1ª etapa Cantabria - etapa del chuletón a la anchoa

Quinta salida de los "Faiv Bike" dispuestos a recorrer la geografía de esta piel de toro a lomos de sus monturas. Cómo siempre nos subimos a la furgo: Borbi, Paco Pepe, Paco el primo, Manolo y el que suscribe, esta vez con dirección a Cantabria y con la novedad con respecto a las cuatro salidas anteriores de hacer etapas alrededor de dos ubicaciones, Cabezón de la Sal y Potes. Los años anteriores han sido rutas por etapas con salida y llegada a puntos distintos y con el traslado de material y apoyo de la furgo en cada etapa, conducida por el que descansa cada día. Un plan más aventurero y que a mí personalmente me gusta más, pero el año en blanco por el tema covid nos ha hecho enfocarlo esta vez así.
Nos alojamos en la Casa de los Galguera en la localidad de Santibañez del municipio de Cabezón de la Sal, de donde parte la famosa prueba de los 10.000 del soplao. Su dueña Pepi (carnicera de Cabezón) nos trató estupendamente y la casa y el entorno nos parecieron insuperables. Recomendable cien por cien.
La ruta comienza por asfalto por la comarcal 135 dirección Comillas y al llegar a La Hayuela cogemos a la derecha una pista asfaltada y luego de tierra, que se va cerrando poco a poco con matorral y zarzas hasta hacerse necesario un machete para atravesarla y por si fuera poco con mucho barro del agua caída antes de nuestra visita (siempre tenemos un momento de etapa que recordar a modo de cagada, esta sería la de este año) no recomendable tirar por aquí. No se si habrá un camino alternativo..
Poco después de coronar bajamos al Hoyo de Pilurgo, un valle fluvial sin salida o polje, por una zona frondosa y de mucho arbolado.
Desde aquí bajamos a Cóbreces donde empieza la parte costera de la ruta, con los acantilados típicos del Cantábrico. Cogemos dirección a la playa de Luaña, atravesamos la playa por una pasarela de madera y por un puente el arroyo que llega a la playa.
Iniciamos el ascenso al otro lado y vamos pasando pueblos hasta llegar a Comillas donde cogemos dirección al interior de nuevo por una pista que nos lleva al monte canales, muy bonita y a veces dura, en la que vimos algún bicho que otro, hasta coronar en la Hayuela donde debatimos entre comer en un sitio en el que me ofrecieron unas lentejas y unos huevos con chorizo o tirar carretera abajo por la comarcal que nos lleva a casa. Cogemos esta última opción (aunque sea salivando pensando en los huevos con chorizo) para no tener que pedalear después de las consabidas cervezas y el papeo.
Buena toma de contacto con el Cantábrico.