2014-07-11/12 Los 200 de Doñana-Guadalquivir

LOS 200 DE DOÑANA-GUADALQUIVIR.
Sanlucar de Barrameda-Matalascañas-Rocio-Villmanrique de la Marquesa-Puebla-Corias del Rio-Algaida-Sanlucas de Barrameda

Previo:
Barcaza Sanlucar de Barrameda, el barquero esta desde que sale el sol hasta que se oculta dando viajes sin hora. 10 euros bici + pasajero.
Bajamar buscar aquella que sea lo mas viva posible e iniciar la ruta como 1 hora 1 ½ antes de la misma.
Barcaza Corias de Río, el barquero inicia el trabajo a las 6 de la mañana y realiza porte de continuo. 1 euro bici + pasajero (no preguntes pq, mas estrecho menos corriente, vivir mas al norte…. Todo eso abarata costes….)

1º DIA:
Sanlucar de Barrameda-Matalascañas-Rocío-Villamanrique de la Marquesa-Vado Quema-Puebla-Corias del Río (114 kmt)

Etapa guapa y variada que se inicia con el desierto de la playa, continua con el bullicio de Matalascañas, el fervor, el polvo y el gentío del Rocío, el asfalto y la labor hasta Villamanrique, la infertilidad de la dehesa, el correr de la imaginación rociera que tiene su punto álgido en el Vado de la Quema, la fragancia del monte bajo con sus caminos y el canto del pinar que se concluye con el arrozal sevillano y sus aves. Etapa muy digna para los sentidos y para la bici.

2º DIA:
Corias del Río- Río Guadalquivir- Pinar de la Algaida- Salucar de Barrameda (88 Kmt)

Etapa monótona y cansina, toda ella trascurre paralela al río y solo cambia el tipo de cultivo a lo largo del recorrido. Tras cruzar la barcaza, se inicia el camino entre tierras de labor con algodón, maíz y girasol, que pronto se tornan en arrozales con sus aves, el camino se podría confundir con una recta cuasi infinita, Los arrozales dejan paso al tomate pera y a un camino entre ocalitos que deja una pequeña sombra al ciclista, el Guadalquivir, navegable sorprende con algún buque de carga. Las marismas ponen fin a los cultivos y cierra el recorrido el pinar humanizado de la Algaida. Se entra en Sanlucar tras varios kilómetros de asfalto. Todo esto acompañado de forma habitual (ya que es lo normal en este sentido) del viento de cara. Etapa sin servicio y totalmente solitaria. Venta a mitad del camino, si te enteras que esta y otra ante de entrar en la Algaida si te coincide que ves coches o haces curso de adivino.

Relato:

1ª ETAPA, 11-07-2014:
Estoy en Sanlucar a las 7:10. Carlos Herrera despide la temporada (primero de la mañana, Onda cero) en la bodega La Guita, me apetece ir, pero la ruta me tira, mas tarde me arrepentiré.
La bajamar es a las 9:28 de -1.2 mts altura. Llego a la barcaza a las 7:28, el barquero espera, subo y la 7:45 me indica que esperaremos por los trabajadores del coto, es normal un pasajero solo no paga el viaje, (me consuelo a mi mismo así). Son media docena de guardas mas algún pescador. No esta permitido el embarque de vehículos a motor. 8:00 estoy en la playa de Matalascañas, todos desaparecen tras las dunas, me quedo solo. Inicio el camino de la nada, la arena es compacta próxima al mar y blandita al alejarte de él. Camino ligero sin esfuerzo, me muevo entre 18 y 25 km/h. Es una sensación extraña. Un “bando” de gaviotas se eleva a mi paso, el silencio solo es roto por las olas y el graznar de las aves. No estoy solo, unas huellas extrañas delatan algún animal que sale a la playa con frecuencia y hace dibujos extraños no identifico que es. Preguntare.
Me viene a la mente el planeta de los simios, aquí salvo las dunas frente al mar no hay nada, es “ el esplendor de la esterilidad”. De vez en cuando las cáscaras de la coquinas agolpadas crujen bajo mi rueda me agrada, los pequeños arroyos que van a morir al mar me salpican al cruzarlos. La bici se torna amarilla por momentos y mis zapatillas nadan. En todo el trayecto un Land Rover del parque me adelanta y dos autobuses turísticos me cruzan uno encada sentido. Tras mas de 25 kilómetros de soledad se vislumbra a lo lejos la civilización, decido tomar un baño como Dios me envío al mundo. Una gozada soy lo mas grande del momento pero a la vez lo mas pequeño del lugar.
Continuo y comienza un goteo de pescadores y bañistas durante los 2 últimos kilómetros y son ya 30. La arena aquí esta menos compactada y eso se sufre. Unos palos verticales en la arena indican el fin de 33 kilómetros de soledad divertida 10:20 dos horas y media que se fueron sin enterarme. Tomo el paseo marítimo que abandono para brujulear por el pueblo, finalmente en la zona del faro desayuno. Continuo viaje camino al Rocío. En la gasolinera lavo la bici para quitar la arena y el salitre y pongo aceite. Ahora se trata de una carretera transitada con un amplio arcen que cruza el coto Doñana como si de una ralla negra se tratara en medio de la arena, hay un camino que desestimo pues es una trampa continua de arena. La carretera me lleva a la nueva circunvalación del Rocío donde me detengo en el centro de interpretación de la Rocina, son las 12:00. Una breve visita una charla con la chica del mismo y una vueltecita por los alrededores me ponen en situación y reorientan sobre el resto del camino. Tomo la antigua carretera ahora cerrada al trafico y entro en la aldea del Rocío. Yeguas y caballos no faltan en toda la marisma y menos aquí, al fondo se adivina numeroso publico, mucho coche aparcado. Entro por la calle principal que se convierte en una trampa de arena que me deja varado, me voy a un lateral. La blanca Paloma merece una visita que realizo religiosamente. Vuelta por la aldea donde se respira “fervor” y/o negocio. Multitud de casas de Hermandades tienen su residencia aquí. Bares, paseos en ponis, carretas hacen su fiesta y su rocío diario. De algo hay que vivir.
Dejo el Rocío tomando la antigua carretera que ahora solo da servicio a Villamanrique, se inicia entretenida, como un camino entre árboles que aportan su sombra, esta llena de badenes, Pronto desaparecen los árboles y el sol casca fuertemente. En el fondo el asfalto se abre en una “y” tomo la derecha y poco mas adelante por un camino de tierra que sale a la izquierda vuelvo a enderezar el rumbo. El asfalto me cansaba, el camino de tierra, entre higos chumbos y tierra de labor, melones, es mas entretenido. Sin darme cuenta y divirtiéndome entro en Villamanrique por la zona de las piscinas. 14:15. Me parece una buena hora para parar reponer fuerza y darme un chapuzón. Hay cursillo he de esperar. Me voy al centro de interpretación del Aljarafe, enfrente de la piscina, esta cerrado, no así su bar, me tomo unas cañas y compro agua mientras espero. Regreso a la piscina, me cambio, me baño, tomo unas frutas y me adormilo mientras el sol pierde fulgor.
Sobre las 16:15 me dispongo a reiniciar la marcha, será la parte mas bonita y emotiva de la ruta junto con la playa. Visito el pueblo donde me llama la atención el monumento homenaje a lo tamborileros. Posteriormente pregunto por esta tradición. Dejo el pueblo después de pasar por la plaza España, no hay un alma, el calor aun aprieta pero es buen momento para la ruta.

El camino de tierra se hace divertido y me muevo entre olivos, melones, higos chumbos, que veo recolectar por primera vez en mi vida. Pronto estoy en las vías pecuarias y las cañadas. Son caminos Rocieros plagados de historia y tradición que un letrero tras otro se encargan de recordar. Las cañadas de los gallego, los isleños, me llevan a el Vado del Quema en el termino de Alnazcollar ( desgraciadamente famoso un el vertido ocurrido poco mas arriba). El Vado del Que marca un punto importante de la ruta rociera y en mi camino ya que la ruta se ha vuelto agreste, divertida y rica en diversidad. Una imagen rociera de la blanca paloma en medio de la ….dehesa, cañada, río,… supone un valor extra para este pueblo devoto y festivo. El paso por la dehesa del Torno ha sido espectacular si bien me da entrada al bosque bajo con una fragancia que me recurada el mas puro sentimiento montes, olor a caza, a tomillo, fragancias salvajes y fuertes que junto con el camino divertido y a veces técnico aporta un aliciente a la ruta. Unos pocos de kilómetros mas adelante, un nuevo cambio, la comarca del Aljarafe-Doñana no deja de sorprender.
El extenso pinar hace su aparición, el pino piñonero es la estrella y con él el canto de… no lo se, si es la procesionario o que, pero no cesa en todo el pinar. Este toca a su fin, el pinar de Aznalcazar y la Puebla se acaba en el cruce con la carretera a Isla Mayor. Aun así no cesan las sorpresas, ante mi se abre un campo de arroz inmenso como si del delta del Ebro se tratase y con ello todas las especies de aves asociadas al mismo. Puedo escoger entre tierra o asfalto. Voy alternando según lo que deseo ver arroz y aves u ocalitos, higos chumbos y otras especies. Flamencos, cigüeñas y mas aves se despliegan a mi paso. Estoy en la Puebla del río donde tomo una caña que me invita un lugareño tras conversar con él sobre mis neumaticos.
Breve paseo por el pueblo y continuación a Corias del río. Una vez en Corias busco el Guadalquivir y la barcaza que mañana he de tomar para cerciorarme de las horas de salida. Paseo el pueblo y busco el hotel Gran Avenida que se encuentra en lo mas alto del pueblo. De camino la rueda trasera de “moco” se queda sin aire, atravieso el pueblo andando en busca de una gasolinera y trato de recuperarla. Tarea imposible.
Sobre las 20 estoy en el hotel, cambio la rueda, me lavo y salgo a cenar y de visita.

He cenado el la taberna Rocina, en la calle, en una terracita, el servicio estupendo, el ambiente impresionante y la cena clavada.
Miguel (propietario), Manuel y África (camareros) todos ellos excepcionales. Sin saber creo que he dado con el mejor bar de tapas de Corias, sin desprecian ningún otro pero algo debe de tener el agua cuando la bendicen, llenito y los próximos vacíos.

2ª ETAPA, 12-07-2014
A las 7 suena el despertador y preparo la marcha monto la rueda reparada e inicio la ruta. Bajo al pueblo, en la plaza frente a la barcaza desayuno. Hay una febril actividad mercantil, el camarón se mueve rápido, sobre carros de ruedas, son vendedores ambulante pero con puesto fijo. Así mismo varios puestos de pescado, en sus carritos, venden y limpian pescado con una velocidad inusual. Son peces de agua dulce.
Tras el desayuno tomo la barcaza que zarpa con varios coches, es menos de un minuto de navegación que aquí se utiliza de forma cotidiana, por ende el precio. 1 euro.
Me encuentro en la otra orilla e inicio la marcha por lo que los lugareños denominaban la carretera de plástico, no he entendido muy bien el porque. La ruta se inicia entre tierras de labor próximas al Guadalquivir, el firme es asfalto quebrado que pronto se alterna con tierra, se trata de campo abierto, desde bien pronto el aire en contra hace su aparición. Si abro la boca hay carne suficiente en el aire para llenar la barriga (moscas y mosquitos). Llevo una buena dosis de Autan. Me aproximo al río Guadaira, con él un camino que viene desde Sevilla, algo parecido a una senda amplia. El algodón abunda por esta zona, pronto aparecen los arrozales por el camino se suceden yeguas, cigüeñas y múltiples aves que es lo unico que por ahora ameniza la ruta. Voy rodando, a pesar de ser llano no puedo con el plato grande, voy entono a 15/ 17. La rueda de delante de “moco” flojea y se queda sin aire, trato de recuperarla, una, dos, tres veces. Es una perdida de tiempo la sustituyo por una cámara normal. Antes limpio la cubierta saco mas 7 pinchos de ella. Ayer saque 5 de la trasera. Me preocupa que me quedo sin cámaras de repuesto son las 9:45 y aun me restan muchos kilómetros. Pasa un ciclista mientras reparo que me pregunta si tengo “avio” le digo que si y adiós buenas. Me preocupa esta situación he de cuidar cubierta así que huyo de las orillas donde puede haber pinchos de cardos y cactus. Reanudo la marcha, el camino se me empieza a hacer monótono, me adelanta un buque de carga que navega por el Guadalquivir con el que compito un buen rato para alegrar la marcha y tener un aliciente. Una cigüeña muerta en el camino llama mi atención, esta anillada. Los arrozales hacen su aparición y con ellos cigüeñas y las aves típicas de la zona. La soledad es la nota predominante, la botella de agua grande que llevo a mi espalda me da la vida no ha servicio alguno. A lo lejos parece que hay un avión viejo, a medida que me aproximo compruebo que son unas cintas que configuran lo que yo confundí con un avión, gracia a ello enfrente hay un barracón con una sombrilla que es un ¡BAR!, del año pucio, con una señora mayor que atiende el negocio a la vez que grita a su marido de alzheimer, es un bar con fotos de la época …. Me tomo dos fantas y llevo una botella de agua grande, no como nada. Creo que me lo ha regalado o son precios de la época del bar. Este lugar creo se llama la venta de la esperanza. Son las 11:30 me quedan del orden de 50 kilómetros y tengo la cabeza mas cansada que las piernas.
Reanudo la marcha, aparece el cultivo del tomate pera, me meto en la zona de la vía verde de las palmeras, es un camino flanqueado por ocalitos que me aportan sombra, ahora voy pegado a río hay bastante mosquito acabo el autan, me detengo un rato mientras estiro bajo uno de ellos me siento y espero mientras descanso, me auto motivo para continuar, resta mucho día, no tengo prisa lo importante es no sufrir averías y todo ira bien. Una cuba tractor pasa regándole camino, no se si refresca o hace un vaho insoportable. Tras wasapear con los colegas continuo ruta con ánimos renovados. Se acaban los ocalitos, sol implacable, aire frontal, me paro en una estación de bombeo. Por aquí abundan mucho para el abastecimiento de agua a los campos que conforman primero los canales de riego de los arrozales y luego el sistema de riego del resto de cultivos. Deformación profesional.
El río me recuerda al Tigre (buenos aires) por su color marrón y la amplitud del lugar si bien este seria mini. Me aproximo a la desviación de Trebujena, desisto de la misma y me detengo en un edificio amarillo y blanco, a la sombra, una nueva estación de compuertas y bombeos son las 2:15 el calor aprieta. Unos pecadores bajo sombrilla a la orilla son mi compañía y un par de vehículos que levantan una polvareda importante.
Decido continuar ruta, me acerco al río a su orilla, andando con la bici del ramal, tengo miedo a los pinchos, retorno a la ruta. Próximos a la Algaida en un canal una embarcación de recreo llega, me detengo a verla y justo allí, como un regalo el cielo esta un bar, una cooperativa que de no ser por la embarcación me hubiera pasado desapercibida. Media vida. 15:15 Entro tomo una caña con gaseosa, y me quedo a comer. El comedor tiene aire acondicionado, salgo al tendejón, no quiero un cambio tan brusco de temperatura que luego al reanudar la marcha me suponga un sobre esfuerzo.
Tortilla de camarones, pesadito a la plancha, ensalada de tomate, y sandia. Reposo.16:30 Retomo la ruta, entro en el pinar de la Algaida que me conduce a las proximidades de Salucar, desde el final del mismo al Bajo guía es asfalto sin mas. Transito camino del embarcadero desde donde inicie la ruta, la playa y el paseo hasta el coche frente a la bodega la Gitana.
18:00 concluyo la ruta con una cervecita mientras fotografío una calesa.

Han sido 204 kilómetros en total, el primer día muy bueno el segundo me ha costado mas mentalmente que física. Tecnicamente no presenta complicaciones