396. DE MURTAS A TURON, LA CONTRAVIESA Y EL CERRAJON DE MURTAS.

Buena ruta para conocer la Contraviesa, esa cadena de montañas situadas frente a la Alpujarra alta. Y si la hacemos sobre el mes de febrero, una excelente ocasión de contemplar la floración de miles de almendros. Soledades de barrancos y ramblas. Pueblos que fueron algo en su día, e incorporados hoy al ejercito de la España vaciada. El mar, al fondo, reclama a sus habitantes, y les ofrece un futuro mejor en el mar de plástico de los invernaderos. Aconsejo realizar la ruta en el sentido planteado, dejando el Cerrajón de Murtas para el esfuerzo final.
La ruta tiene su origen en el pueblo de Murtas, en la plaza central entre la Iglesia de San Miguel y el Ayuntamiento. Murtas se extiende sobre una ladera, con sus casas de tejados de pizarra mirando al lejano mar. Es, y ha sido, un pueblo aislado. A finales del siglo XIX, lo visita Pedro Antonio de Alarcón, viniendo de la costa y nos hace una de las mejores descripciones de estos pueblos alpujarreños, en contraposición a los de la costa, que transcribo:
“A Albuñol se le distingue desde muy lejos: a Murtas no se le ve hasta que se está dentro de sus calles.- Albuñol se encuentra en el fondo de una rambla, casi al nivel del mar: Murtas se halla en todo lo alto de su Cerrajón, aunque dominado y abrigado por el morro en que remata la cordillera.- En Albuñol, con estar tan bajo, tuvimos que entrar subiendo: en Murtas, con estar tan alto, entramos por encima de las chimeneas.- En Albuñol era ya verano: en Murtas era rigoroso invierno.- Albuñol es blanco, alegre, risueño, luminoso: Murtas es pardo, grave, tétrico, sombrío.- Allí se huye del sol: aquí se busca la lumbre.- El uno respira voluptuosidad y molicie: el otro esquivez y austeridad.- Aquél recuerda las ciudades del Oriente: éste las poblaciones de Castilla la Vieja.- Albuñol es un pueblo moro: Murtas, un pueblo cristiano”.
Nos despedimos de Murtas descendiendo hasta la Rambla de Murtas por unas polvorientas pistas. O como lo definiría el mismo autor “El camino de Murtas a Turón se reduce casi todo a una pendientísima cuesta, de tres cuartos de legua de longitud, que termina en la rambla de este último nombre”. Una subida nos dejará en Turón. Este pueblo está situado en un espacio más abierto. “Es un pueblo sumamente alegre, de apacible temperatura, defendido a un propio tiempo de los vientos del Norte y de los de África por los cerros que lo rodean, y más costeño ya que serrano”. Nos detenemos en su plaza central, junto a una de sus iglesias, viendo a lo lejos la Ermita de San Marcos. Nos toca abandonar el pueblo por una pista interior que, por la Ermita de las Animas, viene a desembocar en la carretera por la que hemos accedido. Nos iremos encontrando con algunas Ermitas en el itinerario, varias de ellas dedicadas a “las ánimas”, religiosidad de otros tiempos.
Vamos a recorrer ahora la carretera Gr-5202. Antes salvamos por pistas y ramblas el camino entre Murtas y Turon, ahora daremos una vuelta de 14 kilómetros, que nos permitirá ver toda la zona de monte bajo y cortijadas diseminadas. La finalizamos en la Venta del Chaleco, o sus ruinas, y que hoy dan nombre a unos famosos quesos. A partir de aquí tomamos la recia subida al Cerrajón de Murtas, sin duda el mayor aliciente de la jornada. El mismo Pedro Antonio de Alarcón, al que hemos citado varias veces, dijo: “Alpujarra es todo aquello que se ve desde el Cerrajón de Murtas”. En efecto, con sus 1.507 mts. es el pico más alto de la Contraviesa, y desde su cima se contempla toda la ladera sur de la Alpujarra, la Sierra de Gádor y hasta la costa africana. Además, la poca contaminación lumínica de un pueblo, que tiene alrededor de 460 habitantes, permite que la localidad alpujarreña sea en sí un mirador de las estrellas.
Hemos llegado a la coronación de nuestra ruta, y solo nos queda descender por pistas hasta la misma Murtas, por rápidas pistas. Desde aquí se ve el encajonamiento del pueblo, aislado entre montañas. Allí nos espera el bar “El Pinche”, y su buena cocina alpujarreña. Si nos alejamos un poco del pueblo, podemos ver, y no defraudará a nadie, las Bodegas Cuatro Vientos, y su buen restaurante.
En suma, una aconsejable ruta, a la parte menos frecuentada de la Alpujarra granadina, que repetimos a aconsejamos hacer en época de floración del almendro. La visita al Cerrajón de Murtas nos deparará una completa visión de la alta alpujarra granadina.
IBP: 80
Tiempo total: 4:06:48 h
Tiempo en movimiento: 2:55:32 h
Tiempo parado: 1:11:16 h
Velocidad media total: 7.6 Km/h
Velocidad media en movimiento: 10.68 Km/h