlas. Yo les muestro mis hojas de anotaciones que rebosan con horarios, tipos de senderos, bifurcaciones por tomar... Ellos, por su parte, son unos enamorados del surf: van señalándome las mejores olas que a nuestro encuentro salen. El viaje incluye una merienda: un bocadillo de mortadela y queso. Yo voy en pantalón corto y camiseta de manga corta, desafiando al viento propio de toda singladura; ellos, de cuando en cuando, se abrigan con chaquetillas marineras: en estas islas no están acostumbrados al frío.
18:35 De regreso en el puerto me despido de los pilotos: ya casi son mis amigos. Este recinto está acotado, para abandonarlo he de franquear una puerta metálica que, sin llave, sólo puede abrirse desde dentro.
18:39 Estoy todavía por el puerto, fuera ya de la zona acotada, cuando una pareja de miembros de la Policía Marítima que de frente vienen, se me acercan y preguntan (en inglés) si YO tengo AHÍ algún barco. Les explico el porqué de mi presencia en ese lugar y, quedando satisfechos, continúan con su ronda.
18:45 Cenando "donde siempre" lo "de siempre": sopa, espaguetis con tomate, pudin casero y Fanta de naranja.
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Ir a la primera de las crónicas de:
- Este viaje por Las Azores: 28 de mayo de 2011, isla Pico.
- Mis andanzas por la isla Graciosa: 8 de junio de 2011.
- Mi andanza (inesperada) por la isla Terceira: 13 de junio de 2011.
- Mis andanzas por la isla São Jorge: 14 de junio de 2011.
Waypoints
Fajã da Ponta Furada
Fajã do Belo
Fajã das Pontas
Furna do Poio
Fajã Redondo
Ponta do Gonçalo
Cascada-4
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