2016-02-13 Mieres-Santullano-Brañanoceo-Vegalafonte-Los Felechos-Picu Polio-Polio-Rioturbio-Mieres

Salida de Mieres desde Oñon, donde hay buen sitio para aparcar. La intención es subir al Picú Polio y bajar de forma intuitiva hacia Polio. Aunque es una ruta corta, tiene rampas con pendientes nos hacen bajar de la bici y tener que ganarlas a pie. El firme en todo el recorrido en bueno. Recorremos las calles de Mieres, nos vamos por el nuevo hospital camino de Santullano, dejamos la carretera y nos encontramos los primeros desnivel considerables. Subimos por Brañanocedo hasta el cruce de la carretera que procede de Mieres, tomamos a la derecha y la abandonamos enseguida para encaminarnos a Vegalafonte. Por caminos nos acercamos a Vegarrozada y el area recreativa, con una parada "técnica" en el Rancho para disfrutar de unos chorizos picante y un poco de sidra. La ruta hasta la base del picú presenta tramos pendientes. Vamos cresteando, aunque cuesta un poco mas permite una visión esplendida de los valles. El día nos respeta aunque oscuro no llueve, cuatro gotas que dan paso al arco iris. Decidimos subir a coronar, el camino es cicletable en su totalidad, si bien la dificultad esta en algún fuerte repecho. Las vistas del Aramo, con el Gamoniteiru, las Ubiñas, Peña redonda, los valles del Caudal de Turón y de Cenera, etc, son Impresionantes.
De lo que fueron minas de cielo abierto poco se aprecia, de aquellos antiguos caminos que antaño fueron sendas de subida y bajada de vehículos con el negro mineral hoy son pistas de ganaderos y para el ocio y el disfrute de los lugareños. De regreso a la base del pico ponemos el punto de mira hacia el pozú Polio y dejamos que la intuición nos guié, así tomamos grandes desniveles, alguna pradería a la brava al quedar encerrados por la maleza pero nada que impida avanzar a buscar el rió y la salida del valle. Tocamos carretera pasando por los restos de la explotación minera de Polio, antaño generador de riqueza y hoy una ruina industria. En Rioturbio nos detenemos frente a una bici gigante y tomamos la antigua caja del tren que nos lleva a nuestro punto de origen, Mieres, por Requejo, con su escanciador incansable ubicado en una esquina de la plaza.