3/2016-Dobro-Frías-Sta.Gadea Del Cid-Rio Ebro-Miranda Ebro

Etapa sin dificultades notables que comienza con un descenso de 13 kilómetros por carreteras de buen firme y poco tráfico de vehículos.
En Puente Arenas se asciende por pista a un montículo donde se encuentra la ermita románica de San Pedro de Tejada, visitada exteriormente por encontrarse cerrada (concertar visita si se está interesado en ver su interior).
Hasta Frías la ruta combina tramos pista de tierra por la orilla del Ebro con otros de carretera, siempre secundarias y sin apenas circulación de vehículos.
En Frías se realiza la parada para comer en el restaurante Ortiz (correcto y variado). Es inevitable quedarse prendado del encanto de esta población. Su puente medieval, además de dar la bienvenida al recién llegado, le regala una espectacular visión del asentamiento urbano, dominado por la majestuosa silueta de su castillo en lo más alto del promontorio. Callejear por sus empedradas calles y ascender hasta la plaza donde se erigen el castillo y la no menos interesante iglesia -- punto privilegiado para contemplar panorámicamente el entorno – es obligado si se desea entender la importancia estratégica del lugar en el pasado.
El tramo final, desde Frías a Miranda de Ebro, se realiza siguiendo por pistas la ruta GR-99, por la vereda del Ebro, y por carreteras que en algún punto discurren a través de túneles sin iluminación, por lo que conviene dotarse de luminarias y elementos reflectantes para ser visualizados.
Pasada la presa del embalse de Sobrón, en Durtzi, debería haber un puente que permitiese cruzar el río, pero pasadas crecidas provocaron su derrumbre, lo que obligó a realizar el tránsito entre orillas caminando sobre un conjunto de piedras, con la bici al hombro, a la altura de la calle Los Baños de Villa Kalea, en Sobrón, unos kilómetros río abajo. Toda una aventura y la anécdota del día.
El hotel Vía Norte es el reservado en Miranda de Ebro para pernoctar. Establecimiento de moderna hechura, ubicado en un polígono industrial, ofrece lo necesario para descansar y recuperar las fuerzas gastadas.
La visita al casco histórico y el deguste de buenos caldos y jugosas tapas pusieron fin a esta jornada en la que el buen tiempo acompañó en todo el recorrido y en la que la compañía y el buen ambiente reinante entre el grupo fueron la nota dominante. ¿Alguien podría pedir más?