Macizo Sur: Navegación día 2

Primer Raudal

El sol se levanta sobre la selva y así mismo lo hace la temperatura. Dejando la curva de la tonina en donde pasamos nuestra primera noche cruzamos por algunas corrientes peligrosas del mesay: El Raudal de Angustura, el Puerto Benjamín García (Dónde están los últimos vestigios de la vida humana) y finalmente llega el momento de poner ver la destreza de nuestros lancheros en el raudal de Masaca…

Segundo Raudal

Entrada al Parque

Tercer Raudal

Cuarto Raudal

Quinto Raudal

Raudal Castaña, El Guamo, Cascajo Caño Puño, Marañón, Puerto Yavilla, Raudal Guacamaya, Raudal el Rayador, Río Yaruje, Remanso del diablo, Saado Hacha, Raudal el Hacha, Cascada del Cuñaré – km 180, La desembocadura del Cuñare, Estación Puerto Abeja, Raudal de Jacameya.

Sexto Raudal

Cruce 1

Pasando la desembocadura del Cuñare seguimos Mesay arriba. Llevamos cerca de 180 km río arriba y más nos adentramos en esta infinita selva. Pasando la estación de Puerto Abeja nos encontramos con las ruinas y vestigios de tranquilandia: Un laboratorio de droga construido y administrado por unos de los personajes más nefastos que ha tenido nuestro país. Sus lanchas despedazadas, chozas, timbas de gasolina y cambuches que le dieron a mi amada Colombia un triste aire de muerte y violencia. Que triste que este personaje nos haya dado una repugnante fama que quizá tome generaciones en desaparecer…Bueno, seguramente por eso los paisas se sienten tan orgullosos… Dejando estas historias atrás nos aproximamos a la puerta de oro del Parque Nacional Más grande de Colombia… Estamos un poco más cerca…

Chequeo de Parques Nacionales - Abandonado

Camping

Lugares idílicos y este. La tarde termina y la selva desata el corcel indomable de su ocaso. El sonido del agua que rompe las rocas y acaricia las algas más puras del Caquetá. Es aquí donde pasamos la segunda noche en la selva…Para despertar a las 04:00 a.m. y ver el agudo filo del amanecer sobre la vía láctea. De los mejores firmamentos que he visto en mi corta historia… Montamos nuestro camping y luego de una poderosa oleada de mosquitos la calma y el silencio de la noche llegan. Buscar lugar para nuestra casa no es fácil temiendo una eventual lluvia y que el nivel del río arrase con todo. Así que nos vamos por una inmensa playa de arena que seguramente en invierno fue cubierta por las poderosas aguas del Mesay. Luego de descansar un poco los pies y estirar la espalda tras horas y horas de lancha en una postura incómoda el final de este día ha llegado. Es el final del quinto día. Mañana viene lo duro…