2013-12-14 Cabañaquinta-P. San Fernado-Tres Concejos- P. Polio-Mieres

Ruta por los valles mineros de Aller, de Turón, del Caudal, para conocer una ruina industrial muy significativa, el pozu San Fernando donde la extracción del carbón no respondía a los sistemas convencionales, un monumento emblemático para los asturiano, el monumento al mineru, una atalaya sobre la montaña central, el picu polio, una explotación a cielo abierto recuperada…. En fin la Asturias cotidiana.

Salimos de Gijón con dirección a la estación de FEVE de Mieres, un taxi con remolque nos lleva desde Mieres a la estación de FEVE de Cabañaquinta.

Partimos del Apeadero de FEVE de Cabañaquinta (10 AM), hace frío, hielo en la carretera, el sol nos acompañara todo el día. Salimos por carretera e iniciando la subida a Serrapio, pasamos por el santuario de San Vicente declarada Monumento Histórico-Artístico. En continuo ascenso nos encaminamos a Orilles, donde se aprecian paneras, hórreos, la fuente y junto a ella el potro, lugar donde sujetaban a los animales para herrarlos o tratarlos.
Dejamos el pueblo por pista ascendente hasta la desviación del Pozo San Fernando. Nos desviamos de la ruta principal un par de kilometros, para llegar al pozu. Tras una bajada hay una subida muy dura que con la humedad se hace intransitable al menos para subir. La instalación del pozo esta abandona pero es muy curiosa, en ella se aprecia la jaula, la antigua sala de maquinas, etc. Para el regreso alguno intenta bajar sobre la bici, es una pista de patinaje. Tras la visita retornamos a la desviación.
Continuamos en ascenso por la pista principal rumbo a los lugares de El Pindal y El Mayaín, hasta concluir el ascenso en el Collado Ablanu. Dura y larga subida con vistas espectaculares de la cordillera. Zonas de roble y castaño, a continuación zonas con pino y por ultimo el monte abierto. Tomamos la ruta para la bicicleta hacia La Navaliega, con un fortísimo repecho en dirección hacia la Collada. Una vez alcanzada la cima, comienza un descenso. Son tramos de camino y hormigón que suben poco a poco hacia Campa Espinera. Magnífica vista sobre el valle de Turón. Continua la pista dejando a un lado el Pico Tres Concejos, paramos para hacer fotos, un grupo de ciclistas hace la ruta en contra. Llegamos a La Colladiella con los monumentos al Minero y a los Maquis donde nos detenemos.
Llegamos cansados, así que decidimos bajar por carretera dirección Turón hasta el cruce donde se ubica casa Migio, Pote de Oro en varias ocasiones. Tomamos un caldin y un blanco para reponer fuerzas y continuar por la carretera de Ciaño, recuperando la altura perdida al alto de la Mozqueta, lugar al que teníamos previsto llegar por pista.
Hay varias cuadrillas ce cazadores con Jabalíes muertos.
El alto la Mozqueta separa Mieres y Langreo tomamos la pista que aparece a la izquierda y llaneando vamos cara al Valle de Turón, suave bajada, breve subida y vuelta a llanear. Con muy buenas vistas de toda la parte alta del Valle de Turón y toda la cordillera llegamos a la Campa de les Abeyes. Comenzamos el ascenso a la base del Pico Cogollu. Vemos el pueblo de San Justo abajo, nos adentramos en el área del Cielo Abierto de San Víctor. Breve bajada y comenzamos a bordear el Pico Polio, hasta llegar a los restos de las instalaciones mineras. Observamos la restauración efectuada de las minas de cielo abierto. Desde la base del pico a la cima, un escaso kilometro cicletable que no realizamos, las fuerzas escasean y aun resta un buen trecho.
La subida seguro tendría su recompensa en las vistas impresionantes: El Aramo, Las Ubiñas, Pajares, San Isidro, Redes, Peña Mayor, el Macizo Occidental de los Picos de Europa, etc...
Desde la base del picu y dando cara a los Felechos que dejamos a nuestra espalda tomamos en descenso el valle de Baltasara hasta, el pozu y ahora picadero de caballos. Durante el descenso varias confusiones de la ruta originadas por el paso del tiempo y el crecimiento de los matorrales que han cerrado parte de los caminos que antaño conocía, si bien ahora hay otros. La pista nos deja tras un descenso largo y divertido, donde las pastillas delanteras me han calentado y no frenan, en Rioturbio. Nos hemos saltado la desviación a las “moreras” y el “chorru”. La bajada ha hecho las delicias de los descendedores.
Desde Rioturbio tomamos la antigua caja del tren que nos lleva por, el cementerio de la Belonga religioso y civil , el barrio de Aroxio, la iglesia San Juan y Plaza Requejo donde damos por concluida la ruta.
Un pequeño lavado, y nos vamos a comer el pote y el cabritu al “platas” en Mieres donde hemos dejado los coches.

Terreno y paisaje:
Terreno predominante pistas de tierra, muy compactados por el paso de vehículos agrícolas y forestales
Paisaje a medio camino de transición entre el entramado minero y la vocación agrícola, en la zona de Cabañaquinta, que se abandona a medida que se sube hacia las Sierras.
En las laderas hoy casi sepultados por la frondosa vegetación se hallan restos de la actividad minera como lo demuestra la existencia del Pozo San Fernando.
Al tomar altura, el límite de la vegetación hace que estas pistas estén desnudas de vegetación y que permita la existencia de grande praderías, alternado con el matorral que invade las zonas cumbrales de las sierras
Tras el paso por el picu polio el paisaje se torna industrial con minas de cielo abiertas recuperadas para el ocio de lo Asturianos y de regreso a Mieres vuelta a la frondosidad.

Culturilla barata:

Iglesia de San Vicente:
Situada en un magnífico mirador sobre el valle medio del Aller, San Vicente es una iglesia románica de fines del siglo XII, construida sobre otra prerrománica del siglo X que se levantó, a su vez, sobre un asentamiento de época romana. En la sacristía se conserva una lápida votiva dedicada a Júpiter por los clanes astures. El edificio consta de tres naves y triple ábside. Las sucesivas reformas han desvirtuado el templo original, que conserva la pureza de estilo románico sólo en la cabecera triple. Se entrevén pinturas románicas tapadas por un repintado del pasado siglo.

El pozo minero de San Fernando:
Data de los años 50.Se encuentra emplazado en un singular paraje, en plena montaña y rodeado de bosques, en un enclave de gran singularidad, en un espacio de media montaña, donde se pueden observar las especies más representativas del bosque autóctono. Perteneció a la Sociedad Industrial Asturiana, que prestó sus servicios entre 1948 y 1968, y actualmente es propiedad de HUNOSA.
Se trata de un elemento de alta singularidad, ya que es la única explotación de las cuencas asturianas que combina un pozo vertical y un plano inclinado. Pertenecía a los llamados “pozos balanza”, en los que el carbón se bajaba por contrapeso por la caña del pozo y, en el caso del Pozo San Fernando, se transporta hasta el exterior a través de un plano inclinado que conectaba con la caña del pozo

Alto de la Colladiella
Se localiza entre los límites administrativos de San Martín del Rey Aurelio y Mieres. El Alto se halla dentro de los límites del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. En él se sitúan los dos hitos que coronan el lugar, los monumentos al Minero y a los Maquis.

Monumento al Minero
En el denominado pico La Arquera. Ubicado a 800 metros, fue inaugurado el 11 de junio de 1972. Es obra de Diego Dorado, artesano del metal, y natural del valle de Turón. Está levantado en memoria de los mineros de las cuencas del Caudal y del Nalón que durante décadas perforaron la tierra sacando a la luz el profundo y oscuro mineral. Representa a dos mineros entrelazados con la lámpara, el hacho y el martillo como atributos y que simboliza: la unión, la solidaridad, el auténtico bloque que forman los mineros ante la situación de tragedia o alegría, teniendo como centro guía la lámpara de mina. En las entrañas de la montaña se han horadado galerías, simulando un taller minero.

Minas de cielo abierto
Las tres minas mayores de explotaciones de carbón a cielo abierto de Hunosa, pero no las única, fueron San Víctor, La Mozquita y la Matona. HUNOSA abordó trabajos para garantizar la estabilidad de las obras de restauración, destinando millones de euros a actuaciones medioambientales. Las cicatrices que dejó el cielo abierto en las Cuencas aún no están totalmente restañadas si bien han generado grandes espacios para el ocio y disfrute de sus habitantes.