Mi Transpirenaica etapa 3 (Sallent de Gállego - Hondarribia)

Mi Transpirenaica etapa 3

Tras iniciar la ruta pasando por Lanuza, nos sorprende la belleza del pantano y el reflejo de espejo de las montañas en sus verdes aguas, para luego seguir por carreteras rápidas hasta llegar a Jaca, sin nada que resaltar.
Al introducirnos por su casco urbano descubrimos un paseo bajo árboles que nos adelanta que viene lo bueno.
Comenzamos por una carretera estrecha que nos guía hacia la ruta de los valles occidentales de Aragón, que tras dejar unas tierras de labor, nos suceden varios pueblecitos muy bellos y el que más, según mi parecer, Aisa.
Entre bosques de pinos, comenzamos la subida a un puerto por una carretera estrecha y de firme roto. No será hasta la localidad de Jasa cuando el piso mejore y recupera algún metro de anchura, dispuesto a descubrir otro pueblo encantador Hecho o Echo, según consta en algún cartel.
Continuamos por la preciosa ruta de los valles occidentales hasta otro pueblo de piedras que llama la atención por su belleza y nos despide de Aragón, que hasta ese momento nos mostró lo más sorprendente de los Pirineos, Ansó. Sin saber que lo mejor está por venir.
Al subir un puerto y empezar a bajar, nos da la bienvenida 'Ongi Etorri'" a la comunidad Foral Navarra, con una bajada de curvas cerradas que te hacen retorcer la moto para afrontar la siguiente curva.
Al llegar a un valle se inicia una ligera subida hasta Izaba, donde al terminar su núcleo, giramos a izquierda por la carretera NA-140, dejando la carretera que se dirige a Francia.
NA-140 que exalta los sentidos. A lo largo de aproximadamente 50 kms, hasta la N-135 de una belleza inusitada, haciéndose notar la proximidad de la Selva de Irati. ¿Cómo serán estos pasajes en otoño?
La nacional 135 nos conduce hasta Roncesvalles, que sinceramente me deja un sabor de boca distinto al esperado, dónde sólo encontramos la Colegiata, una Iglesia del siglo XIV, preciosa por fuera, y los típicos negocios que acompañan al Camino de Santiago.
Después de comer seguimos camino de Francia y al subir al alto de Ibañeta, encontramos un camino a la izquierda, ¿he dicho camino? Pues sí, un camino estrecho, de asfalto roto, donde lo hay, cerrado de vegetación y con verdín y excrementos de ganado (o bestias como diría mi madre). Y aunque parece que mejora cuando se entra en el país vecino, pronto descubrimos que fue efímero. No hay señal que diga que hemos cambiado de nación, solo un paso canadiense hace de frontera. Camino de Urepel angosto y trabado, pero a la vez hermoso.
El piso está húmedo y amenaza tormenta, que ya hemos esquivado en Sallent de Gállego y que si nos cae aquí lo pasaríamos regular, pero como dijo Belmondo, la aventura es la aventura.
Urepel es un núcleo pequeño de labriegos con sus tractores que manejan por esos caminos estrechos como si estuvieran en su pueblo. En una ocasión me tuve que salir a la hierba para dejar pasar a uno.
15 km hasta Urupel y otros cinco para llegar a la frontera con España para entrar por la carretera NA-138, un poco acongojado, pero a la vez disfrutando y pensando que no todo tipo de motos pueden realizar este tramo o lo pasarían muy mal.
Bajando por esta carretera Navarra se encuentra la Real Fábrica de Armas de Eugi y su entorno.
En el cruce con la NA-1740 giramos a la derecha y continuamos disfrutando de la belleza navarro-pirenaica hasta Irurita.
En este punto y tras la experiencia de Urepel, con riesgo inminente de tormenta, cambio de planes de tirar a Zagarramurdi, para tomar directamente la carretera de Francia N-121A y la pesadilla de tráfico pesado que soporta este enlace España-Francia, que a la postre fue buena elección por la tormenta que se formó en la zona y una vez más la esquivamos.
Hondarribia y el faro de la Higuera puso fin a esta mi, nuestra, porque mi señora esposa me aguantó y ayudó, Transpirenaica.

P.D. el agua traída de mi mediterráneo la depositamos en la playa de La Concha para unir estos dos mares