120.- Ruta del Jabato

Lo que iba a ser una ruta para encontrar el lugar desde donde se tomó una antigua fotografía de hace casi 25 años... pasó a un segundo plano para realizar la buena obra del día.

Salimos temprano dirección norte desde la localidad de Oropesa buscando el camino que atraviesa la finca de El Chiquero hasta la Cruz de Ramón. Desde allí seguimos por el camino Ancho sin pérdida hasta alcanzar el puente sobre el Arroyo Viejo de Alcañizo, el cual llevaba algo de agua a pesar de las poquísimas (casi nulas) lluvias de los últimos meses.

Continuamos dirección norte por el camino del Monte de Lagartera accederemos a la Finca Casagrande, donde una bonita casa de varias alturas nos da la bienvenida.

Proseguimos por la pista de buen firme sin dejar el camino principal y en constante ascenso hasta el acceso a la finca de El Arenal desde donde tendremos unas bellas vistas de la Sierra de Gredos y donde el terreno comienza a descender hasta el embalse de El Rosarito.

Tras cruzar un pequeño puente y continuando por la pista, al final de la misma llegaremos al lugar desde donde hace casi 25 años se tomó una bonita foto que nos trae muy bonitos recuerdos y nostalgia a la mente.

Y en este punto, y más concretamente en el guardaganado es donde comienza la historia que realmente da nombre a esta ruta. Al dejar la bicicleta apoyada en la portera del guardaganado pudimos observar que algo se movía, y afinando la vista, pudimos ver que era un pequeño jabato que se encontraba atrapado en el foso del guardaganado. En un primer momento intentamos cogerlo con las manos pero no pudimos ya que desconfiaba de nosotros. Pero al observar que este intentaba saltar sin éxito para escapar de aquel lugar, optamos por buscar algo con lo que hacer una rampa. Junto a nosotros encontramos un árbol seco y utilizamos alguna de sus ramas para lanzarlas en una de las esquinas del foso. Al poco tiempo el pequeño jabato casi sin fuerzas se subió sobre las ramas y tras realizar un primer salto sin éxito, en el segundo intento pudo escapar de su cautiverio. Ya a salvo, a este se le vio más confiado, y tras estar unos instantes a nuestro lado corrió raudo hacia la zona boscosa.

Una bonita historia con final muy feliz para todos. Y me pregunto lo caprichoso que es el destino ya que nuestra primera intención no fue la de realizar esta ruta, lo segundo, que fuera ese preciso lugar donde se encontraba el jabato el mismo lugar donde hace casi 25 años nos tomamos un grupo de amigos esa bonita foto, y tercero, tener la suerte de ver que algo se movía allí. La magia del caprichoso destino...

Proseguimos la ruta pedaleando unos cientos de metros ascendiendo por la pista que rodea la Finca El Jaral, hasta llegar al punto donde el camino se interrumpe por un par de porteras que anteriormente se encontraban abiertas y que últimamente se encuentran cerradas con un candado. Las saltamos y accedemos a la Finca Miguel Tellez donde buscamos uno de nuestros miradores favoritos de la Sierra de Gredos y el valle del Tiétar.

Tras unas fotos volvemos sobre nuestros pasos, y tomando dirección sur por el camino de la Barca llegamos nuevamente al cruce de la Finca Casagrande donde regresamos a Oropesa por el camino de ida.

Ruta muy especial por sus vistas, paisajes y caminos, y ahora también por ese pequeño jabato que recordaremos de forma muy especial para siempre.