A la Silla del Rey por Tobarejos y las Zetas y bajar por senderos endiablados
near Tabanera del Monte, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Lo que más recuerdo de esta ruta son las miles de moscas pesadísimas y el camino muy roto por la tormenta que cayó dos días antes.
En una tarde de calor, quedaron Alberto, Candi y Jarri para subir al Chozo Aránguez. Pensando en llegar a los pinares para aliviar el calor y tener sombra, pronto descubrimos la pesadilla de la ruta: las moscas!! Y más cuando vas subiendo a velocidad de andariego, porque lo bueno en ciertos tramos es no echar pie a tierra.
Veíamos los estragos de la última tormenta, amontonado roñas, acículas, piñas y piedras en el camino; dejando algunos tramos como auténticas graveras, dificultando enormemente el pedaleo.
Tras pasar la carretera del puerto, un poco más arriba de la Fuente del Cochero, enseguida enfilamos por los Tobarejos. De las veces que he subido por esta zona, jamás he subido dos veces por el mismo sendero, es imposible! Por la pendiente, la arena abundante de ciertos tramos (que parece un arroyo que se acabara de secar), ramas, jaras, piedras, piñas, raíces y todo tipo de impedimentos naturales hacen que vayas pedaleando como puedas, siempre para arriba, con fuerza y destreza hasta llegar al Arroyo del Morete donde sabes que has llegado por fin…a una primera parte, y no la más dura…
Cruzamos la pista forestal, la misma que lleva hasta la Silla del Rey. Pero esta tarde hemos decidido subir por las “zetas”. Tras apenas medio km más favorable donde tomar aliento empiezan las rampas, unidas al camino que está muy roto, demasiado roto. Es como sortear uno de esos tramos jodidos o muy técnicos de algún lugar concreto, pero con la diferencia de que este “tramo” es algo más largo: 2,5km al 16,6% de desnivel medio. Y a cada curva de herradura se pone cada vez peor!! Y esas incansables moscas!!!
Al salir a la pista forestal, poco antes de culminar la ascensión, casi te da una alegría, si no fuera por el 20% de desnivel de la última curva.
La paliza, el sudor y la hartura de las moscas nos hacen rediseñar la ruta, pasando por el Arroyo de la Chorranca y el de Peñalara, para terminar bajando a la pista que sube desde la Cueva del Monje (ojo a este camino también!!!), y continuar por el camino de la Fuente del Ratón hasta el CENEAM, donde rodeamos La Predera por el mismo camino que hacía tan solo dos días que había pedaleado con mi preciosa Henar.
Lo que vino después se puede abreviar en una concatenación de senderos endiablados descendentes a gran velocidad, diversión en estado puro (hasta Alberto perdió un bidón y no se enteró). Como nos supo a poco, hicimos lo mismo con el sendero que bordea el Pontón. Cuando la cosa ya pintaba tranquila hasta regresar a casa, a Alberto le dio por partir la cadena, pero como llevaba enlace rápido, de la misma manera continuamos y llegamos a casita.
En una tarde de calor, quedaron Alberto, Candi y Jarri para subir al Chozo Aránguez. Pensando en llegar a los pinares para aliviar el calor y tener sombra, pronto descubrimos la pesadilla de la ruta: las moscas!! Y más cuando vas subiendo a velocidad de andariego, porque lo bueno en ciertos tramos es no echar pie a tierra.
Veíamos los estragos de la última tormenta, amontonado roñas, acículas, piñas y piedras en el camino; dejando algunos tramos como auténticas graveras, dificultando enormemente el pedaleo.
Tras pasar la carretera del puerto, un poco más arriba de la Fuente del Cochero, enseguida enfilamos por los Tobarejos. De las veces que he subido por esta zona, jamás he subido dos veces por el mismo sendero, es imposible! Por la pendiente, la arena abundante de ciertos tramos (que parece un arroyo que se acabara de secar), ramas, jaras, piedras, piñas, raíces y todo tipo de impedimentos naturales hacen que vayas pedaleando como puedas, siempre para arriba, con fuerza y destreza hasta llegar al Arroyo del Morete donde sabes que has llegado por fin…a una primera parte, y no la más dura…
Cruzamos la pista forestal, la misma que lleva hasta la Silla del Rey. Pero esta tarde hemos decidido subir por las “zetas”. Tras apenas medio km más favorable donde tomar aliento empiezan las rampas, unidas al camino que está muy roto, demasiado roto. Es como sortear uno de esos tramos jodidos o muy técnicos de algún lugar concreto, pero con la diferencia de que este “tramo” es algo más largo: 2,5km al 16,6% de desnivel medio. Y a cada curva de herradura se pone cada vez peor!! Y esas incansables moscas!!!
Al salir a la pista forestal, poco antes de culminar la ascensión, casi te da una alegría, si no fuera por el 20% de desnivel de la última curva.
La paliza, el sudor y la hartura de las moscas nos hacen rediseñar la ruta, pasando por el Arroyo de la Chorranca y el de Peñalara, para terminar bajando a la pista que sube desde la Cueva del Monje (ojo a este camino también!!!), y continuar por el camino de la Fuente del Ratón hasta el CENEAM, donde rodeamos La Predera por el mismo camino que hacía tan solo dos días que había pedaleado con mi preciosa Henar.
Lo que vino después se puede abreviar en una concatenación de senderos endiablados descendentes a gran velocidad, diversión en estado puro (hasta Alberto perdió un bidón y no se enteró). Como nos supo a poco, hicimos lo mismo con el sendero que bordea el Pontón. Cuando la cosa ya pintaba tranquila hasta regresar a casa, a Alberto le dio por partir la cadena, pero como llevaba enlace rápido, de la misma manera continuamos y llegamos a casita.
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