2016-06-26 TRANSMORUCHA BURGUESA: (II) Villares de Yeltes-Peña de Francia-La Alberca

26/06/2016 (Domingo) Villares de Yecles-La alberca (88,5 kmt)
La noche de ayer ha dejado paso a un día soleado que se inicia con la ducha y el desayuno en el mismo patio de la cena, junto con unos invitados por cuenta del estado Español, hay votaciones y tenemos la mesa electoral con la ventana al patio. La primera vista, la de la benemérita, !estorba la furgoneta¡, elocuentemente Doc los despacha, pero.. “que se quite coño…”
Tras el desayuno, carga, paseíto a la fresca de la mañana y salida a las 8:45
Dejamos Villares por asfalto dando vista a la otra cara de pueblo. El asfalto nos mete entre robles y encinas en medio de un rebaño de ovejas al que pastoreamos desde nuestras trotonas al igual que el pastor hacia desde su C-15. Son listas y se meten en su corral tras un kilómetro de pastoreo. Enseguida dejamos el asfalto y tomamos pista de buen firme que paralela a la vía del tren nos presenta el campo charro. Los primeros ejemplares de pata negra hacen su aparición en medio del campo con la ¿dehesa? de telón de fondo y sus encinas destacan sobre el cielo azul, en muchos casos con formas caprichosas debido a la tala de las partes muertas, para dar fruto a los animales. Nos paramos y los animales se acercan confiados, todos ellos están anillados en el hocico, el experto indica que son para que no "tapinen" el prao. Proseguimos hasta Retortillo siempre por buen firme e iniciamos un sin fin de apertura de portillas a fincas de ganado, la primera la finca el campo en la que al la salida de la misma dos cerdos negros nos cierran el paso, ambos se asustan y uno de ellos huye por debajo de la portilla el otro le cambiamos el rumbo, a la salida de la finca dos yeguas muy guapas, una blanca y otra rubia, un riachuelo y un pequeño arenal. Durante gran parte de la ruta los caminos presentan bancos de arena que dificultan la marcha haciendo pesado el rodar, y en los descensos hay que negociarlos bien pues se va la rueda de adelante si no los entras bien. En Martin de Yeltes se inicia un tramo por el campo entre árboles muy bonito, a continuación en el Sepulcro Hilarión ya dando vista a la peña de Francia otro tramo precioso entre encinas y robles nos deja en el plano y seco campo hasta llegar a Tamames donde hay un puya de caballos. Desde Tamames al Cabaco la pista comienza a empinarse por un camino de buen firme con árboles a sus lados hasta dejarnos frente a la peña de Francia que destaca sobre el cielo azul, esa era nuestra cumbre para hoy. Tras dejar Aldeanueva de la sierra, subidilla y portilla canadiense, uno de los “cámaras” se adelanta para rodar, pero al soltar el pedal pierde un tornillo de la zapatilla del pedal automático y la cala no sale… ¡cada uno se baja de la bici como quiere¡. Apretón como si de ferrar un mulo se tratara del único tornillo que resta y continuamos. Próximos al Cabaco el segundo pinchazo de la ruta para Rafa (no estaba en las apuestas).
El Cabaco, pueblo de aspecto veraniego al fresco de la Peña y próximo a los pueblos serranos, tiene pinta de esperar visitantes. Nos dirigimos a la zona de acampada donde hay un chiringuito y el bar del camping donde Luisin, el conductor del día, ha encargado un par de tortillas que junto nuestras viandas degustamos bajo los pinos en unas grandes mesas de piedra. Tras la comida, helado, cafés y un poco de sobremesa antes de una pequeña semi-siesta para retornar a la ruta sobre las 16:00.
Dejamos el Cabaco volviendo sobre nuestros pasos a una pista entre robles en ascenso, sombría, que se agradece enormemente, a dos kilómetros nos detenemos en unas ruinas romanas y como un kilómetro después un espejismo: un pequeño lago de aguas trasparentes incita al baño, no me puedo resistir. Baño breve pero intenso que me deja fresquito y listo para lo que queda por venir, otros mojan el “cayu” solamente. Continuamos ascendiendo por una zona de bosque, entre árboles y helechos, cruzamos la carretera y seguimos pista hasta unirnos a ella definitivamente para coronar la peña de Francia por asfalto. Es de hacer notar que este tramos no se incluye en la original trasnmorucha pero nos pareció interesante desde el punto de vista paisajista y de la BTT para realizar un buen descenso. En este tramo a unos 6 kilómetros del alto, en el punto donde retomaremos el camino hacia la Alberca quedan una parte del grupo, otra parte sube en bici. Coronada la peña, vista de la Cueva, la Iglesia, compra de cerezas, etc, etc. El tiempo trascurre lento para desesperación de los que esperan, que son vistos y fotografiados desde el alto.
Las vistas de la Batuecas, la Alberca, etc. todo alrededor es una pasada. La subida es relativamente tendida, Ha merecido la pena subir. Se inicia el descenso por carretera hasta el encuentro donde se toma una pista que se intuía desde arriba “chula” pero una vez se inicia, una pasada. Viajamos un rato de ladera con una pendiente en ascenso de 1% que se deja notar pero con las ganas de bajar ni lo apreciamos. Un pequeño collado a casi 1400 mts marca el inicio de una bajada frenética y apasionante, primero por una zona despelada y pedregosa y después entre árboles, en la que reviento la rueda trasera un par de veces como consecuencia de saltos y llantazos. Como todo tiene fin, la bajada también, han sido 8 kilómetros hasta la Alberca de soltar adrenalina y no dejar de pitar el pulsometro como si estuviéramos subiendo. Una gozada. Los últimos dos kilómetros los hicimos por carretera al desconocer la existencia de pista que hubiera sido mas entretenido. Tomar nota.
Una vez en la Alberca nos alojamos en el Hostal la Alberca, donde nos aseamos y salimos a dar un paseo pero..… Alberto nos tenía una sorpresa, ha contactado con la bodega la Zorra para una visita y degustación de vinos. Nos vamos a Mogarraz en furgo, visitamos la bodega, escuchamos atentamente los comentarios, degustamos los varios tipos de vinos y finalmente compramos unas cajas que serán entregadas en Aboño el día 29 a nuestro regreso. Tras la visita nos ha quedado una duda razonable ¿a que densidad se embotella este vino…? Nuestro sidrologo particular no ha dormido en toda la noche pensando en ello.
De regreso a la Alberca, cena en la plaza del pueblo, patatas meneas, secreto, cochifrito,…y bacalao…. To mu rico, to muy abundante. Unos digestivos y mañana más.
En esta etapa hemos visto variedad de paisajes, los primeros animales de bellota, (aunque alguno se empreñe en negarlo), rebaños de ovejas, largas pistas por el Campo Charro nos acercan a Tamames y el Cabaco, puerta de la Sierra de Francia. El entorno se transforma, campo y bosques dan paso a la sierra pelada con impresionantes vistas y toman protagonismo los desniveles. El descenso desde la Peña a la Alberca una gozada
IBP 95 BYC
La dificultad de la ruta físicamente, por los kilómetros y la subida a la peña se puede considerar como media en cuanto técnica no presenta dificultades.