[47 km / 1013 mt +] Entre Sierra León y la Sierra del Lobo - La Puebla de los Infantes (2018-05-31)

Ruta en forma de pajarita pisoteada en bici de montaña que parte de la Venta de las Palomas, muy cerca de La Puebla de los Infantes.

Según el GPS, y tras pasar por Basecamp, los datos finales han sido 47,4 kms, con 1013 mts de desnivel positivo acumulado y 3:31 h en movimiento. IBP: 73.

[Los datos que pongo son solo algo orientativo, no hay que tomárselos al pie de la letra. Además, en muchos puntos nos lo tomamos sin prisas, hablando, yendo y viniendo. Estas rutas las hago para eso por lo que los datos son solo para hacerse una idea general. Si alguien tiene alguna duda siempre puede ponerse en contacto conmigo para ayudarle hasta donde sepa y pueda].

Saliendo de la Venta de Las Palomas, damos una vuelta a la Sierra del Lobo desde La Puebla de los Infantes y regresando a ella y su castillo, y otra vuelta por Sierra León.

En la Venta de las Palomas hay un aparcamiento privado perteneciente a la venta en el que no tuvieron inconveniente en permitirnos dejar los coches y que nos sirvió de avituallamiento postruta obligado para quien visite esta zona porque tiene una terraza-bar realmente agradable y con unas vistas estupendas del Embalse de José Torán.

Comenzamos bajando buscando un camino que se encuentra entre la carretera y el embalse. En las fotos no muestro que vamos por la misma orilla por no poder sacar el móvil y llevar la bici a la vez, pero nos arriesgamos a bajar hasta abajo y mereció la pena. Hay diversos caminos paralelos. A primera hora estaba la zona perfecta.

Hacemos un pequeñísimo tramo de carretera de menos de 2 kilómetros hasta La Puebla de los Infantes y comenzamos la primera vuelta que nos lleva por la Sierra del Lobo en un recorrido de 24 kilómetros. Es todo pista con una primera parte de subida y luego otra de bajada muy rápida. En la subida encontraremos 8 kilómetros en los que estará concentrado un buen acumulado con pendientes sostenidas por encima del 9 %, Dejan descansar porque este tramo es muy escalonado, de manera que las piernas se van haciendo según vamos avanzando.

La bajada se hace por una carretera antigua que sigue marcada como tal pero se parece más a una vía de tren sin vías que a una carretera. Hay que tener cuidado porque saltan muchas piedras, y además es fácil que se vayan las ruedas al pisarlas.

Una vez en la Puebla subimos sin parar hasta el Castillo. Casi todos los pueblos de media sierra tienen su pinguete, y este no iba a ser menos. En 400 metros se hace un 9% de porcentaje medio, pero ojo a los puntos de en medio. Dan la risa. En un par de tachuelas sobrepasamos el 20% con holgura.

Parada rápida para comer algo en el Castillo y pa’lante. Hasta el Mirador de las Palomas tenemos un terreno rompepiernas durante 10 kms con numerosos subes y bajas. Ningún repecho pasa del kilómetro y medio pero los porcentajes son altos. Para entendernos, vamos por la cresta de la Sierra León, atravesándola longitudinalmente. Es la formación que se divisa desde la Vega del Guadalquivir que separa a Ésta del Parque Nacional de la Sierra Norte, al menos por esta parte de Sierra Morena. En este constante sube y baja alcanzamos en muchos puntos las dos cifras de porcentaje tanto positivo como negativo. La subida al Mirador compensa los esfuerzos hechos. Unas simples fotos hechas con un móvil no reflejan todo lo que desde se ve y cómo se siente uno allí arriba.

Hasta aquí, exceptuando el camino del principio junto al embalse, es todo pisteo con la única dificultad técnica de saber bajar por una carretera abandonada de mantenimiento y no perder el equilibrio en las pendientes que llevan al Castillo. Sin embargo, nuestro buen guía Karlos nos tenía una sorpresa preparada, el sendero de la Vera, nombre que le he puesto por tener al lado un cerro llamado así. Para él es “peccata minuta”, senderillo diría. Para mí ha sido más bien un sendero de enduro. Hasta la carretera es kilómetro y medio de sendero en bajada con una pendiente media negativa del 12%. A la ruta le pongo difícil por este sendero. Es estrecho en algunas partes, tiene saltos, rodadas de agua que encarrilan la rueda delantera casi encajándola, alguna raíz, pasos entre piedras, partes con mucha verticalidad y otras con caída a la derecha que es cosa mala. Soy un zoquetazo que bajé un tercio a pie, pero para mí es muchísimo más de lo que estoy acostumbrado a hacer. Es más, estoy sorprendido de haber hecho parte de ese sendero con la bici. Me costó un buen rato bajar los niveles de adrenalina. Obviamente habrá a quien le parezca una tontá pero yo me quedo con mis impresiones. Una última anotación sobre este sendero, y es que es muy posible encontrarse en él a excursionistas por lo que hay que ir con mil ojos. Si se puede es mejor hacerlo entre semana, ya que se reduce mucho la posibilidad de encontrarse a nadie.

Volvemos a cruzar la carretera para volver al camino paralelo al embalse y terminar nuestra ruta con un buen pelotazo en la terraza de la venta.

Nuestro buen colega Miguel tuvo la cortesía de hacer un video de la ruta. Para hacerse una idea de cómo es podéis pinchar aquí.

Hoy he conocido a gente de los que llevaba detrás mucho tiempo para salir con ellos. Han superado con creces mis expectativas. He disfrutado enormemente de los cinco. Gracias a Lancha, Angello, Manolo (MPM), y en especial a nuestro guía Karlos por su “don” para orientarse y crear rutas, esta se la debemos a él porque es suya de principio a fin. Y a Miguel por su generosidad grabando el video y compartiéndolo, además de ser como es, todo cariño hacia los demás.

Dejo con waypoints algunos puntos que considero importantes y pueden resultar útiles: localidades, fuentes si las hubiera, zonas, subidas, puertos, etc...